lunes, 25 de agosto de 2008

San Bartolomé Apóstol
FIESTA MAYOR
24 de Agosto.
Rojo: Mártir.
Traducción, adaptación y compilación del
Pbro. Miguel Zavala-Múgica,
con datos de los documentos en Inglés de Wikipedia, la enciclopedia libre http://en.wikipedia.org/wiki/Saint_Bartholomew
San Bartolomé fue uno de los Doce Apóstoles de Jesús. Bartolomé (en el griego del Nuevo Testamento: Βαρθολομαίος, --“Bartholomaîos”) es –en realidad-, un nombre arameo: bar-Tôlmay (תולמי‎‎‎‎‎-בר‎‎), el “hijo de Tolmay (o Ptolomeo), o bien: “hijo de los surcos” (quizá un labrador). Muchos comentaristas, basados en este significado, han señalado que no se trataba de un nombre personal, sino de familia [1] .
Arriba: Icono bizantino en la Iglesia de San Bartolomé de Long Benton, Diócesis Anglicana de Newcastle, Inglaterra.
La Fiesta de San Bartolomé se celebra el 24 de agosto en la Iglesia Occidental, y el 11 de junio en las Iglesias Orientales. La Iglesia Armenia Apostólica honra a San Bartolomé, junto con San Judas Tadeo como sus santos patronos. La Iglesia Copta le conmemora el 01 de enero. La fiesta de agosto ha sido ocasión tradicional para ferias y mercados; como la Feria de San Bartolomé, que sirve de escenario a la obra teatral de Ben Jonson.
Referencias en el Nuevo Testamento.
Aunque Bartolomé es contado entre los Doce Apóstoles en los tres Evangelios Sinópticos: Mateo, Marcos, y Lucas, y aparece también entre los testigos de la Ascensión (Hechos 1: 4, 12, 13), todas las veces mencionado en compañía de Felipe, se trata de uno de los apóstoles de quienes no se relata ni una sola acción o diálogo en todo el Nuevo Testamento.
Natanael
No fue sino hasta principios del siglo IX que Bartolomé fue asociado con Natanael, mencionado solamente en el Evangelio según San Juan. En los Evangelios sinópticos, Felipe y Bartolomé son siempre mencionados juntos, mientras que Natanael no es jamás mencionado; por otra parte, en el Evangelio de Juan, Felipe y Natanael son mencionados juntos de modo similar, mientras que no se dice nada de Bartolomé. Sin embargo, algunos estudiosos bíblicos rechazan esta identificación [2] .
En el Evangelio de Juan (Juan 1: 45-51), Natanael es presentado a Jesús como un amigo de Felipe. Es descrito como inicialmente escéptico respecto de Jesús como Mesías, por venir éste de Nazaret:
--“¿De Nazaret puede salir algo bueno?”,

sin embargo acude a la invitación de Felipe. Jesús de inmediato lo califica:

“He aquí un auténtico israelita en quien no hay dolo…”

Natanael pregunta a Jesús de dónde le conoce; Jesús responde:

“Antes que Felipe te llamara –cuando estabas bajo la higuera-, te vi…”

Algunos eruditos bíblicos sostienen que tal respuesta está basada en una figura del lenguaje rabínico que se refiere al estudio de la Toráh. Natanael reconoce a Jesús:

“Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel…”

Natanael reaparece al final del Evangelio de Juan (21:2) como uno de los discípulos ante quienes Jesús se manifiesta resucitado en el Mar de Tiberíades.
Tradición
Conforme a la tradición siríaca, el nombre original de Bartolomé era Jesús, lo cual habría ocasionado que tomase otro nombre.
La Historia Eclesiástica de Eusebio de Cesarea establece que –después de la Ascensión, Bartolomé fue como misionero a la India, donde habría dejado una copia del Evangelio de Mateo. Otras tradiciones registran que sirvió como misionero en Etiopía, Mesopotamia, Partia, y Lycaonia. [1] Una línea de tradición sigue asociándolo con su amigo Apóstol Felipe (y la hermana de éste: Mariamne) con quienes habría hacho numerosos viajes misioneros.
Con el Apóstol Judas, com compañero, Bartolomé tiene la reputación de haber sido el primer evangelizador de Armenia en el siglo I; por lo cual ambos son considerados allí como santos patronos --junto con San Gregorio el Iluminador (fundador histórico del cristianismo armenio). Hay también una tradición local que dice que fue martirizado en el sitio de la llamada Torre de la Doncella en Bakú, Azerbaiyán, siendo desollado vivo, crucificado cabeza abajo, y decapitado.
Luego de su martirio en este país, se dice que el ataúd con su cadáver acabó en las costas de Lipari (pequeña isla de la costa de Sicilia), donde se guarda buena parte de su piel y de sus huesos en la Catedral de San Bartolomé Apóstol. El Sacro Emperador Romano Otón II llevó sus reliquias a Roma (a la basílica de San Bartolomeo all'Isola) en 983. La iglesia había heredado un antiguo centro médico pagano. Tal asociación local con la medicina, hizo que su nombre se asociara frecuentemente con medicina y hospitales [3] . Partes de su cráneo fueron llevadas Frankfurt, y un brazo se conserva –hasta el presente-, en la Catedral de Canterbury.
Milagros atribuidos
En la tradición ortodoxa oriental, San Bartolomé se apareció a San José el Himnógrafo y le bendijo de modo que pudiera cantar y componer: “¡Que el agua celestial de la sabiduría fluya de tu lengua!” Se habla de otra aparición al Emperador Anastasio (491-518) para anunciarle que el Apóstol sería el protector de la nueva ciudad de Dara, en Mesopotamia, una de las sedes de sus reliquias.
Las atribuciones más populares, son parte del folclor de la Isla de Lipari, y tienen que ver con el cuerpo del Apóstol y la estatua de oro y plata que cambiaba de peso según las circunstancias. Según eso, los cristianos sepultaron su cuerpo, pero los paganos arrojaron su ataúd al mar; cuando el cuerpo de San Bartolomé fue hallado cerca de la costa, el Obispo Agatón de Lipari (quien habría tenido una visión que le permitiera saber de la llegada del cuerpo), mandó a muchos hombres a llevar el cadáver a la Catedral. Este intento falló debido al enorme peso del cadáver, entonces el Obispo envió a unos niños, quienes fácilmente trasladaron el cuerpo.
Otra historia habla de cómo –al ser llevada en procesión-, la estatua se hizo pesada en tres sucesivos momentos, de modo que se evitó que una multitud de gente muriera en un derrumbe que sucedió un tanto más adelante, en la ruta de la procesión.
Durante la II Guerra Mundial, el gobierno fascista intentó fundir la estatua para financiarse; se dice que, al enviarse técnicos a pesar la estatua, encontraron que esta sólo pesaba unas cuantas onzas, cuando en realidad pesa mucho más.
Hay muchas otras historias de milagros atribuidos a San Bartolomé, y que se relacionan con el peso de los objetos.
Arte y Literatura


Estatua de San Bartolomé –envuelto en su propia piel, de Marco d'Agrate, en la catedral de Milán, o Duomo di Milano en 1562.

En muchas obras de arte, Bartolomé es representado con un largo cuchillo, o –como en el Juicio Final de Miguel Ángel-, con su propio pellejo entre las manos, o echado al hombro. Por lo ya expresado, es patrono de estibadores, levantadores de pesas, peleteros y curtidores.
San Bartolomé toma parte en la historia utópica de Francis Bacon Nueva Atlántida, acerca de la mítica y aislada tierra de Bensalem, poblada por gente dedicada a la razón y a la filosofía natural. Unos veinte años después de la Ascensión de Cristo, el pueblo de Bensalem halló un arca que flotaba en sus costas. Esta arca contenía una carta, así como los libros del Antiguo y el Nuevo Testamentos. La carta era del Apóstol Bartolomé, quien declaraba que un ángel le había instruido a echar el arca, con su contenido, a la deriva. Así, los científicos de Bensalem recibieron la Revelación de la Palabra de Dios [4] .
San Bartolomé: Fragmento del fresco de El Juicio Final de Michel Ángelo Buonarrotti, sobre el altar mayor de la Capilla Sixtina. El Santo sostiene en su diestra un cuchillo, y en su siniestra, la piel de su cuerpo, en cuyo rostro puede reconocerse el del artista.
Referencias
1. ^ a b Encyclopedia Britannica, micropedia. vol. 1, p. 924. Chicago: Encyclopedia Britannica, Inc., 1998. ISBN 0-85229-633-0.
2. ^ John P. Meier, A Marginal Jew Volumen 3, Doubleday, 2001. pp 199-200. ISBN 0-385-49663-4
3. ^ Attwater, Donald & Catherine Rachel John. The Penguin Dictionary of Saints. 3ª. edición. New York: Penguin Books, 1993. ISBN 0140513124.
4. ^ Text at Project Gutenberg
Otras fuentes

1. Easton's Bible Dictionary, 1897.

2. Encyclopedia Anglicana, 1911

3. Hanks, Patrick and Flavia Hodges, Dictionary of First Names,
Oxford University Press, 1996

4. Attwater, Donald and Catherine Rachel John. The Penguin Dictionary of Saints. 3rd edition. New York: Penguin Books, 1993. ISBN 0140513124.

5. Para una discusión sobre San Bartolomé en el barroco español del pintor José de Ribera –el Españoleto-, véase: Williamson, Mark A. "The Martyrdom Paintings of Jusepe de Ribera: Catharsis and Transformation", PhD Dissertation, Binghamton University, Binghamton, New York 2000 (disponible en línea en: www.myspace.com/markwilliamson13732 ).

U.I.O.G.D.
Eficacia feliz de ser amado...

Miguel Zavala-Múgica+


...Y si fuese verdad
que se puede ser redimido
y salvado
porque a alguien le importamos.

...Y si fuese verdad
que es más trascendente
ser amados por Alguien
que el amor mismo
que uno sea capaz de dar.

...Y si fuese verdad
que alguien me hubiera amado
antes de comenzar yo a amar.

Y si pudiese hallarse
la chispa de consciencia
de ser amado...

Entonces sería maravilloso amar
sería importantísimo amar
no se podría hacer nada mejor
ni nada más
que corresponder a un amor
que inunda
que antecede a la existencia.

Sería de primer orden amar
uno se sabría amado
amado desde antes
del mismo ser.

Lo importante en la vida
puede ser amar
pero no es el haber amado
sino que alguien me ha amado primero.

Sería un don inefable
regalo indescriptible
se llamaría Gracia
no tendría costo
y –a un tiempo-
sería lo más preciado.

Nos llevan como un brazalete
como tatuados en un brazo
como grabados en la diestra
alguien nos tiene en mente
alguien nos ha bordado en su almohada…

…y nos sueña, nos sueña…
¡eso sí... ahora mismo!

Y si fuera verdad que es posible
aprender a amar cuando uno se sabe amado...

Ay cuánto amor recibimos
nunca correspondido…

¡Cuántas horas inútiles
desperdiciadas de la vida…!
Rumiando rencores
y amargando olvidos
masticando rabias
maquinando desquites…

¡Y perdiendo la Gracia !
¡y perdiendo la Gracia !

¡Cuidado entonces...
...que se pierde la Gracia...!

¡Ay!
Empedrando
de piedras afiladas
el deprimente camino
de un infierno que sí existe...

¡Y perdiendo el Amor!
¡Desperdiciando Gracia!

Perdiendo miserablemente el tiempo
¡Desperdiciando Gracia!

¿Y si tu capacidad de amar
valiera sólo cinco centavos…?
¿Y si tu “amor” fuese sólo un cariño…
un desabrido y anónimo “afecto”,
o una insípida “estimación”.

Aún valdría la pena invertir…
Aún merecería la pena aplicar
cinco centavos de cariño
en una empresa que ofreciera
la garantía de doblar la inversión
siquiera una vez…

¿Será entonces cierto
que podemos amar por imitación?

Pero… ¿Y si no hubiese a quién imitar?

Habría que hacer intentonas de amor
habría que hacer gestos de amor
en un espejo
a ver si nos miramos
a ver si nos captamos
a ver nos logramos copiar
y hacer imitación de nosotros mismos.

Habría que amar a como diera lugar
porque amor es generar vida
y verdadera vida solamente es amar.

Habría que sacarnos el amor
de donde lo trajésemos escondido
de los bolsillos, de entre los cabellos
de detrás de las muelas
y hasta de dentro de las orejas…

Habría que amar a como diese lugar
sin dar lugar a perdernos la vida
ni a desperdiciar la Gracia …

¡Ay cuánto vale
el tiempo maravilloso urgente
e insustituible de la Gracia !

Habría que amar con simpleza
y sin complicaciones
con la mirada limpia
y el ánima sencilla
habría que buscar
la oportunidad de Gracia
y el tiempo inapropiado
o apropiado de amar a tiempo
y a destiempo…

Y no olvidar
jamás nunca olvidar
que no redime tanto
ese amor que hemos dado
cuanto ese amor recibido
del que cuesta una vida
llegar a ser conscientes.

Si tan sólo fuese verdad
que se puede ser redimido
y rescatado
porque hay quien nos piensa
porque a alguien le importamos.

Y aunque vivamos vidas
ajenas y alejadas
nos redima el hecho
certero y contundente
de que alguien nos llevara
tatuados en un brazo
grabados en la diestra…

Pues más cierto redime
haber sido encontrados
que el hecho mismo
de encontrar nosotros.

U.I.O.G.D.