Propios de la Santa Eucaristía.
XXII Domingo después de Pentecostés (Propio 23)
12 de Octubre, A.D. 2008.
XXII Domingo después de Pentecostés (Propio 23)
12 de Octubre, A.D. 2008.
Colecta del Día.
Oremos:
Te rogamos, oh Señor, que tu Gracia siempre nos preceda y acompañe, para que continuamente nos dediquemos a buenas obras; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.
Te rogamos, oh Señor, que tu Gracia siempre nos preceda y acompañe, para que continuamente nos dediquemos a buenas obras; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.
Pueblo: Amén.
Lectura del Libro del Profeta Isaías
(25:1-9)
Señor, tú eres mi Dios; yo te alabo y bendigo tu nombre, porque has realizado tus planes admirables, fieles y seguros desde tiempos antiguos. Has convertido las ciudades en montones de piedras, las ciudades fortificadas en ruinas; destruiste los palacios de los enemigos, y no serán reconstruidos jamás.
Por esto un pueblo violento te honra, las ciudades de gente cruel te temen. Porque tú has sido un refugio para el pobre, un protector para el necesitado en su aflicción, refugio contra la tempestad, sombra contra el calor. El aliento de los hombres crueles es como una tempestad de invierno, o como el calor en tierra seca. Tú dominas el tumulto de los enemigos como calmas el calor con la sombra de una nube. Tú obligas a los hombres crueles a guardar silencio.
En el monte Sión, el Señor todopoderoso preparará para todas las naciones un banquete con ricos manjares y vinos añejos, con deliciosas comidas y los más puros vinos. En este monte destruirá el Señor el velo que cubría a todos los pueblos, el manto que envolvía a todas las naciones. El Señor destruirá para siempre la muerte, secará las lágrimas de los ojos de todos y hará desaparecer en toda la tierra la deshonra de su pueblo.
El Señor lo ha dicho. En ese día se dirá: --“Este es nuestro Dios, en él confiamos y él nos salvó. Alegrémonos, gocémonos, él nos ha salvado.”
Palabra del Señor.
Pueblo: Demos gracias a Dios.
(25:1-9)
Señor, tú eres mi Dios; yo te alabo y bendigo tu nombre, porque has realizado tus planes admirables, fieles y seguros desde tiempos antiguos. Has convertido las ciudades en montones de piedras, las ciudades fortificadas en ruinas; destruiste los palacios de los enemigos, y no serán reconstruidos jamás.
Por esto un pueblo violento te honra, las ciudades de gente cruel te temen. Porque tú has sido un refugio para el pobre, un protector para el necesitado en su aflicción, refugio contra la tempestad, sombra contra el calor. El aliento de los hombres crueles es como una tempestad de invierno, o como el calor en tierra seca. Tú dominas el tumulto de los enemigos como calmas el calor con la sombra de una nube. Tú obligas a los hombres crueles a guardar silencio.
En el monte Sión, el Señor todopoderoso preparará para todas las naciones un banquete con ricos manjares y vinos añejos, con deliciosas comidas y los más puros vinos. En este monte destruirá el Señor el velo que cubría a todos los pueblos, el manto que envolvía a todas las naciones. El Señor destruirá para siempre la muerte, secará las lágrimas de los ojos de todos y hará desaparecer en toda la tierra la deshonra de su pueblo.
El Señor lo ha dicho. En ese día se dirá: --“Este es nuestro Dios, en él confiamos y él nos salvó. Alegrémonos, gocémonos, él nos ha salvado.”
Palabra del Señor.
Pueblo: Demos gracias a Dios.
Salmo 23
R.- El Señor es mi pastor; nada me falta.
1 El Señor es mi pastor;* nada me falta.
R.- El Señor es mi pastor; nada me falta.
1 El Señor es mi pastor;* nada me falta.
2 En verdes pastos me hace descansar,* me conduce hacia aguas tranquilas,
3 aviva mi alma,* y me guía por sendas seguras, por honor a su Nombre.
4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré peligro alguno,*
porque tú, Señor, estás conmigo;
tu vara y tu bastón me infunden aliento.
5 Aderezas la mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores;*
unges mi cabeza con óleo,
mi copa está rebosando.
6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán,
todos los días, de mi vida.
Y en la Casa, del Señor, moraré por largos días.
R.- El Señor es mi pastor; nada me falta.
Lectura de la Carta del
Apóstol San Pablo a los Filipenses
(4:4-13).
Hermanos: Alégrense siempre en el Señor. Repito: ¡Alégrense! Que todos los conozcan a ustedes como personas bondadosas. El Señor ya está cerca.
No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también. Así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el hombre puede entender; y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús.
Por último, hermanos, pongan su mente en todo lo verdadero, en todo lo que es digno de respeto, en todo lo recto, en todo lo puro, en todo lo agradable, en todo lo que tiene buena fama. Piensen en toda clase de virtudes, en todo lo que merece alabanza. Sigan practicando lo que les enseñé y las instrucciones que les di, lo que me oyeron decir y lo que me vieron hacer: háganlo así y el Dios de paz estará con ustedes.
Me alegro mucho en el Señor de que ustedes hayan vuelto a pensar en mí. No quiero decir que me hubieran olvidado, sino que no tenían la oportunidad de ayudarme. No lo digo porque yo esté necesitado, pues he aprendido a contentarme con lo que tengo. Sé lo que es vivir en la pobreza, y también lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a hacer frente a cualquier situación, lo mismo a estar satisfecho que a tener hambre, a tener de sobra que a no tener nada.
A todo puedo hacerle frente, gracias a Cristo que me fortalece.
Palabra del Señor.
Pueblo: Demos gracias a Dios.
R.- El Señor es mi pastor; nada me falta.
Lectura de la Carta del
Apóstol San Pablo a los Filipenses
(4:4-13).
Hermanos: Alégrense siempre en el Señor. Repito: ¡Alégrense! Que todos los conozcan a ustedes como personas bondadosas. El Señor ya está cerca.
No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también. Así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el hombre puede entender; y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús.
Por último, hermanos, pongan su mente en todo lo verdadero, en todo lo que es digno de respeto, en todo lo recto, en todo lo puro, en todo lo agradable, en todo lo que tiene buena fama. Piensen en toda clase de virtudes, en todo lo que merece alabanza. Sigan practicando lo que les enseñé y las instrucciones que les di, lo que me oyeron decir y lo que me vieron hacer: háganlo así y el Dios de paz estará con ustedes.
Me alegro mucho en el Señor de que ustedes hayan vuelto a pensar en mí. No quiero decir que me hubieran olvidado, sino que no tenían la oportunidad de ayudarme. No lo digo porque yo esté necesitado, pues he aprendido a contentarme con lo que tengo. Sé lo que es vivir en la pobreza, y también lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a hacer frente a cualquier situación, lo mismo a estar satisfecho que a tener hambre, a tener de sobra que a no tener nada.
A todo puedo hacerle frente, gracias a Cristo que me fortalece.
Palabra del Señor.
Pueblo: Demos gracias a Dios.
Santo Evangelio de
Nuestro Señor Jesucristo según
San Mateo
(22:1-14).
Pueblo: Gloria a ti, Cristo Señor.
+ Jesús comenzó a hablarles otra vez por medio de parábolas.
Les dijo: “Sucede con el Reino de los Cielos como con un rey que hizo un banquete para la boda de su hijo. Mandó a sus criados que fueran a llamar a los invitados, pero estos no quisieron asistir. Volvió a mandar otros criados, encargándoles: --‘Digan a los invitados que ya tengo preparada la comida. Mandé matar mis reses y animales engordados, y todo está listo; que vengan al banquete.’ Pero los invitados no hicieron caso. Uno de ellos se fue a sus terrenos, otro se fue a sus negocios, y los otros agarraron a los criados del rey y los maltrataron hasta matarlos.
Entonces el rey se enojó mucho, y ordenó a sus soldados que mataran a aquellos asesinos y quemaran su pueblo. Luego dijo a sus criados: --‘El banquete está listo, pero aquellos invitados no merecían venir. Vayan, pues, ustedes a las calles principales, e inviten al banquete a todos los que encuentren.’ Los criados salieron a las calles y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos; y así la sala se llenó de gente.
Cuando el rey entró a ver a los invitados, se fijó en un hombre que no iba vestido apropiadamente para la boda. Le dijo: --‘Amigo, ¿cómo has entrado aquí, si no vienes vestido para la boda?’ Pero el otro se quedó callado. Entonces el rey dijo a los que atendían las mesas: --‘Átenlo de pies y manos y échenlo a las tinieblas de afuera.’ Entonces vendrán el llanto y la desesperación.’ Porque muchos son llamados, pero pocos escogidos.”
El Evangelio del Señor.
Pueblo: Te alabamos, Cristo Señor.
Nuestro Señor Jesucristo según
San Mateo
(22:1-14).
Pueblo: Gloria a ti, Cristo Señor.
+ Jesús comenzó a hablarles otra vez por medio de parábolas.
Les dijo: “Sucede con el Reino de los Cielos como con un rey que hizo un banquete para la boda de su hijo. Mandó a sus criados que fueran a llamar a los invitados, pero estos no quisieron asistir. Volvió a mandar otros criados, encargándoles: --‘Digan a los invitados que ya tengo preparada la comida. Mandé matar mis reses y animales engordados, y todo está listo; que vengan al banquete.’ Pero los invitados no hicieron caso. Uno de ellos se fue a sus terrenos, otro se fue a sus negocios, y los otros agarraron a los criados del rey y los maltrataron hasta matarlos.
Entonces el rey se enojó mucho, y ordenó a sus soldados que mataran a aquellos asesinos y quemaran su pueblo. Luego dijo a sus criados: --‘El banquete está listo, pero aquellos invitados no merecían venir. Vayan, pues, ustedes a las calles principales, e inviten al banquete a todos los que encuentren.’ Los criados salieron a las calles y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos; y así la sala se llenó de gente.
Cuando el rey entró a ver a los invitados, se fijó en un hombre que no iba vestido apropiadamente para la boda. Le dijo: --‘Amigo, ¿cómo has entrado aquí, si no vienes vestido para la boda?’ Pero el otro se quedó callado. Entonces el rey dijo a los que atendían las mesas: --‘Átenlo de pies y manos y échenlo a las tinieblas de afuera.’ Entonces vendrán el llanto y la desesperación.’ Porque muchos son llamados, pero pocos escogidos.”
El Evangelio del Señor.
Pueblo: Te alabamos, Cristo Señor.
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Conmemoraciones de la Semana:
14 de octubre: Samuel Isaac José Schereschewsky; Obispo de Shanghai, 1906
15 de octubre: Teresa de Ávila; Religiosa y Mística, Maestra de la Fe, 1515
16 de octubre: Hugo Latimer, Nicolás Ridley, Tomás Cranmer; Obispos y
Compañeros Mártires; 1555, 1556
17 de octubre: Ignacio de Antioquía, Obispo y Mártir, 115
18 de octubre: SAN LUCAS EVANGELISTA (Fiesta Mayor).
Ciclo Anglicano de Oración:
La Iglesia de la Provincia de África Occidental.
Justice Ofei Akrofi, Obispo de Accra y Arzobispo Primado de África Occidental.
La obra anglicana comenzó alrededor de 1752 en Ghana y a mediados del siglo XIX en Gambia, Guinea, Liberia y Sierra Leona. La Provincia de África Occidental se estableció en 1951. Posteriormente, en 1979, la provincia se dividió para permitir la formación de la Provincia de Nigeria. El Anglicanismo forma una pequeña parte del mosaico de religiones existentes en las naciones de la Provincia; el testimonio cristiano se ve desafiado por las guerras civiles y otros conflictos.
La Iglesia de la Provincia de África Occidental.
Justice Ofei Akrofi, Obispo de Accra y Arzobispo Primado de África Occidental.
La obra anglicana comenzó alrededor de 1752 en Ghana y a mediados del siglo XIX en Gambia, Guinea, Liberia y Sierra Leona. La Provincia de África Occidental se estableció en 1951. Posteriormente, en 1979, la provincia se dividió para permitir la formación de la Provincia de Nigeria. El Anglicanismo forma una pequeña parte del mosaico de religiones existentes en las naciones de la Provincia; el testimonio cristiano se ve desafiado por las guerras civiles y otros conflictos.
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U.I.O.G.D.
Para que en Todas las cosas sea Dios Glorificado.
U.I.O.G.D.
Para que en Todas las cosas sea Dios Glorificado.