sábado, 10 de mayo de 2008

Carta Pastoral de Pentecostés (2008) de la
Obispa Primada a la
Iglesia Episcopal.



Hermanos y hermanas en Cristo:



En estos días en que se cierra la estación de Pascua y nos acercamos a la fiesta de Pentecostés, comenzamos a poner atención a la presenciade Dios con nosotros en el Espíritu Santo. La Iglesia primitiva señaló este don como inspiración, y lenguas de fuego: el soplo de una constante nueva vida y el ardiente deseo de una habitual relación con Dios.


El Don del Espíritu Santo nos mantiene vivos y activos, nos orienta hacia nuevos destinos y a desafíos inesperados. Tanto en esta época como en otras, nos enfrentamos a cuestiones de identidad, vocación y misión como miembros del Cuerpo de Cristo. Nuestra entrada a la extensa estación de Pentecostés nos orienta aconsiderar cómo nosotros también hemos de seguir a Jesús inspirados por el Espíritu Santo.


Quisiera presentarles algunos recordatorios a propósito de identidad, vocación y misión que recién he compartido con el pueblo de la Diócesis de San Joaquín.


1) Jesús es Señor: En la misma forma en que los primeros cristianos proclamaron que Jesús -y no el César-, es el Señor. Recordemos que nadie, ni un jerarca ni una autoridad eclesiástica, ni tampoco cualquiera de ustedes, es Señor. Pertenecemos a Dios, a quien conocemos en Jesús y nuestra identidad no puede estar fundada en ningún otro elemento.


2) Todos fuimos creados a la imagen de Dios. Aunque no podemos contemplar la imagen de Dios inmediatamente, somos desafiados a seguir buscándola, especialmente entre aquellos que nos podrían considerar sus enemigos.


3) En el bautismo descubrimos que hemos sido llamados a ser para losdemás de la misma forma que Dios lo es para nosotros. Es decir que lamisión de Dios debe ser nuestro foco principal y no aquello que poneatención nosotros y excluyendo al los demás. Porque cuando excluimosal prójimo, excluimos a Dios.


4) Ninguno de nosotros está solo. No podemos emprender la totalidad de la misión divina estando solos, ni tampoco conocer la plenitud de la realidad de Dios estando solos. Unidos, como miembros del Cuerpo de Cristo, podemos comenzar a tratar.


Y el Espíritu, como fuego ardiente, soplo inspirador y hablante de muchos idiomas, está presente en este Cuerpo, fortaleciéndonos, animándonos y sosteniendo nuestra tarea.
Gracias a Dios, quien continuamente nos renueva.
Su servidora en Cristo,
+Katharine Jefferts Schori.

Pentecostés 2008...

Derrama Tu Espíritu, Señor


(Rev. Inés Simeone- Iglesia Metodista en el Uruguay)


Derrama sobre cada uno/cada una de nosotros/asTu Espíritu, Señor haz que lo recibamos como un Fuego vivo que ALUMBRE nuestras comunidades, guiándonos hacia un verdadero compromiso con la vida abundante.

Permite que el calor de ese fuego nos dé la energía necesaria para enfrentar las dificultades que se presentan, y también nos llene de valentía para luchar contra todo lo que atenta contra la justicia y la paz.

Derrama tu Espíritu, Señor, haz que lo recibamos como un fuego vivo que nos UNA como verdadero pueblo cristiano, ganando así mucha fuerza, para consolar, apoyar, sostener, mantener y principalmente crecer en coherencia cristiana, haciéndonos testigos fieles de TU mensaje.

En medio de nuestro pueblo, aviva, Señor, ese fuego vivo - ¡Tu verdadero Espíritu, Señor!Así podremos con fe y amor combatir mejor toda violencia y discriminación, y vivir la unidad en la diversidad, transformarnos en verdaderos pacificadores/ así ¡Escúchanos Señor!

Amén.

(Consejo Latinoamericano de Iglesias: CLAI).