jueves, 21 de agosto de 2008

CATEQUESIS DOMINICAL
24 de agosto, A.D. 2008
Discernimiento y Decisión.
Pbro. Miguel Zavala-Múgica+
El presente texto NO ES UN SERMÓN, está pensado para leer en lo personal durante la semana, o bien para que los clérigos o maestros organicen material para un estudio con la comunidad. También, si se desea, se puede usar para resumir un Sermón u Homilía.
Léanse las lecturas del artículo siguiente:
Propios de la Santa Eucaristía.
Propio 16, Año A

Éxodo 1: 8-2: 10
Salmo 124
Romanos 12: 1-8
San Mateo 16: 13-20
Israel no existía como pueblo cuando comenzó esta Historia de Salvación que parte de su esclavitud en Egipto; pero el Pueblo Judío ha tenido siempre la conciencia histórica de una continuidad histórica con sus antepasados hapiru (de donde viene: “hebreos”), que ingresaron a Egipto como inmigrantes, debido a la hambruna y la falta de oportunidades y recursos en su lejana región de origen en la antigua Mesopotamia (actualmente Irak). Esta historia sigue con un relato de esclavitud y opresión por parte del poder establecido.
¿Dónde habremos oído esto antes?
No hemos hecho más que empezar y ya saltan las palabras clave: inmigrantes, hambruna, falta de oportunidades y recursos, esclavitud, opresión, poder establecido… ¿¡Dónde habremos oído eso?!
La Historia de la Salvación comienza con la memoria psicológica e histórica de un pueblo que se sabe originario de esta circunstancia. El interés de Dios en la humanidad comienza metiéndose hondamente en lo profundo de las preocupaciones concretas de personas reales.
Para seguir con esto, resulta que el poderoso en turno, el Faraón de Egipto, dice cosas que suenan como si fueran el resumen descriptivo de situaciones actuales en varios países del mundo:
--“Miren que los hijos de Israel forman un pueblo más numeroso y fuerte que nosotros. Tomemos precauciones contra él para que no siga multiplicándose, no vaya a suceder que –si estalla una guerra-, se una a nuestros enemigos para luchar contra nosotros y escapar del país.” Les pusieron entonces capataces a los israelitas, para sobrecargarlos con duros trabajos.”

“Los egipcios trataron con brutalidad a los Israelitas y los redujeron a esclavitud; les amargaron la vida con duros trabajos de arcilla y ladrillos, y con toda clase de labores campesinas y toda clase de servidumbres que les imponían por la fuerza.”
Incluso, la narración habla de cómo el Faraón ordenó la exterminación de los niños recién nacidos de los hebreos, persuadiendo a dos parteras o comadronas quienes –sin embargo-, logran, con astucia, esquivar al poderoso y respetar la justicia que Dios les exige.
Muchas cosas en este relato son simbólicas y resumen situaciones más complejas, como el hecho de que se tratara sólo de dos parteras para todo un pueblo, o que no hubiera otros ministros encargados del trabajo sucio de persuadirlas y que tuviera que hacerlo el propio Faraón; pero esto se debe a la manera de escribir propia de la época, así como a la necesidad de resumir y transmitir las cosas breve y concisamente, eso no afecta en lo esencial la verdad de fondo del relato.
También aquí tengo cierta tentación por encontrar un paralelo con ciertas políticas de población de nuestro mundo actual. Cuidado…, no me considero un activista Pro-Vida, ni mucho menos; el aborto y la anticoncepción, son asuntos que deben tratarse con mucha más decencia, seriedad y competencia científica de cómo suelen hacerlo algunas iglesias y los políticos en turno. Pero sí estoy de acuerdo en que --en muchos casos--, ciertas políticas nacionales o mundiales de población se diseñan para afectar únicamente a los pobres, o bien, pasan por encima de derechos fundamentales de las personas.
Entonces, este inicio de la Historia de Israel sigue siendo una llamada de atención de cómo Dios habla a través de la perspectiva de los escritores israelitas.
Cuando alguien es escogido para efectuar la liberación que Dios quiere…
En seguida tenemos la historia del nacimiento del más grandioso guía y conductor de Israel: Moisés. Es tan importante la historia de la persona de Moisés, que los escritores israelitas recogieron relatos mucho más antiguos –como el del origen del rey sumerio Sargón de Agadé-, para aplicarlos a su propio líder. No se trata de un plagio –aunque en nuestros días –con nuestra cultura de copyright, o derechos de autor, podemos verlo así. En el antiguo Medio Oriente, las cosas funcionaban de otra manera, y esta era la forma de señalar que algo tenía mucha importancia, aunque se descuidara la exactitud que ahora es tan importante para los periodistas e historiadores modernos.
Este relato significa principalmente que Moisés ES un niño nacido de una familia hebrea, él mismo –en su persona-, es un patrimonio del Pueblo Israelita, aunque haya crecido como hijo de la hija del Faraón. En esto vamos a detenernos un poco…
La hija del Faraón es la propia encargada de descubrir al bebé Moisés y prohijarlo (es decir: adoptarlo como suyo); de entrada, el texto nos invita a ver cómo la compasión y el amor pueden habitar en cualquier corazón humano –aún en los de las familias que forman parte del sistema opresor.
Es muy importante para los autores, que Moisés tenga una doble herencia: hebrea y egipcia: será hijo del pueblo oprimido, pero también del pueblo opresor; esto también es una invitación a ver –de una manera simbólica (el símbolo es Moisés mismo)-, cómo la liberación y el avance de un pueblo afectan a pobres y ricos, a oprimidos y a opresores, y tienen que partir de una cierta conciliación inicial entre ambos, y son para todos. Moisés no habría hecho nada de no haber sido instruido en la cultura a la que tenían acceso los poderosos, pero tampoco habría hecho nada de no haber vivido la experiencia de opresión de los pobres a los que salvó, ambas cosas son necesarias.
“…Cuando tuvieron que abandonarlo, la hija del faraón lo recogió y lo crió como si fuera su propio hijo. De esa manera Moisés fue iniciado en la sabiduría de los egipcios, y fue un hombre poderoso en palabras y en hechos.”

(Hechos de los Apóstoles 7: 21, 22).

El origen del nombre de Moisés –según el texto-, significa en hebreo “salvado de las aguas”:
“Ella lo llamó Moisés, pues, dijo: “lo he sacado de las aguas.”
En realidad, se trata de un intento deliberado por hebraizar lo que más bien tiene todo para ser un nombre egipcio, o –mejor dicho-, una parte de un nombre egipcio: Môseh (literalmente: “ha nacido”), aparece como parte de nombres de faraones como: Rahmôseh (Ramsés, o “ha nacido –el dios- Ra), Tutmôseh (Tutmosis, o “ha nacido –el dios- Toth”). Esto que vemos con el nombre, es lo que pasa con la persona. Es muy probable que Moisés haya sido de origen egipcio, pero las circunstancias y la voluntad de Dios pusieron sus conocimientos y su capacidad al servicio de los pobres y humildes de su tiempo.
Sigmund Freud –el padre del Psicoanálisis, quien además era judío-, concluyó, en su libro Moisés y el Monoteísmo –un análisis muy frío, exacto y despiadado-, que Moisés era egipcio y que la mente colectiva hebrea lo había apropiado. Años después, cuando vinieron los horrores de la persecución Nazi y el exterminio, Freud –quien perdió a familiares directos en esa circunstancia-, lleno de amargura, dijo que mientras su pueblo pasaba por sus peores momentos, él mismo “le había arrebatado a su mejor hombre”.
Freud comprendió la lección. La historia del nacimiento y adopción de Moisés, son la historia de cómo un pueblo hace suyos a sus hijos, a sus héroes y liberadores. Y en otras palabras, también nos habla de cómo Dios da sentido a nuestras vidas e historias. Lo importante no es que la historia sea exactamente como nos la han contado, sino la interpretación que hacemos de ella, el valor ético y vital que damos a sus símbolos…
Dios –al elaborar su Plan de Salvación, y al revelar su voluntad-, toma en cuenta nuestras experiencias y nuestra manera de relatarlas y darles sentido, así, nos pide que veamos hacia nuestra vida e historia y descubramos en ellas su intervención salvadora que quiere darle un sentido más amplio y profundo a toda la vida humana.
Al tiempo de la oración...
El Salmo 124 está inspirado en el paso de Israel por el Mar Rojo, y en el paso del bebé Moisés por las aguas del Nilo –como nuestro canto de meditación para estas lecturas-, nos ayuda a conectarnos más íntimamente con el sentimiento humano (nuestro y ajeno), de quienes han pasado por el hundimiento en la angustia, la depresión y la desesperación –como cuando nos hundimos en las místicas aguas caóticas del Bautismo y brotamos de ellas liberados y llenos de nueva vida, gracias a la intervención salvadora de Dios.
"Nos habrían sumergido las aguas, hasta el cuello habría subido el torrente; Hasta el cuello habrían subido las aguas furiosas."

(Salmo 124: 4, 5)

Un culto racional, lógico… Adorar a Dios con discernimiento.
El Dios que se revela en la Biblia, no es un tirano que exija sacrificios de sangre, por ello San Pablo (en la segunda lectura), invoca “la gran ternura de Dios”, para pedirnos el máximo de lo que un ser humano puede ofrecer: su propia persona. Pero usa una expresión griega muy docta y clara την λογικην λατρειαν logikê latría (“culto racional”, “adoración lógica”): “el culto conviene a criaturas que tienen juicio”.
Invita también a un empeño por “transformarnos mediante la renovación de la mente”
“…transfórmense a partir de una renovación interior.”

En otras palabras, lo más importante que Dios quiere de nosotros es que –al entregarnos a Él y vivir en su comunión-, iniciemos un camino de discernimiento, de ser conscientes de nosotros mismos, de nuestros propios procesos y cambios en la vida, y de lo que quiere Dios para nuestras vidas. Esto incluye el saber valorarnos a nosotros mismos en nuestros talentos y bendiciones propios, a eso se refiere cuando habla de “el carisma que Dios le ha entregado a cada uno”.
El Bautismo incluye también –entre los beneficios que obtenemos de él-, el injertarnos en un solo Cuerpo, el Cuerpo Místico de Cristo… somos miembros suyos en la diversidad de nuestros dones, aunque en la unidad del vínculo común en Él.
“Miren cuántas partes tiene nuestro cuerpo, y es Uno, aunque las distintas partes no desempeñan la misma función. Así también nosotros formamos un solo Cuerpo en Cristo; dependemos unos de otros y tenemos carismas diferentes según el don que hemos recibido.”

Entonces, cuando enlazamos esta segunda lectura con la primera, vamos encontrando que nuestro proceso de liberación –según la voluntad de Dios-, toma en cuenta las injusticias sociales y políticas del mundo, se arraiga en un proceso de cambio interno basado en el discernimiento y pasa por nuestras crisis y angustias más terribles. Pero el proyecto de Dios para nosotros es llevarnos a una realización de la comunión, de la comunidad humana; para ello propone la unidad “por Cristo, con él y en él…”, y nuestra realización personal, aportando nuestras propias bendiciones y talentos, las cosas que mejor sabemos hacer, decir y pensar: nuestros carismas.
¿Ves por qué culminamos la ofrenda eucarística cantando o proclamando estas palabras?: "Por Él con Él y en Él..."
Esto no quiere decir que las personas no-cristianas no estén invitadas al proyecto de Dios para la humanidad, o –peor aún-, que haya que forzarlas a entrar en los planes de Dios obligándoles a hacerse cristianos o presionándolos imponiendo medidas “cristianas” obligatorias en la sociedad o en el gobierno. Significa que la comunión es el proyecto de Dios, que toma en cuenta a cada persona en particular, y que Cristo lo realizó en su propia persona, haciéndose ofrenda para Dios, lo mismo que nos propone a nosotros.
El vicio y el pecado humanos pueden hacer que esa ofrenda se convierta en un sacrificio cruento –como el de Jesús-, que por cierto, es más que suficiente para nuestra salvación; pero Dios nos pide un “culto racional, juicioso…”, cuando nuestra fe y amor llegan al heroísmo, estamos en libertad para llegar hasta la ofrenda de nuestra propia vida, pero Dios no nos presiona, ni nos exige volvernos “kamikazes” a nadie, ni menos aún ser “kamikazes” contra nadie.
Dar sentido a lo que vivimos y a lo que creemos.
Al platicar sobre la primera lectura, vimos lo importante que es construir lo que creemos acerca de las cosas en nuestra vida; es esencial el significado que damos a las cosas. La ciencia histórica y la psicológica, permitieron a Freud descubrir que –con muchas probabilidades-, Moisés no fue un israelita, sino un egipcio a quien la mente colectiva de Israel adoptó como suyo… Muy bien…, la ciencia es la ciencia, tiene sus propias reglas y exigencias y no hay que escabullirse, hasta el clero tenemos que entrarle a esto (aunque haya “mentes brillantes” que digan que no…); pero, muy bien, Dr. Freud ¿y luego?
Freud se dio cuenta lo importante que es no detenernos en los datos fríos y austeros de la ciencia y el pensamiento racionalista. Valdría la pena darnos cuenta que lo que falta es dar sentido a la vida, ese es el hermoso fruto del discernimiento que nos propone Pablo en la segunda lectura: “el culto racional”, digno de personas juiciosas, “la renovación interior”…
Para seguir poniendo ejemplos de psicólogos judíos famosos, creo que aquí entraría maravillosamente Víktor Frankl, con su obra: El Hombre en búsqueda de Sentido. Si Freud vio iniciarse el horror de la sin-razón nazi, Frankl –un ser humano maravilloso-, lo vivió en carne propia; pero, además, lo superó con rostro encantadoramente alegre, su secreto, fue poner en primer lugar la afanosa búsqueda de sentido para todo en la vida, incluso las más terribles tragedias, la crueldad, la saña, el odio más profundo.
En el Evangelio, Jesús muestra su preocupación por lo que se dice de su persona. Aunque –más bien se trata de su preocupación por aquellos que dicen algo sobre él.
--“Según el parecer de la gente, ¿quién es este Hijo del Hombre?”

Hijo del Hombre es una expresión con la que Jesús parece referirse a él mismo… Mmm, no es tan simple. Ben Adam, en hebreo, significa “hijo del ser humano”, puede leerse poéticamente como “hijo de Adán”, pero –en resumidas cuentas- se refiere a un simple ser humano, ni más ni menos. Parece que desde el Libro de Daniel, en el Antiguo Testamento, la expresión Hijo de Hombre se usó para hablar del Mesías, y es en ese sentido que la usa Jesús. Los discípulos –en este relato-, de inmediato se la aplican a Jesús, y responden reportando las opiniones que la gente tiene…
Entonces, a Jesús le interesaba que sus discípulos estuviesen conscientes de las opiniones de los demás; el texto no condena a nadie por sus opiniones… Actualmente, las personas –en las sociedades-, tenemos opiniones muy diversas sobre Jesús, aún dentro de la propia Iglesia, podríamos señalar unas cuantas: “un maestro de religión”; “un iniciado”; “un reformador social”; “un profeta”; “un judío”; “un maestro ascendido”; “un gran gurú”; “un avatar”; “un ser de luz”; “DIOS”; “un tipo a todo dar”; “mi Amigo”; “una víctima del imperialismo”; “el hijo de la Virgencita”, “Jesús es ‘cool’, lo gacho son los curas”, etc. etc. No las inventé yo… simplemente es “el parecer de la gente sobre el Hijo del Hombre”.
Si Jesús no vino a descalificar, me parece que no es tampoco chamba o trabajo nuestro el hacerlo, sin embargo, Jesús tiene una preocupación por sus discípulos:
Jesús les preguntó: --“Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”
Pedro contestó: --“Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo.”


De la prudencia del discernimiento a la fuerza de la resuelta convicción.
Todo lo que sigue a continuación que le dijo Jesús a Pedro es motivo de enmarañado y prolongado pleito de todas las demás Iglesias Cristianas con la Iglesia Católica Romana, y se ha usado también (un tanto cuanto miserablemente), para discutir ambiciones de poder y control. Vamos a dejarlo a un lado.
Para empezar, el buen Pedro tiene un excelente retrato de carácter en los evangelios; era un tipo visceral, resuelto (yo diría: “machín”), no se andaba con medias tintas; probablemente valoraba mucho la lealtad y él mismo era capaz de ofrecerla; cometía enormes “metidas de pata” con aquello de la prudencia (lo que sí… hipócrita no era). Así que Jesús pregunta y Pedro dispara (¡perdón!), Pedro responde: no analiza, no elabora… (eso se lo deja al culto y educado Pablo), Pedro es el hombre del “¡Esto es así y así! ¡PUNTO!
No significa este texto, que Jesús no valore el discernimiento, pero sí que –llegado el momento-, entre un grupo inicial (los Doce), tiene que haber un elemento de decisión, de concreción y de seguridad en uno mismo. Me recuerda mucho a un compañero mío del Seminario, y sacerdote muy activo: un tipo capaz para: 1. Saber lo que quiere (objetivos concretos); 2. Reunir en torno suyo a un buen equipo y 3. Trazar métodos prácticos para lograrlo. ¡Cuánta necesidad hay de eso en la Iglesia y en cualquier parte!, ahora le llaman “liderazgo”…
Pero el Señor no propone esto únicamente para el perfil de un sacerdote o de un obispo; nos lo está proponiendo a todos y a cada uno. ¡Una parte –en el interior de nosotros mismos, por indecisos y tímidos que seamos-… tiene que saber qué quiere, saber reunir sus propios recursos y ponerse en camino!
--“Dichoso tú, Simón Bar Iona, porque esto no te lo ha revelado la naturaleza humana, sino mi Padre que está en los Cielos. Y ahora Yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; los poderes de la Muerte jamás la podrán vencer.”

Jesús quiere despertar en nosotros la capacidad de resolución para dar sentido a las cosas de la vida. ¿Qué opina la demás gente?, es importante, pero NO es TU opinión ni convicción… Aquí importa qué dices tú.
Y Jesús honra a Simón… diciéndole que es una “piedra” (¡y lo era!): Una “piedra fundamental” para iniciar una construcción, una “piedra clave” para rematar un arco o un edificio… una “piedra bruta” para empezar a trabajarla, a pulirla “desde cero”, todo eso implica ser “piedra”, y todo eso le cargaron al buen Pedro…, por eso me admira que algunos solamente le vean el aspecto de “base sólida”, y no todo el conjunto completo de lo que la persona de Pedro mostró en su vida, en relación a eso de “ser piedra”.
Edificar la Iglesia significa: “levantar la comunidad”, “construir la comunión”. Por aquí le vamos tomando el hilo conductor a lo que hasta aquí hemos leído. Dios mira nuestras necesidades, crisis, tragedias y situaciones de vida, en general, y se interesa por nosotros, nos libera; levanta guías y conductores para su pueblo y –en un momento determinado-, a todos nos toca serlo de un modo u otro, aún para sólo nuestra propia vida.
Dios busca construirnos en la comunión del Cuerpo del Hijo del Hombre, y por eso nos quiere decididos a usar la “clave” (clavis = “llave”, en latín) del discernimiento interior para construir algo concreto en nuestras vidas, de aquí que entre la imagen pesada y grave de una piedra, Jesús pase a la delicadeza y finura de una llave (“llaves pequeñas abren grandes puertas”).
“ -‘Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos: lo que ates en la tierra quedará atado en el Cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el Cielo.’ Entonces Jesús les ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías”.

En primer término, esto significa que Dios acompaña nuestras decisiones –independientemente de lo acertadas o erráticas que resulten (“infalible” no hay nadie en este mundo). No se trata de que Dios apruebe nuestra maldad, ni nuestras malas intenciones deliberadas, sino que –del mismo modo en que nuestros padres nos respetan y apoyan en las decisiones que tomamos en nuestra vida adulta, sin que necesariamente compartan nuestras opiniones, así también Dios está presente en nuestro caminar.
¿Por qué el secreto? ¿Por qué el silencio? ¿Por qué Jesús manda callar a sus discípulos? Ya convirtió a Pedro en piedra, ya le prometió –más adelante-, entregarle un nuevo instrumento de trabajo (las llaves), ¿por qué ahora calla a todos?
Los comentaristas bíblicos hablan del “Secreto Mesiánico”; Jesús no se revela como Mesías por lo que hace en su vida pública. El SENTIDO de su misión e identidad lo dará el TRIPLE Misterio Pascual de: su pasión, su muerte y su resurrección. Pero además, se trata de dejar que cada uno vaya llegando al descubrimiento de Jesús como el Cristo.
El secreto es esencial para no interferir –con nuestras propias apreciaciones-, en el proceso que otros van llevando de su propio discernimiento interior para: 1. razonar la situación de su entorno (como en la primera lectura), 2. el descubrimiento de sus carismas, 3. encontrar su lugar –como obrero-, en el Cuerpo de Comunión en Cristo (como en la segunda), y 4. colaborar en él para iniciar los cimientos del Reino que Dios –verdadero Arquitecto-, quiere construir en nosotros y entre nosotros.

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U.I.O.G.D.
Propios de la Santa Eucaristía.
24 de agosto, A.D. 2008.
XV Domingo después de Pentecostés (Propio 16)
Año A
Colecta del Día:
C oncede, oh Dios de misericordia, que tu Iglesia –congregada en unidad por tu Espíritu Santo-, manifieste tu poder entre todos los pueblos, para gloria de tu Nombre; por Jesucristo nuestro Señor, quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Lectura del Libro del Éxodo
(1:8-2:10)
En aquel tiempo, entró a gobernar en Egipto un nuevo rey, que no sabía nada de José, y dijo a su pueblo: --“Miren que los hijos de Israel forman un pueblo más numeroso y fuerte que nosotros. Tomemos precauciones contra él para que no siga multiplicándose, no vaya a suceder que –si estalla una guerra-, se una a nuestros enemigos para luchar contra nosotros y escapar del país.” Les pusieron entonces capataces a los israelitas, para sobrecargarlos con duros trabajos. Edificaron así para Faraón las ciudades de almacenamiento de: Pitom y Ramsés.

Pero cuanto más los oprimían, tanto más crecían y se multiplicaban, de tal modo que la gente ya no soportaba a los israelitas. Los egipcios trataron con brutalidad a los Israelitas y los redujeron a esclavitud; les amargaron la vida con duros trabajos de arcilla y ladrillos, y con toda clase de labores campesinas y toda clase de servidumbres que les imponían por la fuerza.

Luego el rey de Egipto se dirigió a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifrá y la otra Púa; les dijo: “Cuando asistan a las hebreas, y ellas se pongan de cuclillas sobre las dos piedras, fíjense bien: si es niño, háganlo morir; y si es niña, déjenla con vida.” Pero las parteras tenían respeto por Dios, y no hicieron lo que les había mandado el rey de Egipto, sino que dejaron con vida a los niños. Entonces el rey llamó a las parteras y les dijo: “¿Por qué han actuado así, dejando con vida a los niños?” Las parteras respondieron: “Es que las mujeres hebreas no son como las egipcias. Son más robustas y dan a luz antes de que llegue la partera.” Dios estaba con las parteras, así que el pueblo creció y llegó a ser muy fuerte; y a las parteras, por haber respetado a Dios, les concedió numerosa descendencia.

Entonces Faraón dio esta orden a todo el pueblo: --“Echen al río a todo niño nacido de los hebreos, pero a las niñas déjenlas con vida.” Un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer de la misma tribu. La mujer quedó embarazada y dio a luz un hijo, y viendo que era hermoso, lo tuvo escondido durante tres meses. Como no podía ocultarlo por más tiempo, tomó un canasto de papiros, lo recubrió con alquitrán y brea, metió en él al niño y lo puso entre los juncos, a la orilla del río Nilo. La hermana del niño se quedó a cierta distancia para ver lo que le pasaba; en eso bajó la hija de Faraón al Nilo, y se bañó mientras sus sirvientas se paseaban por la orilla del río. Al divisar el canasto entre los juncos, envió a una criada a buscarlo, lo abrió y vio que era un niño que lloraba. Se compadeció de él y exclamó: --“¡Es un niño de los hebreos!”

Entonces la hermana dijo a la hija de Faraón: --“Si quieres, yo buscaré entre las hebreas, y me pondré al habla con una nodriza para que te críe este niño.” –“¡Ve!”, le contestó la hija de Faraón. Así que la joven fue, y llamó a la madre del niño. La hija de Faraón le dijo: “Toma a este niño y críamelo, que yo te pagaré.” Y la mujer tomó al niñito para criarlo. Habiendo crecido el niño, ella lo llevó a la hija de Faraón, y pasó a ser para ella como su hijo propio. Ella lo llamó Moisés, pues, dijo: “lo he sacado de las aguas.”
Palabra del Señor.

R./ Demos gracias a Dios.


Salmo 124

R./ Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor,*
que hizo los cielos y la tierra.
1 Si el Señor no hubiese estado de nuestra parte, *
que lo diga ahora Israel;
2 Si el Señor no hubiese estado de nuestra parte, *
cuando los enemigos se levantaron contra nosotros;

3 Nos habrían tragado vivos, *
cuando se encendió su furor contra nosotros;
4 Nos habrían sumergido las aguas, *
hasta el cuello habría subido el torrente;

5 Hasta el cuello habrían subido *
las aguas furiosas.
6 ¡Bendito sea el Señor! *
que no nos ha dado por presa a sus dientes.

7 Hemos escapado cual ave de la trampa del cazador; *
se rompió la trampa, y hemos escapado.
8 Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor, *
que hizo los cielos y la tierra.

R./ Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor,*
que hizo los cielos y la tierra.
Lectura de la Carta del
Apóstol San Pablo
a los Romanos.
(12:1-8)
Hermanos, les ruego por la gran ternura de Dios, que le ofrezcan su propia persona como una ofrenda viva y santa capaz de agradarle; este culto conviene a criaturas que tienen juicio. No sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino más bien transfórmense a partir de una renovación interior. Así sabrán distinguir cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto. La gracia que Dios me ha dado me autoriza a decirles a todos, y cada uno de ustedes, que no se entrometan en cualquier cosa sino que aspiren a lo que se debe buscar. Que cada uno actúe sabiamente según el carisma que Dios le ha entregado. Miren cuántas partes tiene nuestro cuerpo, y es Uno, aunque las distintas partes no desempeñan la misma función. Así también nosotros formamos un solo Cuerpo en Cristo. Dependemos unos de otros y tenemos carismas diferentes según el don que hemos recibido. Si eres profeta, transmite el conocimiento que se te da; si eres diácono, cumple tu misión; si eres maestro, enseña; si eres predicador, sé capaz de animar a los demás; si te corresponde dar, da con la mano abierta; si eres dirigente, actúa con dedicación; si ayudas a los que sufren, muéstrate sonriente.
Palabra del Señor.

R/. Demos gracias a Dios.
+Santo Evangelio de
Nuestro Señor Jesucristo
según San Mateo
(16:13-20)

R./ ¡Gloria a ti, Cristo Señor!

En aquel tiempo: Jesús se fue a la región de Cesarea de Filipo. Estando allí, preguntó a sus discípulos: --“Según el parecer de la gente, ¿quién es este Hijo del Hombre?” Respondieron: --“Unos dicen que eres Juan el Bautista, otros que eres Elías o Jeremías, o alguno de los profetas.” Jesús les preguntó: --“Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” Pedro contestó: --“Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo.”
Jesús le replicó:
--“Dichoso tú, Simón Bar Iona, porque esto no te lo ha revelado la naturaleza humana, sino mi Padre que está en los Cielos. Y ahora Yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; los poderes de la Muerte jamás la podrán vencer. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos: lo que ates en la tierra quedará atado en el Cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el Cielo.”
Entonces Jesús les ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías.
El Evangelio del Señor.

R./ Te alabamos, Cristo Señor.

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U.I.O.G.D.
Rapidísimas
del 21 de Agosto.
Por Onell A. Soto, obisposoto@aol.com
+ El domingo 17 de agosto, 16 mujeres irrumpieron en la Catedral Metropolitana de México vistiendo minifaldas y escotes pronunciados cuando el Cardenal Norberto Rivera celebraba la Eucaristía. Las manifestantes llevaban pancartas protestando un artículo aparecido en una publicación oficial de la arquidiócesis sobre “pudor femenino” en el que se sugieren formas de vestir y actuar. Entre las sugerencias están: “si quieres evitar una agresión sexual, no uses ropa provocativa, cuida tus miradas y tus gestos, no te quedes sola con un hombre aunque sea conocido, no permitas familiaridades con tus amigos y parientes, no admitas chistes picantes…” Una vocera de las manifestantes dijo que su acción tenía por objeto denunciar a la iglesia de “actitudes machistas y misóginas”, hacer valer el estado laico, decidir sobre su propio cuerpo y vivir libres de violencia y discriminación. La Policía Federal Preventiva condujo al grupo fuera del recinto.
+ El Consejo Mundial de Iglesias y la Conferencia de Iglesias de Europa han emitido una declaración pidiendo el alto al fuego en el conflicto del Cáucaso. La declaración pide oraciones por las partes afectadas y ayuda humanitaria. Pese a lo reciente del conflicto, ya son cientos los muertos y miles las personas desplazadas.
+ Contrario a la política de Rusia, el Patriarca Alejo II, 79, de la Iglesia Ortodoxa Rusa ha emitido una declaración en la que dice que las partes en conflicto “son naciones ortodoxas que están llamadas por el Señor a vivir en hermandad y amor”. Añadió que está dispuesto a trabajar con su homólogo el patriarca Ilia II, 96, para “alcanzar la paz”. Esta declaración hubiera sido inimaginable durante el régimen soviético.
+ El Pastor evangélico Noé Villegas, de la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo, en el estado de Tamaulipas, México, fue encontrado muerto después de su secuestro el 23 de julio, informó la policía estatal. La familia del clérigo sólo pudo reunir 24,000 dólares de los 200,000 que exigían por su liberación. La policía dijo que los secuestradores seguían pidiendo el rescate aún después de que Villegas había sido asesinado.
+ Durante la pasada Conferencia de Lambeth, el Obispo Carlos López Lozano de la Iglesia Española Reformada Episcopal entregó al Arzobispo de Cantórbery, Rowan William, un libro suyo traducido al español bajo el título de Motivos para creer, una explicación del Credo Niceno basada en una serie de charlas sobre la resurrección. El libro ha sido publicado por la editorial española Sígueme y pronto estará en las librerías. Por otra parte, Ricardo Blanco de la Iglesia Episcopal de Cuba informa que los jóvenes de la iglesia han publicado otras obras del arzobispo con los títulos de Resurrección: interpretando el evangelio pascual, Escribiendo en el polvo e Identidades anglicanas.
+ La conversación televisada de los candidatos presidenciales, Barack Obama y John McCain, el 17 de agosto con el Pastor evangélico Rick Warren, ha tenido altos márgenes de audiencia, según observadores. Ambos candidatos hablaron de su fe religiosa, sus triunfos y fracasos haciendo que el electorado esté en mejores condiciones de elegir inteligentemente. Warren es pastor de una mega-iglesia en California y autor del best seller Una vida con propósito, del que se han vendido varios millones de ejemplares.
+ Henry Scriven, 57, Obispo auxiliar de Pittsburg, Pensilvania, ha renunciado a su cargo para servir en una nueva posición que tiene por objeto la unificación de la Sociedad Misionera Sur Americana (SAMS) y la Sociedad Misionera de la Iglesia (CMS), dos antiguas sociedades misioneras anglicanas. Scriven, originario de Inglaterra, ha servido por 18 años en Argentina y España.
+ Orlando Fals Borda, sociólogo e investigador presbiteriano, falleció el 13 de agosto a la edad de 83 años en Bogotá, Colombia. En 1959 fundó, con el sacerdote guerrillero Camilo Torres, la primera Facultad de Sociología de América Latina en la Universidad Nacional de Colombia y fue su primer decano por siete años. Hace unos años cuando se le rindió homenaje en Barranquilla por su obra, el orador de turno dijo: “Hermano Orlando, su testimonio y compromiso nos indican que las aguas del bautismo no fueron dispensadas en vano”. Su cuerpo fue velado en la Unive rsidad Nacional.
+ Martín N. Añorga, 82, pastor presbiteriano y líder ecuménico de Miami, sufrió una caída el martes, agosto 19, y se fracturó una pierna por tres partes.
VERDAD:
Hay veces en que, lavándonos las manos, ensuciamos la conciencia.
Anónimo.

¡Hey, hey... antes que se vaya!

¿Alguna vez ha pensado en ponerse en oración usando Rapidísimas -la columna informativa del Obispo Soto? ¿Nunca se le ha ocurrido pensar que esta serie de noticias del mundo cristiano ecuménico es una especie de letanía de motivos para la acción de gracias, la súplica, la intercesión, la penitencia y a veces sólo para meditar y dejar ir la mente en contemplación? Usted puede tener diversas opiniones ante estas noticias, pero cualquiera que sea su reacción, si Usted eleva el alma a Dios y se pone en comunión con él por unos segundos --con motivo de estas noticias--, creo que estará ayudando mucho uniéndose a millones de oraciones que se elevan al Padre de las luces, por todo el mundo...

Alguna vez -después de nutrirse e informarse con este útil envío noticioso, ¿ha dado gracias e intercedido por Onell, Obispo? Hágalo, la gratitud es virtud de corazones bien nacidos.

Miguel+

U.I.O.G.D.

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