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El Adviento (latín: Adventus / adventi = “advenimiento”, “venida”, o “llegada”; de: venio / venire = “ir”, y ad = “hacia”).
Es la primera estación o período del año litúrgico en la Cristiandad Occidental; su duración es de veintiuno a veintiocho días, pues es una etapa de preparación para la Natividad o Navidad del Salvador (la cual a su vez consiste tanto en una Fiesta -25 de diciembre-, como en una Estación –los doce días comprendidos del 25 de diciembre al 05 de enero).
Tiempo y tema del Adviento.
Originalmente, el Adviento no existía con tal nombre; se trataba únicamente del Ayuno de Navidad (Jristougennatikê nêsteía) que se guardaba para prepararse a celebrar la Natividad, como hasta el presente siguen haciendo la Iglesia Ortodoxa y otras Iglesias orientales, a partir del 15 ó 28 de noviembre y hasta el 24 de diciembre, inclusive.
El inicio del año litúrgico entre los cristianos orientales es el 01 de septiembre [1], y no tiene qué ver con el tema del Adviento occidental, sino con un tema quizá más antiguo, el otoño, como estación astronómica de la creación, por lo cual tendría más relación con el sentido del inicio del año en el calendario hebreo. (Se sugiere visitar los enlaces de este blog: http://anglicanvmscriptorivm.blogspot.com/2008/09/el-mes-de-tishrei-de-wikipedia-la.html y http://anglicanvmscriptorivm.blogspot.com/2008/09/septiembre-mes-de-la-creacin.html ).
El Adviento (con el énfasis en sus cuatro domingos –seis en las tradiciones de los Ritos Mozárabe, de España, y Ambrosiano de Milán, en Italia), subraya el inicio del año litúrgico en el catolicismo romano, el anglicanismo, diversas iglesias del protestantismo clásico y otras comuniones y denominaciones cristianas de Occidente. El primer Domingo de Adviento, es el domingo cuarto-anterior al día 25 de diciembre, siempre el más cercano (ya sea anterior o posterior) al día 30 de Noviembre, fiesta de San Andrés (la que además es el inicio del Ciclo Santoral), y es el domingo siguiente al Domingo de la Fiesta de Cristo Rey.
En este período los fieles se preparan para celebrar la conmemoración del nacimiento de Jesucristo –según la carne-, así como para renovar la esperanza en la Segunda Venida de Cristo, al final de los tiempos, la ya mencionada Parusía
El tema de las lecturas, sermones y catequesis de Adviento es –al principio de éste, el enlace con el fin del año litúrgico-, la preparación del pueblo cristiano para la Segunda Venida, así como –sobre todo a partir de la segunda mitad del período-, enfocarse en el tema de la Encarnación del Verbo, y su nacimiento en Belén.
Por esta razón se pueden reconocer dos partes en el Adviento:
La segunda o Adviento de la Encarnación: Del 17 de diciembre al 24 de diciembre inclusive, es la llamada “Semana Santa de Navidad”, orientada a preparar más explícitamente la venida de Cristo como Mesías al pueblo judío.
“Esto indica que a pesar de que el Cristianismo no pretende ser una religión cíclica, como las del extremo oriente, sino que se dirige a una plenitud final, el Adviento desempeña un papel importante como versión cristiana de la idea del enlace del fin y el inicio de ciclo (mito del eterno retorno), pues es –a la vez-, un período que lleva a meditar en el fin de la existencia, y en el reinicio de ésta, o bien, en el inicio de una nueva: el ícono del final de los tiempos es el Cristo Rey que llega a concluir la historia con su Parusía; pero el proceso del Adviento hace que aparezca el ícono del Niño que está por nacer –y finalmente nace-, en Belén y en el corazón de cada creyente. El Adviento no completa su sentido, si no enlaza su celebración del fin del mundo, con las estaciones de Navidad y Epifanía, con las cuales conforma el Ciclo de Navidad, cuyo tema central es la Encarnación de Dios en Cristo Jesús. Las estaciones de este ciclo tienen, respectivamente, el sentido de: preparación (Adviento), celebración (Navidad) y continuación (Epifanía). El Ciclo de Navidad –junto con el Ciclo Pascual(Cuaresma, Pascua y Pentecostés)-, conforma la totalidad del Año Litúrgico.”
(Miguel Zavala+)
El uso del morado suele estar más asociado a la tradición de la Iglesia Romana; se trata, en el caso del Adviento, del “púrpura regio” –más bien azuloso-, mientras que el morado de Cuaresma es el “púrpura romano” –más bien rojizo. El color morado subraya que se trata de un tiempo de preparación y, por ende, de penitencia –como lo manifiesta en las lecturas el mensaje de los profetas, y especialmente el de Juan el Bautista-, aunque en el Adviento se tiende a insistir en que se trata de una espera gozosa, lo cual también es parte del mensaje de los profetas. II.- Azul.
El azul índigo –llamado “azul Sarum”-, como color litúrgico para el Adviento, se remonta a la época medieval, al llamado Uso de Sarum del rito latino en Inglaterra (Sarum es el nombre romano de Salisbury), este uso y este rito eran los que se usaban en Inglaterra durante la Reforma del siglo XVI. En realidad, se trata de una variante del morado; en tiempos antiguos este color se obtenía de la púrpura o tinta de un molusco que –al parecer-, resultaba en un tono más oscuro en los mares fríos del norte de Europa.
El uso del azul se refiere al acontecimiento astronómico de las tinieblas de la noche, que -desde el solsticio de verano-, cada vez duran un tiempo más largo, hasta la llegada del solsticio de invierno (fecha en relación a la cual se fijó la Navidad). Jesucristo es –metafóricamente-, el Sol de la Justicia, y el Adviento representa esas tinieblas que van a ponerse en fuga ante su llegada resplandeciente.
Foto Izq.- Vestiduras de Adviento: de der. a izq. Presbíteros Ned Prevost, Rector de Christ Church, Winnetka, IL y Patti Scickenberger (con casulla); el Obispo Graham Chadwick (sólo con estola), y el Diácono George Smith. Al fondo se aprecia el altar revestido en azul de Adviento (2003).El uso del azul, es la costumbre cada vez más generalizada en muchas iglesias anglicanas y luteranas. A diferencia de la Iglesia Católica Romana y de las Iglesias Luteranas, en la Comunión Anglicana –aunque existe una tradición continua y congruente sobre el uso de ciertos colores para las diversas estaciones, fiestas y observancias del año litúrgico-, en realidad no hay una regla prescrita sobre los colores, ni en los Cánones ni en las versiones del Libro de Oración Común. Rosa.
Ya sea que se adopte la tradición del color morado o la del azul, en el Tercer Domingo de Adviento, conocido aún por su antigua denominación latina: Domínica Gaudete, algunas iglesias usan rosa pálido, que indica el cambio a un ánimo más alegre y festivo en el tono de la liturgia, al acercarse más la Navidad. 2. La Corona de Adviento.
(Véase próximamente artículo especial).
Durante el Adviento, se prepara en los hogares, así como en las parroquias o capillas, un trenzado de ramas de muérdago, pino u otras ramas de coníferas, de forma circular, conocida como Corona de Adviento. Se le colocan cuatro candelas, una por cada domingo del Adviento; o bien cinco, añadiendo al centro una quinta candela que se enciende durante la Víspera de Navidad, o bien el Día de Navidad. Las candelas son generalmente del color tradicional de las vestiduras litúrgicas de Adviento (véase arriba): morado o azul índigo. Una de las cuatro velas suele ser rosada (la del tercer domingo, Domínica Gaudete o “Domingo de Gozo”). La quinta candela –que va al centro y representa la Navidad-, suele ser blanca o dorada. El simbolismo de las candelas de la Corona varía de una comunidad local a otra, pero siempre queda dentro de la simbólica general del Adviento. 3. Las Antífonas “O”.
(Véase próximamente artículo especial). Los días de la última semana de Adviento (17 a 23 de diciembre inclusive), se subraya el sentido de lo que algunos llaman Gran Adviento con las “Antífonas O”. Durante el rezo de la Oración Vespertina u Oficio de Vísperas tanto en la Iglesia Anglicana como en la Iglesia Romana, cotidianamente pueden añadirse antífonas al rezo o canto del Magníficat o Cántico de María. En estos últimos días del Adviento, estas Antífonas al Magníficat, están tomadas de siete de los muchos títulos que los profetas dan al Mesías, como: Adonay, Llave de David, Oriente de lo Alto, etc. Son la base de los versos de un himno popular del siglo XVIII: “Veni Emmanuel.”
Iglesia Luterana revestida para Adviento: A la izquierda se aprecia la Corona; cada uno de los estandartes que se ven al fondo, muestra un símbolo relacionado a los títulos mesiánicos de las Antífonas O; esto indica que estamos en la última semana de la estación. Cada día, del 17 al 23 de diciembre, un nuevo estandarte va desplegándose.
4. Ayunos y abstinencias.
En ninguna Iglesia Occidental son ya materia de disciplina obligatoria los ayunos y las abstinencias, sin embargo, lo son aún en algunas Iglesias tradicionalistas, y se guardan piadosamente por algunos de los fieles en todo Occidente.
Así como en las Iglesias orientales sigue habiendo un ayuno estricto en este período, en Occidente, desde el siglo IV, y hasta muy entrada la Edad Media, se observaban ayuno y abstinencia tan estrictos como los de la Cuaresma (comenzando, en algunas localidades, el 11 noviembre, día de San Martín de Tours, de aquí los inadecuados pero populares nombres de “Ayuno y Cuaresma de San Martín” o los cuarenta días de San Martín). La fiesta de San Martín –por lo tanto-, era ocasión de una opípara y pesada comida.
Este tipo de excesos han sido el origen de que se mitiguen las penitencias, y se busque enfatizar en el Adviento otros sentidos ocultados por aquellas, como el de la espera gozosa.
5. Imágenes de Adviento.
En los condados del norte de Inglaterra, existió la costumbre medieval (ahora extinta) de que algunas mujeres pobres llevaran las “Imágenes de Adviento”, que representaban a Jesús y a la Bendita Virgen María. Se esperaba que cada persona o casa ante quien estas imágenes se exhibieran, ofreciera dos peniques a estas mujeres humildes; la eventual negativa a ofrecer la limosna o el hecho de no visitar alguna casa con las imágenes, se consideraba de muy mala suerte para los dueños de la casa.
Cabría pensar que estas costumbres hayan sobrevivido –purificadas ya de supersticiones y con un sentido más de solidaridad comunitaria que de limosna individual-, en las “posadas” que los misioneros españoles católicos romanos trajeron a América, especialmente a México, y que ahora regresan hacia otras iglesias cristianas como la anglicana, la luterana o la metodista.
6. Las Posadas.
(Véase próximamente artículo especial).
Luego de la conquista o invasión española a América, los primeros misioneros españoles que trajeron el cristianismo, comenzaron en México –en algún momento después de 1521-, la costumbre de las Posadas, que se celebran en coincidencia con los días de las ‘Antífonas O’, aunque añadiendo dos días más: la duración de las Posadas va del 16 al 24 de diciembre inclusive. Es pues, un novenario, y representa los meses de gestación del Niño Jesús.
Las posadas son celebraciones comunitarias –originadas en sociedades rurales-, que representan a José y María (embarazada), pidiendo hospitalidad para el nacimiento de Jesús, su base bíblica es el versículo de San Juan 1 que dice: “Vino a su propio mundo, mas los suyos no le recibieron, pero a cuantos le recibieron, les dio poder de llegar a ser hijos de Dios”.
De acuerdo a las variantes, suelen llevarse procesionalmente personas vivas –convenientemente vestidas-, que representan a los personajes de José, María y un ángel, o bien imágenes de barro o yeso de José jalando el burrito donde va montada María (a veces se incluye un ángel que les sirve de guía).
Se cantan villancicos de Adviento y Navidad durante la procesión, y se pide posada cantando versos tradicionales, ante las puertas cerradas de una casa con cuyos dueños ha habido un acuerdo previo para organizarse allí la celebración.
Al abrirse las puertas comienzan los festejos que –al hacerse correctamente-, siempre incluyen oración, lectura bíblica, y el compartir comida típica del lugar y de la estación, así como juegos en conjunto, como quebrar “piñatas”, y otras diversiones sencillas y alegres que unen a niños, jóvenes y adultos. Idealmente, se celebran así los nueve días; aunque en ambientes urbanos se haga una sola celebración.
7. Tradición popular en Italia.
En Italia, entre otras celebraciones de Adviento, se halla la entrada en Roma –en los últimos días de la estación-, de los pifferari o gaiteros calabreses, que tocan sus instrumentos delante de todos los santuarios marianos de la ciudad, dada la tradición italiana de que los pastores de Belén tocaron sus gaitas ante el pesebre del niño Jesús en Belén.
8. Tradiciones populares relacionadas al Adviento como fin del Año litúrgico.
Antiguamente en las Iglesias anglicanas, el uso popular llamaba Stir-up Sunday (por causa de las primeras palabras de la colecta del día en el Libro de Oración Común), al Domingo anterior al primer Domingo de Adviento.
Por asociación de ideas (Stir-up / syrup = jarabe), ese día fue subsecuentemente relacionado –especialmente en Inglaterra, con la preparación de los pasteles de Navidad en preparación a esta celebración."Suscita (stir-up), te suplicamos, oh Señor, el deseo de tu pueblo fiel; para que, produciendo el fruto abundante de buenas obras, pueda ser abundantemente recompensado por ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén."
Antes de que se estableciera como cierre del año litúrgico la Fiesta de Cristo Rey en 1969 en la Iglesia Romana (y de allí pasara a la Comunión Anglicana y a la Iglesia Evangélica Luterana en América como Domingo de Cristo Rey), el final del año era, comúnmente el 24to. ó 25to. Domingo después de Pentecostés.
Leccionario Dominical de Adviento
Ciclos A, B y C, según el Libro de Oración Común, 1979.
Ciclo A.
I Domingo de Adviento:
Salmo 122 / Isaías 2: 1-5 / Romanos 13: 8-14 / San Mateo 24: 37-44
II Domingo de Adviento:
Salmo 72 ó 72: 1-8 / Isaías 11: 1-10 / Romanos 15: 4-13 / San Mateo 3: 1-12
III Domingo de Adviento:
Salmo 146 ó 146: 4-9 / Isaías 35: 1-10 / Santiago 5: 7-10 / San Mateo 11: 2-11
IV Domingo de Adviento:
Salmo 24 ó 24: 1-7 / Isaías 7: 10-17 / Romanos 1: 1-7 / San Mateo 1: 18-25
Ciclo B.
I Domingo de Adviento:
Salmo 80 ó Salmo 80: 1-7 / Isaías 64: 1-9ª / I Corintios 1: 1-9 / San Marcos 13: (24-32) 33-37
II Domingo de Adviento:
Salmo 85 u 85:7-13 / Isaías 40: 1-11 / II San Pedro 3: 8-15ª y 18 / San Marcos 1: 1-8
III Domingo de Adviento:
Salmo 126 o Cántico 8 (Magníficat) / Isaías 65: 17-25 / I Tesalonicenses 5: (12-15) 16-28 / San Juan 1: 6-8 y 19-28 ó San Juan 3: 23-30
IV Domingo de Adviento:
Salmo 132 ó 132: 8-15 / II Samuel 7: 4 y 8-16 / Romanos 16: 25-27 / San Lucas 1: 26-38
Ciclo C.
I Domingo de Adviento:
Salmo 50 ó 50: 1-6 / Zacarías 14: 4-9 / I Tesalonicenses 3: 9-13 / San Lucas 21: 25-31
II Domingo de Adviento:
Salmo 126 / Baruc 5: 1-9 / Filipenses 1: 1-11 / San Lucas 3: 1-6
III Domingo de Adviento:
Salmo 85 u 85:7-13 o Cántico 8 (Magníficat) / Sofonías 3: 14-20 / Filipenses 4: 4-7 (8-9) / San Lucas 3: 7-18
IV Domingo de Adviento:
Salmo 80 ó Salmo 80: 1-7 / Miqueas 5: 2-4 / Hebreos 10: 5-10 / San Lucas 1: 39-49 (50-56)
Referencias:
1. ^ Kallistos (Ware), Obispo (1969), “The Five Cycles”, en The Festal Menaion, London: Faber & Faber, p. 40
Véase también:
(Los siguientes artículos son de Wikipedia en inglés, al consultarlos se sugiere ver al margen, en la lista de idiomas, la opción en español, pero se advierte que, en los temas de religión, consideramos los artículos en inglés como mejor documentados e imparciales).
1. Ayuno y abstinencia en la Iglesia Católica Romana
2. Mortificación de la carne en el Cristianismo
3. Cuaresma
4. Días de Rogativa
5. Gran Cuaresma
6. Ayuno de los Apóstoles
7. Ayuno de la Dormición
Enlaces Externos:
Wikimedia Commons dispone de medios relacioinados a:
Advent
The Christian Season of Advent en el Christian Resource Institute.
Catholic Encyclopedia: Advent
Advent history, hymns, virtual wreath en i.UCC online community.
American Catholic: Advent to Epiphany Oraciones, calendario y actividades.
Liturgical Resources for Advent
Advent FAQ at the Missouri Synod Lutheran web site
Advent wreath FAQ en el sitio web de la Evangelical Lutheran Church in America.
Advent Resources en el Bible Resource Center, ministerio en línea de la American Bible Society
History of Advent
U.I.O.G.D.
Para que en todas las cosas sea Dios glorificado…