La grande y definitiva
Evaluación final.
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Por el Padre Miguel Zavala-Múgica+
Léanse los Propios de la Santa Eucaristía, artículo que aparece
inmediatamente debajo de éste.
“Quédense tranquilos, tenemos más qué ver con un Dios misericordioso, más parecido a un gentil maestro, listo para enmendar aquello que en nuestra debilidad o ignorancia hubiésemos errado, y presto a sacar lo mejor de lo poco bueno que podamos hacer, que con una especie de sofista capcioso que lleva cuentas de lo peor de cada cosa en la que nos equivocamos…”
Richard Hooker (1554-1600).
Al carácter conciliador y razonante del Anglicanismo siempre le ha repugnado pensar en Dios como un patriarca o un déspota que lleva cuentas del mal. Uno de nuestros padres tradicionales, el Presbítero Richard Hooker –teólogo de tiempos de Isabel I-, y cuya memoria celebramos el 03 de noviembre–, tuvo que batallar muchísimo, contra las supersticiones acumuladas en la Iglesia del Medievo, pero sobre todo contra el determinismo calvinista que pugnaba por entrar –con sus estrictos énfasis moralistas–, dentro de la Iglesia de Inglaterra, como hasta la fecha trata de hacerlo, diezmando la Comunión Anglicana desde dentro.
" ‘Acuérdate del sábado, para consagrarlo a Yahvéh. Trabaja seis días y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el séptimo día es de reposo consagrado a Yahvéh tu Dios. No harás ningún trabajo servil en ese día, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el extranjero que viva contigo. Porque el Yahvéh hizo en seis días el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y descansó el día séptimo’. Por eso Yahvéh bendijo el sábado y lo declaró día sagrado.”
“ ‘Ten en cuenta el sábado para consagrarlo a Yahvéh, tal como Yahvéh tu Dios te lo ha ordenado. Trabaja seis días y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el séptimo día es día de reposo consagrado a Yahvéh tu Dios. No harás ningún trabajo en ese día, ni tú, tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu buey, ni tu asno, ni ninguno de tus animales, ni el extranjero que vive en tus ciudades, para que tu esclavo y tu esclava descansen igual que tú. Recuerda que también tú fuiste esclavo en Egipto, y que el Señor tu Dios te sacó de allí desplegando gran poder. Por eso el Señor tu Dios te ordena respetar el día sábado’.”
“...llegará cuando menos se lo espere, como ladrón que de noche llega. Cuando la gente diga: --“Todo está en paz y tranquilo”, entonces vendrá de repente sobre ellos la destrucción...”
Lo primero que habría que entenderse es que no hay que abusar de la paciencia de Dios, y que –como ya veíamos la semana pasada–, el tiempo se acaba y hay que aprovecharlo sabiamente; en estos últimos días de nuestro calendario litúrgico, reflexionamos las postrimerías del ser humano, y la realidad de nuestra muerte, del fin de este mundo, pero, especialmente, del juicio personal y universal.
“...Ustedes, hermanos, no están en la oscuridad, como para que el Día del regreso del Señor los sorprenda como ladrón.”
“...no debemos dormir como los otros, sino mantenernos despiertos y en nuestro sano juicio.”
Habla de oscuridad y sueño, opuestos a luz y estar despiertos. La iniciación cristiana en el Bautismo es un despertamiento de una conciencia eficaz (como dice la 1a. Carta de Pedro) es un nacer de nuevo a una experiencia interior de la iluminación de Dios que nos hace ver la vida con nuevo enfoque y ojos nuevos.
“...A uno ...le entregó cinco mil monedas, a otro dos mil y a otro mil: a cada uno según su capacidad.”
Es importante desechar la envidia por las bendiciones que hayan recibido otros, quizá principalmente por que no sabemos con cuántas cruces Dios mismo ha acompañado tales bendiciones; conocernos y amarnos a nosotros mismos es lo primero que nos puede ayudar a ubicarnos y calcular la medida de nuestros talentos y vicios humanos. Conocer nuestros dones , con humildad –pero también con justicia–, es la mejor forma de ayudarnos a saber de qué y de cuánto somos capaces con la Gracia de Dios.
“ ‘...al que tiene, se le dará más, y tendrá de sobra; pero al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará. Y a este empleado inútil, échenlo fuera, a la oscuridad. Entonces vendrán el llanto y la desesperación.’ “
La “oscuridad de afuera” o las “tinieblas exteriores” de que habla el Señor, son la renuncia al cultivo de la luz interior con la que hemos sido bendecidos al abrazar a Cristo y a su ideal en el Bautismo, las tinieblas son la consecuencia de cerrarnos a la luz de la armonía y la paz.
“Dios no nos destinó a recibir castigo, sino a alcanzar salvación por medio de Jesucristo nuestro Señor. Jesucristo murió por nosotros, para que, ya sea que sigamos despiertos o que durmamos con el sueño de la muerte, vivamos juntamente con él.”
Si alguna predestinación existe, pues, es la que Dios ha dispuesto para todos sus hijas e hijos a salvarse y estar para siempre con él. Dios, pues, no es “cuentachiles” ni malintencionado, pero no deja de ser Dios y de tener soberanía sobre nosotros, y nosotros mismos responsabilidad con él y con nuestros hermanos; por ello –“al atardecer de nuestras vidas”–, Él nos examinará en la caridad.
Cesáreo Gabaráin R.- Al atardecer de la vida me examinarán en el amor,
al atardecer de la vida me examinarán en el amor. 1. Si ofrecí mi pan al hambriento
si al sediento di de beber,
si mis manos fueron sus manos,
si en mi hogar le quise acoger. 2. Si ayudé a los necesitados,
si en el pobre he visto al Señor
si los tristes y los enfermos
me encontraron en su dolor. 3. Aunque hablara miles de lenguas,
si no tengo amor nada soy,
aunque realizara milagros,
si no tengo amor nada soy. 4. Venid, benditos de mi Padre,
al atardecer de la vida me examinarán en el amor.
U.I.O.G.D.
Para que en todas las cosas sea Dios glorificado...