Santos Simón y Judas, Apóstoles.
Fiesta Mayor.
28 de Octubre.
Traducido y compilado por el
Con datos de Lesser Feasts and Fasts 2006 Ed. The Church Pension Group 2006, y de la hagiografía de James E. Kiefer en http://justus.anglican.org/resources/bio/277.html
Hay diversas listas de los Doce Apóstoles en el Nuevo Testamento (Mateo 10:2-4; Marcos 3:16-19; Lucas 6:14-16, y Hechos 1:13), en ellas, los lugares décimo y undécimo, son ocupados por Simón el Zelota (asimismo llamado: Simón el “Cananeo”), y por Judas de Jacobo (Yehudáh ben Yaaqob, en hebreo), también llamado Tadeo o Lebeo.
Testimonio de los Evangelios.
Simón.
Lo único que los Evangelios cuentan acerca de Simón es que era uno de los discípulos de Jesús, y que era llamado “el Zelota” (Zelótês, en la forma griega).
Simón no es mencionado por nombre en el Nuevo Testamento, salvo en las listas ya mencionadas. Algunos autores modernos –como Oscar Cullman: Jesús y los Revolucionarios de su Tiempo-, han hecho serias conjeturas acerca de su sobrenombre, asociándole con el movimiento Zelota del que escribe el historiador Flavio Josefo, y que era un movimiento independentista judío, contra la opresión romana, que recurría a la guerrilla y el asesinato político.
Sin embargo, parecen haber existido, a principios del siglo I, diversos movimientos denominados zelotas, no todos similares entre sí, y Josefo escribe (Guerra de los Judíos 4:3,9) que el movimiento que él describe no se levantó sino hasta poco antes de la destrucción del Templo por los romanos en el año 70 d.C. Si de hecho Simón fue miembro de alguna de las diversas facciones así llamadas, o si el apodo se refiere –como quieren algunos-, a su “celo” por la Ley judía, en realidad no hay nada claro.
Jesús y sus primeros seguidores podrían –desde luego haber estado en contacto no sólo con los zelotas, sino también con los esenios; pero diversos elementos indican distanciamientos de jesús y sus discípulos, tanto ideológicos como prácticos con estos grupos. Jesús mismo era fariseo, y quedan claras –en los Evangelios-, las numerosas discrepancias que tuvo con su propia gente.
Judas.
Etimología de sus nombres.
El nombre de Judas es, en el hebreo original: Yehudáh. Los nombres hebreos masculinos que terminan en “–áh”, al pasar al griego toman una forma terminada en “–as” (Yehudáh –‘Ioudas, de donde nos llega el latín: Iudas)
Thadai (= Tadeo) es posiblemente una variante de Theudas, que a su vez pudo ser usado como equivalente griego de “Judas”, pues el nombre de Yehudáh contiene, como muchos otros nombres hebreos –en forma de apócope, una mención del nombre de Dios (Yéh = Yahvéh), y en el nombre de Theudas parece haber una sustitución de la forma hebrea por la griega: Theòs (“Dios”, en griego).
Lebeo podría provenir del hebreo leb (= “corazón”), y significar “hombre de corazón”, y ser otra variante de Tadeo, pero es menos probable. No se trata precisamente de que el Apóstol hubiera llevado de hecho, en su persona, las tres denominaciones: Judas, Tadeo y Lebeo, sino que, en su día, los tres nombres podrían haber sino considerados como vagamente equivalentes. Ejemplo: En el Evangelio se menciona a otro apóstol: “Tomás, apodado Dídymo”, ambos nombres son arameo y griego respectivamente, y ambos significan: “gemelo”.
En arameo, thad significa “pecho”, por lo cual puede suponerse que el nombre Theudas pudo haber vuelto a ser adoptado en arameo (re-semitizado) mediante una etimología popular que lo relaciona nuevamente con leb = “corazón”, o que Judas hubiera recibido directamente el sobrenombre de Tadeo.
Mención en los Evangelios.
Después de la Última Cena, es Judas quien pregunta al Señor por qué ha elegido revelarse sólo a los discípulos. Jesús responde:
“Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos morada en él…”
Epístola de Judas.
La Epístola que lleva su nombre, en el Nuevo Testamento, puesto que aparece firmada por “Judas, hermano de Jacobo”, podría ser obra de algún discípulo suyo.
Se trata de un breve documento dirigido a toda la Iglesia, que advierte contra toda influencia corrupta del mundo. Contiene referencias poco claras a antiguas tradiciones apócrifas judías, pero incluye también una memorable exhortación a:
“contender por la fe una vez revelada a los santos”
La Epístola de Judas concluye con esta no menos memorable doxología:
“…Y ahora, a Aquél que puede guardaros de caer, y presentaros intachables ante la Presencia de su Gloria con regocijo, al único sabio Dios y Salvador nuestro, sean la gloria, la majestad, el dominio, y la autoridad, mediante Jesucristo nuestro Señor, antes de todo tiempo y ahora y siempre.”
Tradiciones sobre Simón y Judas.
Durante siglos –hasta el presente-, Judas ha sido considerado en la devoción popular como “patrono de las causas difíciles y desesperadas”, pero la base de esta tradición es muy oscura.
Simón y Judas en Armenia.
Aunque históricamente San Gregorio el Iluminador es el fundador y patrono de la Iglesia Armenia, y se le trata como “Apóstol a los Armenios”, los Apóstoles Judas, Simón y Bartolomé son considerados patronos y fundadores apostólicos de la Iglesia en ese país.
Según la tradición armenia, hacia el año 65 d.C., Simón y Judas habrían sufrido el martirio; sus actas están entre la colección de “pasiones” y leyendas tradicionalmente asociadas con el legendario Abdías, Obispo de Babilonia, y traducidas al latín por su discípulo Tropeo Africano, según la Leyenda Dorada o vidas de santos de Jacobo de Vorágine.
Judas es tradicionalmente representado llevando un medallón con la imagen de Jesús en su mano o cerca de su pecho.
Santos Simón y Judas, de un Apostolario de Domênikos Theotokópoulos, El Greco, España, s.XVII.
Propios de la Celebración:
Colecta del Día:
Oh Dios, te damos gracias por la gloriosa compañía de los Apóstoles, y especialmente en este día por Simón y Judas; y te pedimos que, así como ellos fueron fieles y celosos en su misión, así también nosotros podamos, con ardiente devoción, dar a conocer el amor y la misericordia de nuestro Señor y Salvador Jesucristo; quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
Colecta Conclusiva:
(Opcional).
Dios todopoderoso, que has edificado a tu Iglesia sobre el fundamento de losApóstoles y Profetas, siendo Jesucristo mismo, la piedra angular; concédenos permanecer en unidad de espíritu por su doctrina, de modo que seamos hechos un Templo santo aceptable a ti; mediante Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Lecturas:
Salmo 119:89-96
Deuteronomio 32:1-4
Efesios 2:13-22
San Juan 15:17-27
U.I.O.G.D.
Para que en todas las cosas sea Dios glorificado.