jueves, 2 de julio de 2009

Anglicanos Ficticios...

Por +Sergio Carranza,
Obispo Auxiliar de Los Ángeles, CA



Versión castellana:
Miguel Zavala-Múgica+,
Diócesis del Occidente de México.

Original en inglés, más abajo.


Esta semana (22 a 25 de junio) en Bedford, Texas, disidentes de la Iglesia Episcopal (en los Estados Unidos) han dado otro paso en el camino hacia un cisma anglicano, que han planeado cuidadosamente desde hace varios años, y que han ido instrumentando implacablemente desde que la Convención General de 2003 consensó la consagración episcopal del recién electo Obispo de la Diócesis de New Hampshire.

Un cisma –que es ni más ni menos que apartarse del Cuerpo de Cristo-, es algo muy triste y doloroso; pero, en este caso, se trata también de algo más bien deplorable, por cuanto quienes lo perpetran alegan que es el todo el que se ha separado de ellos, y han tenido la audacia de pretender que la Comunión Anglicana los reconozca a ellos como la verdadera expresión del Anglicanismo en este país y en el Canadá.

Dado que el movimiento cismático se ha orquestado internacionalmente, no hay duda de que los Primados de algunas provincias africanas, y uno del Cono Sur, se apresurarán a reconocerles, y a felicitar a su presunto arzobispo por su acción sediciosa en contra de la Iglesia Episcopal.

Si bien lamento profundamente su salida, les respetaría más si tuvieran el valor de asumir el hecho de que son ellos quienes salen de la única y legítima provincia anglicana en los Estados Unidos, convirtiéndose en una iglesia evangélica más. Creo que ese sería el camino más honesto y honorable.

El siguiente paso en el camino hacia un cisma anglicano, será el asalto a los Instrumentos de Comunión* por los mismos primados que celebran la formación de la Provincia pseudo-Anglicana Americana. Han boicoteado ya la Conferencia de Lambeth, están repudiando al Consejo Consultivo Anglicano, y van a secuestrar la Reunión de Primados y a rechazar al Arzobispo de Canterbury.

Si llegaran a tener éxito en su complot, habrán desfigurado y deformado la Comunión a tal grado que el único elemento Anglicano en ella, sería el nombre.

Es triste ver partir a estos hermanos y hermanas que rechazan la Iglesia Episcopal, pero es aún más triste darse uno cuenta de que llevan en su seno las semillas de divisiones y tensiones; no sólo porque no son todos de un mismo sentir, sino porque sus motivos son diversos.

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* NOTA EDITORIAL:

Los instrumentos de unidad o instrumentos de comunión, son instituciones que ayudan a dar cohesión a cuarenta y cuatro cuerpos eclesiásticos autónomos: 34 Provincias o Iglesias autónomas, cuatro Iglesias Unidas y otras seis Iglesias y diócesis extra-provinciales que forman la Comunión Anglicana.

La
Conferencia de Lambeth –reunión de cada diez años de todos los obispos anglicanos con jurisdicción-, el Consejo Consultivo Anglicano, –formado por representantes clérigos y laicos de toda la Comunión-, la Reunión de Primados –los obispos que presiden a los obispos en cada provincia-, y la persona del Arzobispo de Canterbury
–primado de honor y no de jurisdicción.

Son organismos consultivos, ninguno tiene jurisdicción universal en toda la Comunión Anglicana, la cual se caracteriza esencialmente por ser un todo flexible y no monolítico, complejo y no uniforme, de aquí la preocupación de este Obispo, que escribe para anglicanos en la Diócesis de Los Angeles, en vísperas de la
Convención General -2009-, de la Iglesia Episcopal en Anaheim, CA.
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Fictitious Anglicans

by Bishop Assistant Sergio Carranza


Last week (June 22-25) in Bedford, Texas, dissidents from The Episcopal Church (TEC) took another step on the road to an Anglican schism which they carefully planned several years ago and which they have been implementing implacably since the 2003 General Convention consented to the consecration of the newly elected bishop of the Diocese of New Hampshire.

Schism, which is nothing less than the rending apart of Christ's body, is very sad and very painful, but in this case it is also rather deplorable, because its perpetrators claim that the whole has broken away from them, and have the audacity to pretend that the Anglican Communion recognizes them as the true expression of Anglicanism in this country and in Canada.

Since the schismatic move has been orchestrated internationally, there is no doubt that the Primates of some African Provinces, and the one of the Southern Cone, will rush to recognize them, and to congratulate its presumed archbishop for his seditious act against TEC.

Although I deeply lament their move, I would respect them more if they had the courage to accept that they are departing from the only and legitimate Anglican Province in the United States, and becoming one more evangelical church. I think this would be the most honest and honorable route.

The next step on the road to an Anglican schism will be an assault on the Instruments of Communion by the very same Primates who celebrate the formation of the American pseudo-Anglican province. They have already boycotted the Lambeth Conference. They are repudiating the Anglican Consultative Council. They will hijack the Primates Meeting. They will disavow the Archbishop of Canterbury.

If they succeed in their plot, they would have disfigured and deformed the Communion to such a degree that the only Anglican element in it would be the appellation.

It is sad to see the departure of these sisters and brothers who have rejected TEC, but it is sadder to realize that they carry in their bosom the seeds of divisiveness and strife; not only because they are not of the same mind, but because their motives are different.



U.I.O.G.D.
…Para que en todas las cosas sea Dios glorificado.


Pena de... ¡Muerte...! a
secuestradores y asesinos...
Orar por nuestros enemigos: ¿Cosa posible?



Pbro. Miguel Zavala-Múgica+

Hace poco, un querido hermano ha padecido la pena de tener desaparecido a un familiar suyo; así que pidió a sus amigos que circulásemos un mensaje con su media filiación levantada por la policía. Yo además pedí a mis contactos en línea que orasen por las personas desaparecidas y secuestradas, así como por la conversión de los secuestradores.
Al común de las personas decentes, la simple mención de los secuestradores le causa una justísima indignación y enfado; y a una mayoría le causa extrañeza el que se sugiera orar por los secuestradores.
Esto de orar por nuestros enemigos, o como quiera decirse: por los que hacen el mal, etc., no es cuestión de desearles que se saquen la lotería, ni que les vaya de lujo... No. En primer lugar se trata de orar por su conversión y cambio de vida; esto es -sin duda-, orar por el bien de ellos; pero no debe confundirse el Bien con la comodidad o lujos materiales.
Orar no es --por lo menos
no en primer lugar--, "pedir cosas".
El Padre Ripalda, autor de un viejo catecismo católico romano, dice algo con lo que estoy de acuerdo al 100%: "Orar es elevar el alma a Dios y pedirle mercedes..." ; pero Ripalda no profundizó mucho en lo de "elevar el alma", y las personas en general exageramos en lo de "pedir mercedes".
Lo primero de orar es saber escuchar, escuchar a Dios: no se trata de "oír voces" a lo paranoide, pero sí de limpiar la mente y repetir en una actitud de sencillez y humildad: "Habla Señor, que tu siervo escucha". Dios habla de muchas maneras: através de acontecimientos sociales, familiares, y/o de las operaciones internas de nuestro corazón, de lo que se trata es de ponerse en condición de aprestarse a su voluntad.
¿Y cuál es la voluntad de Dios? Por la 1a. de Timoteo, el Apóstol dijo:


"Dios quiere que toda persona se salve y
llegue al conocimiento pleno de la verdad".


He ahí de lo que se trata en relación a los secuestradores y a toda esa casta de malhechores: "llegar al conocimiento de la verdad".
Jesús -el Divino Maestro de Nazaret-, quien para mí y para todos los que nos confesamos crtistianos, es el más humilde e inocente de los seres humanos -condenado a muerte ante su juez terrenal-, dijo:


"Todo Aquél que es de la Verdad,
oye mi voz..."

Pilato, por su parte, replicó: "¿Y qué es la Verdad?" Según el texto juanino, el Salvador nada respondió: creo yo que lo que no hubo fue una respuesta verbal inmediata, pero respuesta, sí que la hubo, porque el Maestro era conducido a su Pasión, a su Cruz, a padecer -precisamente-, una infamante y terrible pena capital.
La Cruz es una respuesta harto contundente, pero que está abierta a varias experiencias personales, porque la verdad es como un diamante: podrá ser una sola, pero tiene muchas aristas y caras.
Esa pena capital hoy -muchas veces de manera hipócrita- se invoca para secuestradores y asesinos, abusando y chantajeando moralmente con ello, los sentimientos y ánimos de las víctimas, aprovechándose infamemente de los tiempos que se viven en nuestra patria-, so pretexto de justicia.
¿Quiénes han de ser las víctimas frecuentísimas de una pena capital restaurada, si no los pobres y quienes no puedan pagarse una buena defensa abogacial, o quienes sean señalados por un juez corrupto o una conspiración de poder?
El ejemplo mismo de la Pasión de Nuestro Señor es una muestra bien clara de lo anterior... Y si Dios quiere que toda persona llegue a conocer plenamente la verdad, ¿no lo querrá particularmente en el caso de los más espantosamente equivocados de sus hijos?
Nuestra sociedad tiene que hallar un punto medio entre la justicia que castiga al malhechor y la justicia que resarce a la víctima. Lo que no se puede hacer sin que medie otra injusticia, es lucrar moral y políticamente con las esperanzas y la fe de las personas.
Es cierto que hay gente muy dura, que jamás llega a cambiar:
¿determina eso que otros muchos no quieran hacerlo?
La Fe NO es un negarse empecinadamente a ver la realidad (como esta realidad horrenda de crimen y violencia), sino que se trata de un don, de una gracia; no se tiene nomás porque sí, ni cualquier crédulo la tiene por el mero hecho de "creer".
En cambio, la Fe es un mirar allende la realidad, es querer mirar con la mirada de Dios (incluso, a veces, con la mirada de Cristo desde lo alto de la Cruz), y eso es un compromiso muy gordo:
Cuando presumimos creer en Dios, ¿tratamos de saber si Dios cree en nosotros? Así como orar es más estar en disposición de escuchar que de hablar, tener fe consiste más en poner atención en que Dios crea en nosotros, que del solo hecho de que nosotros creamos en él ( "...hasta los demonios creen, no obstante tiemblan". Epístola de Santiago).
Al final del día, Fe es tener -firme en el corazón- la convicción de que Dios puede lo que nosotros no podemos, donde nosotros no podemos y cuando nosotros no podemos. Es a la vez estabilidad en el corazón y fuerza para ir donde sea necesario --como las dos columnas del Templo que es el Cuerpo Místico de Cristo.
Ojalá que las iglesias y sus pastores principales y los concilios y sínodos -haciendo temporalmente a un lado esos asuntos internos tan importantes concernientes a su propia sobrevivencia-, se decidan a voltear hacia afuera -al mundo-, y a incluir en sus agendas, y a ejercer su misión profética con estos temas que tienen que de verdad tienen que ver con el Reino de Dios.


U.I.O.G.D.
...Para que en todas las cosas sea Dios glorificado.