miércoles, 12 de agosto de 2009

Neprolícore
O el Pan para la verdadera Liberación.
Miguel Zavala-Múgica+
Por favor, lea las lecturas aquí indicadas:
Nuestras lecturas de hoy, nos ofrecen un grupo de conceptos clave: necesidad, proceso de liberación, compromiso, responsabilidad: Neprolícore, suena como Latín? No, no lo es, es sólo una palabra mnemotécnica para recordar estos importantes conceptos: NEcesidad, PROceso de LIberación, COmpromiso, REsponsabilidad...
En el Libro del Éxodo, vemos al pueblo de Israel saliendo de la esclavitud y enfrentando una difícil situación. Ellos habían clamado en su aflicción, oprimidos por verdaderos amos con un poder verdadero y cruel sobre ellos. Israel había sido liberado de la esclavitud, y ahora estaban suspirando por las ollas de carne que había en Egipto.
“Si tan sólo hubiésemos muerto por mano de YAHVÉH en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne y nos hartábamos de pan; pero ustedes (Moisés y Aarón) nos han sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta asamblea.”
Así que hasta la esclavitud tiene sus secretas ventajas…
Estaban ahora en el desierto, enfrentando hambre, sed y cansancio, afrontando su nueva libertad... ¡pero qué extraña era aquella libertad! Estaban a punto de maldecirse a sí mismos. Me temo que es demasiado fácil hallar lo que quiero, pero no es tan sencillo saber ¡lo que realmente necesito!
El autor de la Carta a los Efesios dice que los paganos habían perdido toda sensibilidad y que se habían entregado a sí mismos a toda clase de concupiscencia. Es asimismo, muy fácil, poner la palabra concupiscencia dentro de una estrecha definición moralista, identificando ésta con toda clase de placer (principalmente el placer sexual); pero las cosas no son tan simples como pudiera verlo una interpretación fundamentalista.
El precio de ser libres.
Tanto los israelitas como el mundo “pagano” descrito en la Carta a los Efesios, padecían su propia necesidad de alimento, libertad, vida, seguridad, ternura, alojamiento, etc. Con frecuencia, los seres humanos confundimos nuestros deseos con nuestras necesidades; esto es porque la mayor parte del tiempo no podemos conectar nuestras necesidades y sentimientos con nuestra sensibilidad.
Semejante conexión depende de un proceso: un proceso de liberación. Cuando somos jóvenes, solemos mostrar nuestro deseo de independencia y libertad, desesperadamente queremos ser autónomos e independientes; del mismo modo, ya de adultos, a veces tenemos que afrontar terribles experiencias en el matrimonio u otro tipo de pareja: uno o ambos miembros de una pareja tienen que pensar en el divorcio o alguna especie de separación. A veces hay que vivir ejemplos similares a estos como la liberación de un auténtico infierno.
Nuestra responsabilidad en la fe.
Si yo reclamo libertad de la autoridad de mis padres, o de la de mi cónyuge o pareja, o aun la liberación de una opresión laboral o política, tengo que estar listo a afrontar y a correr la carrera de un proceso de liberación lo cual demandará mi compromiso y responsabilidad.
Nuestro Catecismo Anglicano dice:
"Un pacto es una relación iniciada por Dios, a la que un
pueblo responde por fe..."
(LOC, pág. 738).
Desde luego que este texto habla principalmente del Antiguo y del Nuevo Testamentos, pero es igualmente cierto que se puede aplicar esto en nuestras vidas particulares y colectivas: Es decir, que cuando experimentamos la necesidad de liberación y nutrición en nuestras vidas, es Dios mismo quien habla dentro de nuestros corazones, y en nuestro interior. Está Él iniciando una relación de GRACIA con nosotros, y nos despierta para ir a caminar con Él.
Toda la Historia de la Salvación a lo largo de la Sagrada Escritura, es una invitación a caminar, a ver cosas nuevas, a conocer gente nueva, y a comenzar nuevas formas de conexión con viejos amigos y parientes: es un proceso de liberación, un proceso de maduración; y se te pide que respondas por fe. Es más que una cuestión de etimologías decir que el ser responsable es una manera de responder.
Hace años tuve que acompañar y auxiliar a una señora que había sido esposa de un hombre rico que le dio a ella una vida de ofensas y humillaciones; el divorcio fue un paso triste, pero necesario que hubo que dar. Ella pidió el divorcio en contra de la voluntad de su marido, y tuvo que padecer que la privasen hasta del acceso a sus tarjetas de crédito y otras facilidades que tenía como esposa de un hombre tan rico.
De pronto, se encontró lavando trastes en un restaurante, y teniendo como compañeros de Trabajo a personas negras, chicas latinas, personas homosexuales, y otros de los así llamados marginados. Tuvo la bendita experiencia de hallar techo y sustento en las casas de estos nuevos amigos.
¡...Qué extraña puede ser la Libertad!
Si has tenido que dejar la comodidad y el bienestar de una situación vieja y opresiva, y te han forzado a enfrentar estrechez y dolor para lograr no sólo lo que tú quieres, sino lo que realmente necesitas, por favor haz tuyas –entonces-, estas palabras:
“Cuando los Israelitas lo vieron, se dijeron unos a otros, Mah-náh ‘¿Qué es esto?’. Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo: ‘Este es el Pan que YAHVÉH les da para comer...’ ”
Jesús nos da una clave para conectarnos con nuestra sensibilidad:
“En verdad les digo, que ustedes me buscan no porque hayan visto señales, sino porque se hartaron de pan. No trabajen por el alimento que perece, sino por el alimento que permanece para Vida Eterna, aquél que el Hijo del Hombre les dará.”
Jesús no está en contra de nuestra necesidad de comer, de ser amados o auxiliados.
Pero, por favor, comiencen por revisar las razones que ustedes mismos tienen para venir a la iglesia: Vengo a la iglesia para encontrarme con los amigos; vengo a la iglesia para conseguirme una pareja; vengo a la iglesia porque me gusta como suenan las palabras “Padre” o “Reverendo” cuando la gente se dirige a mí; vengo a la iglesia para escuchar este maravilloso coro, y para ir a comer a ese magnífico restaurante luego de terminar la Eucaristía; vengo a la iglesia para saber cómo puedo ayudar a tal o cual hermano o hermana en su aflicción; vengo a la iglesia para enterarme de ese interesantísimo chisme..., o para hacer negocios antes de cantar el primer himno y después de la bendición.
No se preocupen, quizá todos hacemos esas cosas todo el tiempo, pero, por favor –nuevamente-, conéctense con sus propios sentimientos y necesidades. Cristo ha venido a nosotros para darnos el Espíritu Santo, que nos hace conscientes de su divina Presencia dentro de nosotros: Conéctense ustedes a ello, ¡y vivan así su Bautismo!
Esta era la pregunta que dice San Juan que hicieron a Jesús quienes le escuchaban:
"¿Qué debemos hacer para efectuar las obras de Dios? Jesús les respondió: --‘Esta es la Obra de Dios, que ustedes crean en Aquél a quien Él ha enviado’. ”
De manera que la Obra de Dios es una actitud de parte nuestra: Fe. La misma actitud que nuestro Catecismo dice que es nuestra propia respuesta (responsabilidad) para con Dios cuando Él inicia una Alianza con nosotros.
Fe, ¿qué es eso?: Estamos demasiado acostumbrados y familiarizados con la definición griega de fe (pýstis), una especie de aceptación pasiva de la opinión y punto de vista de alguien más (perfecta para una visión dogmática de la religión y de la vida). Quisiera recordarles que nuestra Religión Cristiana fue inicialmente reflexionada sobre la base de una experiencial hebrea. Esto hace que sea digno de tomarse en cuenta que la palabra hebrea para Fe, es 'emunáh (nuestra palabra litúrgica: 'amén sale de ahí), y se relaciona con las ideas de estabilidad, afirmación, fiabilidad y confianza.
No, no es cosa de aceptación pasiva. Las únicas cosas que realmente debemos dejar fuera, antes de entrar en la iglesia, son: nuestro odio, intolerancia, malos sentimientos (quizá nuestros sombreros o gorras), pero jamás nuestro cerebro.
Cuando confiamos en un amigo, o nos fiamos de una persona, como para dejar los hijos a su cargo, es porque le conocemos, porque hemos experimentado su propia vida. Tal es la clase de fe de la que habla la Sagrada Escritura. Dios se revela como digno de confianza y fe; y también protegiendo a personas humanas de diversa condición.
¡¡Nada de ceguera ni oscuridad, sino luz y cálida experiencia de familia!!
YAHVÉH /JESÚS:
Revelación de fiabilidad y confianza para nosotros...
"YO SOY el Pan de Vida. Quien viene a
mí nunca tendrá hambre, quien en mí cree, nunca tendrá sed…"
Abramos las puertas de nuestros corazones, para que Jesús “entre en nosotros y cene con nosotros y nosotros con Él…” (Apocalipsis 3:20) .
Jesús ha pronunciado el Nombre divino YAHVÉH, para decir: "YO SOY el Pan de Vida…" . Y este Nombre tiene un amplio sentido e interpretación: 'eyéh 'ásher 'eyéh / yahwéh 'ásher yihyéh, esto se traduce NO como una afirmación que truena desde el trono Olímpico de Zeus: “¡YO SOY EL QUE SOY…!”, sino desde un poderoso y compasivo Padre que nos promete: “YO SOY EL QUE SOY, YO HE SIDO EL QUE HE SIDO, Y YO SERÉ EL QUE SERÉ…”, el famoso texto hebreo nos permite traducirlo en esa forma plural: se trata de una promesa, no de una amenaza.
Juliana de Norwich nos da una buena interpretación de esto, en su revelación personal e interior cuando escribe:
"...Todo estará bien, y todo será bien, y toda clase de cosa
estará bien."
(Juliana de Norwich: Revelaciones del Amor Divino)
Dejemos de ver la Religión (nuestra relación personal y comunitaria con Dios) como una aspirina, y empecemos a verla y vivirla como respuesta a su compasión, y como un compromiso para crecer y madurar en el servicio y auxilio de nuestros prójimos, y para con toda la creación.
Si los Israelitas hallaron una Nueva palabra para designar una Nueva comida y una nueva experiencia: Manáh (“¿Qué es esto?”), ¿por qué no aprender una nueva palabra para designar nuestros nuevos valores?: Neprolícore: necesidad, proceso de liberación, compromiso, responsabilidad

Y... para pensar en el
Tiempo de la Oración:
DUODÉCIMA MANIFESTACIÓN
"Yo eso soy..."
Después… Nuestro Señor se reveló
aún más glorificado,
más allá de como podría yo narrarlo,
de lo que antes hubiera yo podido ver.
Entonces supe que nuestra alma jamás descansará
sino hasta que venga a Él:
entonces le conoceremos a Él como verdadera vida nuestra
y seremos llenos de su gozo, de su alegría,
y de su amable acogida.
Y ahora, muchas veces repitió Nuestro Señor:
Yo soy eso, Yo soy eso;
Yo soy eso, lo más alto;
Yo soy eso que tú amas;
Yo soy eso que te agrada;
Yo soy eso que tú sirves;
Yo soy eso que tú esperas;
Yo soy eso que deseas;
Yo soy eso a lo cual tú das sentido;
Yo soy eso que lo es todo;
Yo soy eso que predica y que enseña para ti la Iglesia Santa;
Yo soy eso que te muestra a mí mismo aquí y a ti.

(... ...)
(Juliana de Norwich:
Revelaciones del Amor Divino; No. 26.
Traductor y Editor: John Skinner;
Ed. Image Books Double Day, 1996, pp. 53, 54.
Versión castellana: Miguel Zavala-Múgica).

U.I.O.G.D.
...Para que en todas las cosas sea Dios glorificado.