jueves, 8 de mayo de 2008



La Oración de Jesús

Texto breve para iniciarse en el misticismo cristiano.
(01.Enero.2008)





Arreglado por el Padre Miguel Zavala-Múgica (Diócesis anglicana del Occidente de México), a partir del trabajo del equipo de Emilio Szuhanszky sobre J. Serr, OSB La Prieur du Coeur (Abadía de Bellefontaine, Begrolles, Maine-et-Loire, 1977).



El día 01 de Enero, se celebra -dentro del ciclo de Navidad-, la fiesta mayor de El Santo Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, vamos a subrayarlo de una manera especialmente mística, aplicándonos a una consideración de lo que significa para los cristianos el Nombre de Jesús, y ejercitando una práctica quizá nueva para algunos, será útil traer nuestra Biblia y consultarla.

He aquí la Oración de Jesús…


Señor Jesús -el Cristo- Hijo del Dios vivo / ten compasión de mí, pecador.

Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo / compadécete de mí, pecador.

Señor Jesucristo, Hijo de Dios / ten compasión de mí...

Señor Jesucristo / ten compasión de mí...

Señor Jesús / ten compasión...

Señor Jesús...

Jesús...

¡JESÚS...!



La Oración de Jesús es una corriente de espiritualidad cristiana oriental. Puede decirse que es el "tipo esencial de la mística ortodoxa" (Padre Sergio Bulgakov).

Sin embargo, dado que tiene a Cristo como su centro nervioso, y consiste en dejarse llenar de Cristo -invocando incesantemente su Nombre-, es apta y conveniente para cualquier cristiano que se proponga cultivar su comunión con Jesucristo, desde cualquier iglesia o tradición.

Así, la Bendita Evelyn Underhill (1875-1941) -destacada laica anglicana-, ha sido el puente por el cual esta corriente de misticismo ha llegado a practicarse en la Comunión Anglicana , cultivándose afanosamente hasta nuestros días.

En qué se basa...

La Oración de Jesús es una incesante invocación del Nombre de Jesús.

En la tradición judeocristiana, el nombre es la persona misma. Jesús salva, sana, cura, cuida, arroja espíritus impuros, perdona, anima, impulsa, purifica y da calor al corazón. Lo mismo puede decirse de su Nombre, por ello -al dirigirnos al Eterno Padre, nos enseñó a decir: "Santificado sea tu Nombre".

Jesús enseña que...

"Es necesario orar siempre y sin descanso" (San Lucas 18: 1)
"Velad y orad en todo tiempo..:" (San Lucas 21: 36)

La fuerza de esta oración es la virtud el Nombre divino ya desde el Antiguo Testamento, como el Nombre de YAHVÉH proclamado desde la zarza ardiente (Éxodo 3: 1-18), y luego el de Jesús:

"Quien invocare el Nombre del Señor será salvo..."
(Hechos de los Apóstoles 2:21)

"...Que haya, pues, en ustedes aquél sentir que hubo también en Cristo Jesús, quien -pese a su condición divina-, no estimó el ser igual a Dios como cosa a la cual aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando la condición de siervo, hecho semejante a los humanos.
Y estando bajo la condición humana, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte... ¡y muerte de cruz!
De aquí que Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un Nombre que es sobre todo nombre, para que, al Nombre de JESÚS, se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que JESUCRISTO ES SEÑOR, para gloria de Dios Padre."
(Filipenses 2: 5-11)

San Pablo exhorta:

"Oren sin cesar..." (I Tesalonicenses 5: 17)
"Oren en todo tiempo -con toda oración y súplica en el Espíritu-, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos..." (Efesios 6:18)

En la tradición medieval de Occidente, ya san Bernardo de Claraval (s. X), nos ha dejado su hermoso verso:

Iesus mel in ore, in áudibus melus ...in corde iúbilus.

"Jesús es miel a la boca, melodía al oído, júbilo al corazón."

Y el apóstol moderno de la mística ortodoxa, San Paisij Vielichovsky, exclama:

"...Llevar al dulcísimo Jesús constantemente en el corazón, dejarse inflamar por el recuerdo constante de su Nombre bienamado y por un inefable amor hacia él."

La frase que se usa para la Oración de Jesús, se inspira en el grito de imploración con que el ciego de Jericó le ruega su sanación a Jesús:

"¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!" (San Lucas 18: 38),

así como en la oración del cobrador de impuestos:

"Oh Dios, compadécete de mí, que soy un pecador" (San Lucas 18: 13).

En qué consiste...

La Oración de Jesús comienza y aspira a repetir incesantemente esta oración:

Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador

Las palabras de la oración pueden variar, aunque lo mejor es retener una sola forma, más bien breve y fija y a la cual no se hagan cambios constantes.

Algo de la tradición de los Padres.

Finalmente, unas palabras de una catequesis sobre la Oración de Jesús, escrita por San Juan Clímaco (580-650).

"Que la oración de ustedes ignore todo lo múltiple: una sola palabra le bastó al cobrador de impuestos y al hijo pródigo para obtener el perdón de Dios.
No sean presumidos con las palabras que usen para orar.
¡Cuántas veces los simples y monótonos balbuceos de los bebés conmueven a su padre (madre)!

Así que no se lancen en discursos largos para que no dispersen su espíritu buscando palabras.

Una sola palabra del cobrador de impuestos conmovió la misericordia de Dios: una sola palabra, llena de fe, salvó al ladrón.

La mucha conversación en la oración, suele dispersar el espíritu, llenándolo de imágenes; pero, casi siempre, una sola palabra lo lleva al recogimiento."



U.I.O.G.D.

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