El Himno de los Querubines.
y la del Monasterio francés de Cantauque.
Padre Miguel Zavala-Múgica+
Mientras lees, abre este enlace aun vídeo que también puedes hallar más abajo en este mismo artículo: http://www.youtube.com/watch?v=AptfaqIHz2c
--kaí të zoopoioó Triádi tón Triságion 'Ýmnon prosádontes--,
pásan tën biotikën 'apóthómetha mérimnan...
'Os ton Basiléa ton 'ólon 'ypodexómenoi,
tais 'aggelikaís 'aorátoos doryforoúmenon táxesin:
'Allëlouïa!, 'Allëlöuïa!, 'Allëlouïa!
"Los que místicamente somos íconos de los querubines
"--y a la vivificante Trinidad, cantamos el himno Tres veces Santo--,
"todo afán material desechemos...
"Para recibir al Soberano del Todo,
"por angélicas huestes, invisiblemente escoltado:
"¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!"
“Una vez iluminado, alcanza el ser humano las cumbres eternas, y ya aquí -en la tierra-, todo él se hace milagro; permaneciendo en la tierra -como un ángel-, conduce hacia Dios a toda creatura...”
Ahora bien: ¿qué son los querubines? La idea oriental y mística de lo que es un querubín, es algo muy distinto de la concepción occidental. En Occidente, el arte y la visión popular concuerdan en que los querubines son unos divertidos angelitos regordetes y sonrientes, riendo y jugando cabe la majestad del Eterno o la de la Siempre Bendita Virgen.'E Synáxis toon 'asomátoon: Ícono tradicional que representa el misterio interpretado en el Himno de los Querubines; el ícono se llama: 'E Synáxis toon Asoomátoon (“La Congregación de los Incorpóreos”), y representa a Nuestro Señor Jesucristo, no digamos en su “real”, sino en su Regia Presencia eucarística, escoltado por las angélicas huestes espirituales.
Jerub
(singular) / jerubím (plural) es una palabra hebrea que designa a una categoría de seres angélicos, espirituales y celestiales que forman parte de las huestes del Dios único de Israel. Estos seres espirituales, en las culturas: hitita, cananea, y las de Mesopotamia (como Babilonia, Asiria o Persia), eran representados en el arte oficial como verdaderos monstruos terribles, zoomorfos, con cabeza humana y cuerpos mixtos de león, toro y alas de águila.Los serafines (saraf / serafim), son otro tanto, aunque éstos son representados como llamas de fuego, aunque no menos representativos de las ideas de fuerza, poder y ligereza.
Este conjunto de ideas -no la de los angelitos regordetes, que tiene sus propias razones-, es la que va contenida en los textos bíblicos que hablan de querubines y serafines (jerubím / serafim), como Génesis 3: 24, donde Dios pone un querube con flamígera espada, al cuidado del Árbol de la Vida; o bien Éxodo 25: 18-22 donde se mencionan los querubines que custodian el Arca de la Alianza. Y en los dos libros de Samuel y de Los Reyes, se mencionan los querubines como parte de la imaginería o iconografía de Israel (menuda bronca para los que insisten en un iconoclasmo protestante absoluto, con perdón... eh).
El Profeta Ezequiel, en los capítulos 10 y 41, hace una descripción del carro de Dios, de la movilización de la majestad trascendente de Dios con su pueblo exiliado; en este carro, son esenciales querubines y serafines, según la descripción que anteriormente he dado; y en el Salmo 18:10 se presenta la metáfora de Yahvéh “montando sobre un querubín y volando sobre él”.
La descripción de la adoración celestial en el libro del Apocalipsis, en mucho depende de Ezequiel y del Libro del Profeta Isaías, donde el profeta describe a querubines y serafines zoomorfos que se gritan unos a otros:
“¡Santo, Santo, Santo! ¡Yahvéh Tsebaot!Llenos están cielos y tierra de tu gloria. ¡Hosanná en las alturas!”
La Iglesia ha combinado ese Hosanná con las exclamaciones del Salmo 119 y de la multitud a Jesús, en su entrada a Jerusalén: “¡Bendito el que viene en Nombre del Señor!, ¡Hosanná en las alturas!” (San Mateo 21: 9), para componer el Himno que llamamos Sanctus y al que se hace referencia en el Himno de los Querubines como tón Triságion 'ýmnon (“...la alabanza tres veces santa”). Este himno se canta justo antes de la plegaria de consagración del Cuerpo y la Sangre de Cristo.