Apóstoles y Mártires.
(29 de Junio). Ornamentos Rojos. Traducción y adaptación a partir del texto en inglés de James Kiefer
La Confesión de Pedro (“Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”), se conmemora el 18 de Enero; y la Conversión de Pablo (en el camino de Damasco) una semana más tarde, el 25 de enero. Pero el 29 de junio, conmemoramos el martirio de ambos apóstoles. Esta fecha es el aniversario de un día -quizá del año 258-, bajo la persecución del Emperador Valeriano, cuando los supuestos restos de ambos apóstoles fueron trasladados temporalmente para evitar que cayesen en manos de los persecutores.
No hay registro en las Escrituras acerca de la muerte Pedro o Pablo, ni de ninguno de los apóstoles, salvo Jacobo (o Santiago), hijo de Zebedeo (Hechos de los Apóstoles 12:2), si bien, su muerte dura y violenta, aparece claramente anticipada (ver, por ejemplo, las lecturas de hoy). Es muy antigua la tradición que habla de la muerte de ambos en la ciudad de Roma, bajo el Emperador Nerón, y que ambos fueron sepultados allí. En su condición de ciudadano romano, Pablo pudo haber sido decapitado a espada, como dice la tradición. De Pedro dice su leyenda que fue crucificado cabeza abajo –habiendo él pedido esto último dado que no se consideraba digno de padecer como su Señor.
La actual Basílica de San Pedro en Roma, ha reemplazado iglesias anteriores edificadas en el mismo lugar a partir de tiempos del Emperador Constantino, a principios del siglo IV, creyéndose estar –bajo ella-, el sitio de la sepultura de Pedro. Al parecer, las excavaciones bajo el templo sugieren que la creencia es anterior a Constantino.
Escribe San Agustín de Hipona (Sermón 295):
"Ambos apóstoles comparten el mismo día de fiesta, pues estos dos fueron uno solo; y aún cuando sufrieran en días diferentes, fueron como uno solo: primeramente Pedro, siguiéndole Pablo. De aquí que celebremos este día, santificado para nosotros por la sangre de los apóstoles. Abracemos pues aquello que ellos creyeron, su vida, sus trabajos, sus padecimientos, su predicación, y la confesión de su fe."
Propios de la Fiesta:
Dios todopoderoso, cuyos benditos Apóstoles, Pedro y Pablo te glorificaron mediante su martirio: Concede a tu Iglesia que –instruida por su doctrina y ejemplo, y congregada en unidad por tu Espíritu-, pueda siempre permanecer firme sobre su único fundamento, que es Jesucristo –nuestro Señor-, quien vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.
Amén.
Prefacio de los Apóstoles.
U.I.O.G.D.
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