miércoles, 29 de octubre de 2008

Rapidísimas
30 de Octubre A.D. 2008.
Puede leer también en
www.rapidisimas.com
Por Onell A. Soto,
obisposoto@aol.com
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En vista de la crisis económica por la que atraviesa el mundo, Rowan Williams, Arzobispo de Cantórbery, ha dicho que la avaricia es la causa de esta situación y que expertos cristianos y musulmanes deben reunirse y determinar una manera más justa de prestar y tomar prestado el dinero. Williams hizo esta declaración en una reunión en Londres después de una consulta de tres días en Cambridge entre economistas cristianos y musulmanes, añadiendo que debe tomarse cuidado de que la peor parte no vaya a recaer sobre los países más pobres.
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Robert H. Schuller
, popular predicador evangélico del programa de televisión “La Hora del Poder”, ha excluido a su hijo Robert del programa diciendo que “tiene ideas diferentes en cuanto a la dirección del programa y la visión de este ministerio”. La instalación del hijo se hizo en 2006 durante un emotivo programa de la Catedral de Cristal, un imponente edificio en el sur de California que tiene un amplio ministerio internacional. Schuller, recibió abundantes críticas por “hacer heredero a su hijo” en lugar de dejar que un comité escogiera a su sucesor. Schuller pertenece a la Iglesia Reformada, una de las más antiguas denominaciones evangélicas en Estados Unidos.
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El 19 de octubre el metropolita Kiril de Smolensk y Kaliningrado, presidente del Departamento de Relaciones Exteriores de Moscú, consagró la Catedral de Nuestra Señora de Kazán en La Habana. Kiril dijo que en Cuba hay unas 10,000 personas que pertenecen a la Iglesia Ortodoxa y que proceden de países tradicionalmente ortodoxos, o cubanos que han contraído matrimonio con esas personas. La visita fue parte de un viaje de siete países de América Latina de líderes políticos, religiosos y académicos. La delegación también visitó a Caracas. El gobernante cubano Raúl Castro estuvo presente en la ceremonia pero se retiró antes de la eucaristía. El Cardenal Jaime Ortega, Arzobispo de La Habana, recibió en su despacho al visitante ortodoxo y su comitiva.
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Una delegación del Consejo Mundial de Iglesias ha visitado las iglesias de Sri Lanka para mostrar solidaridad con los cristianos en esa isla-nación. Un informe de la comisión señala que “los traumas son profundos, así como es la amargura. Las heridas infligidas calan hondo”. La guerra iniciada en 1983 arroja un saldo de más de 80,000 muertos cuando los rebeldes de la etnia tamil, conocidos popularmente como “Los tigres de liberación de eelam tamil emprendieron una lucha armada en los lugares donde son mayoría alegando que son discriminados por la mayoría budista de lengua cingalesa. Predicando en la catedral anglicana el secretario general del consejo, Samuel Kobia, dijo que “como cristianos tenemos que seguir promoviendo la paz y la transformación de los conflictos”.
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En general la comunidad cristiana mundial desconoce la ola violenta de crímenes en Irak y en especial en la ciudad de Mosul donde la minoría cristiana está siendo forzada a abandonar su residencia bajo amenazas, secuestros y muerte. Más de mil familias ya han dejado el lugar pero muchas otras carecen de recursos para hacerlo, dice un informe.
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Peter Bartlett
, 54, un clérigo inglés de St. Helens, Inglaterra, y que ha servido en Bolivia por varios años, ha sido electo Obispo anglicano de Paraguay por una asamblea diocesana el pasado mes de septiembre. En este cargo sucede a John Ellison, también inglés, que se ha jubilado por razones de edad.
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Víctor Betancourt, un sacerdote jesuita ecuatoriano de 42 años de edad ha sido asesinado el 25 de octubre en la residencia de la orden en Moscú, informó la oficina general de los jesuitas en Roma. Enseñaba en un instituto de historia. Tenía evidentes signos de violencia señaló el informe preliminar. Con dos días de diferencia en el mismo lugar fue asesinado el sacerdote Otto Messmer, 47, superior de la Región Rusa, de origen alemán.
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Algo es algo, para las mujeres… El Sínodo de Obispos que acaba de celebrarse en Roma formuló 55 proposiciones para ser presentadas al Papa Benedicto XVI. Una de ella pide que el ministerio “no ordenado” del lectorado pueda abrirse a las mujeres. Para ser aprobada, una proposición del sínodo debe contar con al menos dos tercios de los votos de los padres sinodales. La resolución se apoya en las palabras del Concilio Vaticano II que dice que las mujeres “saben suscitar la escucha de la Palabra, la relación personal con Dios y comunicar el sentido del perdón y la capacidad evangélica para compartir la fe”.
PARA PENSAR. “Humildad” de un dictador: No soy Dios pero me temen.
U.I.O.G.D.
Para que en todas las cosas sea Dios glorificado.
La Oración de los Santos.
James E. Kiefer.
Traducción del Padre Miguel Zavala-Múgica+
El título ha sido adaptado por el traductor.
...En primer lugar, la expresión "rezarle (rogarle) a San Fulano" es desorientadora e infortunada. En inglés antiguo, "pray" (rogar) simplemente significaba pedir de manera educada. Por ello es que en la Versión del Rey Jaime, leemos que Jesús abordó la barca de Simón Pedro "y le rogó que se apartara un poco de tierra" (San Lucas 5: 3).
Así, la idea de "rogar a San Fulano", es simplemente la idea de pedirle a un compañero cristiano que interceda ante Dios en favor de uno; no es diferente, en principio, de pedirle a tu compañero cristiano de cuarto que rece por ti.
Sin embargo, en inglés moderno, la palabra "pray" se entiende, por lo general, como referida al culto. Por ello es que yo insisto a todos cuantos hablan de "rogarle o rezarle a San Fulano", que modernicen su lenguaje y en vez de eso, hablar de "pedirle a San Fulano que me ayude a rogarle(o 'rezarle') a Dios por la recuperación de mi tía que está enferma..." o lo que sea. El otro modo de hablar puede confundir a otros, y confundir a la propia persona que habla.
Eso fue un comentario preliminar sobre terminología. Ahora vamos al punto: indudablemente que pedirle sus oraciones a nuestros compañeros cristianos que están en el cielo, es algo de lo que puede llegar a abusarse; puede degenerar rápidamente en la noción de que obtener lo que tú quieras de Dios, es cuestión de saber por dónde llegarle, o de qué palancas jalar.
Uno acaba por pensar que el cielo es como la sede de un gobierno corrupto (ora sea Washington ora Versailles), donde los favores se trafican, y uno se sale con la suya mediante influyentismos. Pero el hecho de que pueda abusarse de algo, no significa que uno deba suspender su uso apropiado. Y seguramente una de las más apreciables verdades de la Fe Cristiana sea que el amor de Dios por nosotros nos mueve a amar en reciprocidad, no sólo a Dios, sino también los unos a los otros, de modo que cada cristiano sea un espejo en el que la luz de Cristo se refleje en cada cristiano.
Las Escrituras parecen mostrar que Dios se deleita en prodigarnos sus dones a través de otros cuando Él podría simplemente habérnoslos dado directamente. Cuando San Pablo, en el camino a Damasco pregunta: "Señor, ¿qué quieres que haga?" Jesús no se lo dice, sino que envía a Ananías a decírselo (Hechos de los Apóstoles 9: 1-9). Cuando Cornelio el Centurión estaba orando, Dios envía un ángel a hablarle, pero el ángel no le predica el Evangelio, sino que le dice que mande a llamar a un hombre llamado Pedro, y Pedro viene y le anuncia el Evangelio (Hechos 10).
Dios quiere que le debamos nuestro bien espiritual no solamente a Él, sino también los unos a los otros. De aquí que nos ordene que oremos los unos por los otros, y que el vínculo delamor cristiano no se rompa con la muerte. Los mártires debajo del altar que vio San Juan en su visión (Apocalipsis 6: 9 ss.) oraban por la Iglesia en la tierra; hasta el rico en el infierno, en la parábola de Jesús, intercede por los cinco hermanos que le quedan en la tierra. ¿Seremos quién para suponer que los salvos sean menos compasivos que los condenados?
¿Es eso parte importante de mi fe?, preguntarán ustedes. Bien, pues... ciertamente es doctrina importante el que Jesús haya dicho: "Un nuevo mandamiento os doy, que os améis los unos a los otros como Yo os he amado". Sentirme rodeado del amor de Dios y de mis hermanos en Cristo, para vivir y morir, es importante. Amar en reciprocidad, orando por mis compañeros cristianos, es también importante.
No por nada Jesús mismo nos enseñó a orar: "Danos hoy nuestro pan de cada día, y perdona nuestras ofensas..." ¿Dedico acaso una parte significativa del tiempo de mi oración pidiendo a varios de mis hermanos cristianos que ya están el cielo sus oraciones? No, simplemente porque no invierto mucho tiempo pidiéndole a mis hermanos en Cristo, aquí en la tierra, que oren por mí. Pero claro que pido y valoro las oraciones de mis hermanos cristianos, tanto vivos como difuntos; y me deleita saber que, cuando alabo a Dios, mi voz es parte de un gran coro de alabanzas en las que los ángeles, los santos ya perfectos y glorificados, los santos que aún están en su peregrinar, y hasta los animales, las plantas y los objetos inanimados (de forma adecuada a su propia naturaleza), asocian sus voces para "que todas las cosas alaben al Señor". Amén.





U.I.O.G.D.
Para que en todas las cosas sea Dios glorificado.




LA GLORIOSA COMUNIÓN DE LOS SANTOS EN LUZ…
Todos los Santos
Fiesta Mayor
01 de noviembre.
Traducido y compilado con datos de los artículos “Comunión de los Santos” y “Todos los Santos”, en Wikipedia: La Enciclopedia libre, y aumentado, por el
Padre Miguel Zavala-Múgica+


Colecta del Día de Todos los Santos.

Oremos:
Dios Todopoderoso, tú has entrelazado a tus elegidos en una sola comunión y hermandad, en el Cuerpo Místico de tu Hijo Cristo nuestro Señor: Danos gracia para que de tal modo sigamos a tus benditos santos en toda virtuosa y santa vida, que alcancemos los gozos inefables que tú has preparado para los que te aman sinceramente; por Jesucristo nuestro Señor, quien contigo y el Espíritu Santo vive y reina, un solo Dios, en gloria sempiterna.
Amén.
ARRIBA: Todos los Santos:
Icono griego anónimo ca. 1700 de la Parusía usado también para el Domingo de Todos los Santos. Cristo aparece entronizado, rodeado de las jerarquías uránicas (celestiales) de Ángeles y Santos. El
Paraíso aparece en la parte de abajo, con el Seno de Abraham (sentado, a la izquierda), y el Buen Ladrón (derecha), llevando su cruz.

El Día de Todos los Santos (también llamado en inglés: All Saints, All Hallows-, o Hallowmas[1]), es una festividad –considerada como Fiesta Mayor o de precepto en la mayoría de las iglesias cristianas. Se celebra como fiesta fija el día 01 de noviembre en la Cristiandad Occidental por católicos romanos, anglicanos, luteranos y algunos otros protestantes, y –como fiesta movible-, el Primer Domingo después de Pentecostés en la Cristiandad Oriental (tanto ortodoxos como orientales-católicos), en honor de todos los santos, conocidos y desconocidos. Un énfasis más inclusivo interpreta la celebración en el sentido de la Comunión de Todos los Santos vivos y difuntos.

I. La Comunión de los Santos.

La Comunión de los Santos (en griego: Koinonía tôn 'Ágiôn Pántôn, en latín: Communio Sanctorum), es una de las doctrinas básicas del Cristianismo, y se basa en I Corintios 12, donde San Pablo compara a los cristianos con un solo cuerpo humano.

Esta Comunión (koinonía) se realiza de dos maneras:

A.- La común participación de todos los miembros de la Iglesia en las cosas santas (griego: tá ‘ágia, latín: sancta), como: la Gracia; la fe; el compañerismo y fraternidad de los miembros de la Iglesia como comunidad de los que han sido salvados en Cristo; los sacramentos (en particular la Eucaristía), los carismas y otros dones espirituales. En la raíz de la comunión está el amor: la caridad que “no busca su propio interés” (1 Co 13, 5), sino que impulsa a los fieles a “ponerlo todo en común” (Hechos de los Apóstoles 4: 32), incluso los propios bienes materiales, para el servicio de quienes más necesitan.

B.- Designa también la comunión entre las personas santas (griego: ‘oi ‘ágioi / latín: sancti), es decir, entre quienes por la obra de la Gracia de Dios (especialmente mediante el Bautismo) están unidos a Cristo muerto y resucitado: 1. Los que viven aún peregrinos en este mundo (Iglesia Militante); 2. Los que, ya difuntos, expectan la plenitud de su salvación en Cristo o bien se purifican (Iglesia Expectante o Iglesia Purgante), ayudados también por las intercesiones de los fieles vivos; y 3. Los que finalmente, gozan de la gloria de Dios e interceden por todos. Todos juntos forman el Cuerpo Místico de Cristo, con él como cabeza, y en él, una sola familia, la Iglesia, para alabanza y gloria de la Trinidad: al Padre, por el Hijo, en el Espíritu Santo. La Comunión de los Santos el vínculo místico que une a vivos y difuntos en el amor y la firme esperanza.

En el segundo nivel, la Iglesia Anglicana y algunas iglesias Protestantes, usan la denominación Iglesia Expectante, mientras la Iglesia Católica Romana, merced a su doctrina del Purgatorio, habla de la Iglesia Purgante. La Iglesia Ortodoxa y otras orientales, hablan de los “dormidos en el Señor”, como se verá más adelante.

El uso más primitivo del término Comunión de los Santos, del cual se tenga noticia, se remonta a San Nicetas de Remesiana (ca. 335–414); y desde entonces, la noción de Comunión de los Santos ha jugado un papel central en las formulaciones de los credos o confesiones de fe cristianas [1] . la inclusión más solemne de este término es la del Credo de los Apóstoles, la profesión de Fe Cristiana más básica que se remonta al siglo II, pero que adquirió su forma final en el siglo VIII. (William Barclay, The Plain Man Looks at the Apostles Creed, pages 10-12).

¿Quiénes son “los Santos”?

En principio sólo Dios es Santo. La palabra hebrea usada en el Antiguo Testamento es Kadósh ( = “Santo”), cuya etimología viene del verbo kadâsh (= “cortar”), por lo cual, la santidad (kedusháh) de Dios no se refiere al aspecto ético o moral, sino a una condición propia de su ser: la trascendencia, es decir, su total diferencia con este mundo inmanente.

Sin embargo, el Dios-Santo se interesa por la humanidad, la crea, la conserva, la redime cuando se interpone el pecado entre Dios y la humanidad, y la salva, elevándola hasta él, en el Nuevo Testamento –en Cristo-, incluso deificando al ser humano por medio de la Gracia.

“…el Altísimo, el que vive para siempre y cuyo Nombre es Santo, dice: ‘Yo habito en la altura de mi Santidad, pero camino con el humilde y afligido, y le doy ánimo y aliento.’ ”

(Isaías 57:15).
En el corazón del documento conocido como “Código de Santidad” en el Levítico, Dios hace esta exigencia al pueblo israelita.

“Yahvéh se dirigió a Moisés y le dijo: "Di a los hijos de Israel lo siguiente: ‘Sean ustedes santos, pues Yo, Yahvéh su Dios, soy Santo.”

(Levítico 19: 1,2).

La santidad para el pueblo judío quedaba entendida en términos éticos y morales, de una ley que alternaba las exigencias de reverencia, respeto, solidaridad y compasión, junto con las obligaciones de carácter ritual y ceremonial:

"Respete cada uno a su padre y a su madre. Respeten también mis sábados. Yo soy Yahvéh su Dios. No recurran a los ídolos, ni se hagan dioses de metal fundido. Yo soy Yahvéh su Dios. Cuando presenten al Señor sacrificios de reconciliación, háganlo de tal manera que Dios se los acepte… …Cuando llegue el tiempo de la cosecha, no recojas hasta el último grano de tu campo ni rebusques las espigas que hayan quedado. No rebusques todas las uvas de tu viñedo ni recojas las uvas caídas; déjalas para los pobres y los extranjeros. Yo soy Yahvéh, el Dios de ustedes. No roben. No mientan ni se engañen unos a otros. No hagas promesas falsas en mi nombre, pues profanas el nombre de tu Dios. Yo soy Yahvéh. No uses la violencia contra tu prójimo ni le arrebates lo que es suyo. No retengas la paga del trabajador hasta el día siguiente. No maldigas al sordo. No pongas ningún tropiezo en el camino del ciego. Muestra tu reverencia a Dios. Yo soy Yahvéh. No actúes con injusticia cuando dictes sentencia: ni favorezcas al débil, ni te rindas ante el poderoso. Apégate a la justicia cuando dictes sentencia…"


(Levítico 19: 3-5, 9-15).


Cuando se habla de Israel o de la Iglesia como de la “comunidad de los santos”, se entiende a la colectividad de quienes –cualquiera que sea el nivel de su santidad personal-, han sido separados, elegidos, consagrados y llamados a la santidad por cuanto han sido consagrados a Dios mediante una Alianza con él (la Circuncisión en el Pueblo Judío, y el Bautismo en la Iglesia).

El uso de la palabra “santos” –en el sentido que acabamos de aparece unas cincuenta veces en todo el Nuevo Testamento. El Catecismo de Heidelberg defiende esta visión citando Romanos 8:32, I Corintios 6:17, y I Juan 1:3 para argumentar que todos los miembros de Cristo están en comunión con él y son partícipes de todos sus dones.

Las personas que están entre sí ligadas en esta comunión incluyen a aquellas que han muerto y quienes la Epístola a los Hebreos 12:1 describe como “una gran nube de testigos” que abarca a todos los cristianos, por toda la tierra. En el mismo pasaje, el autor dice a los cristianos en la tierra…:

“Ustedes… se han acercado al Monte Sión, y a la ciudad del Dios vivo, la celestial Jerusalén, y a muchos miles de ángeles reunidos para alabar a Dios, y a la comunidad de los primogénitos de Dios inscritos en el cielo. Se han acercado a Dios –Juez de todos-, a los espíritus de los hombres buenos que Dios ha hecho perfectos, a Jesús, mediador de una Nueva Alianza, y a la sangre con que hemos sido purificados, la cual nos habla mejor que la sangre de Abel.”
La santidad se comparte en comunión y compañerismo, y esta comunión no se acaba con la muerte, como se deduce de este pasaje de la Carta a los Romanos:

"A los que de antemano Dios había conocido, los destinó desde un principio a ser como su Hijo, para que su Hijo fuera el primero entre muchos hermanos. Y a los que Dios destinó desde un principio, también los llamó; y a los que llamó, los hizo justos; y a los que hizo justos, les dio parte en su gloria... …Estoy convencido de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los poderes y fuerzas espirituales, ni lo presente, ni lo futuro, ni lo más alto, ni lo más profundo, ni ninguna otra de las cosas creadas por Dios. ¡Nada podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor!"

(Romanos 8: 29-30 y 38-39).

Basadas en la doctrina de la Comunión de los Santos, La Iglesia Católica Romana, la Iglesia Ortodoxa y las demás Iglesias Orientales, como la Iglesia Asiria del Oriente apoyan la doctrina de la intercesión de los santos en el cielo (cfr. Apocalipsis 5:8) cuyas oraciones ayudan a sus hermanos cristianos en la tierra. Esta misma doctrina apoya la práctica de orar por los difuntos.

En las iglesias de la Comunión Anglicana y en diversas iglesias Luteranas, la doctrina de la Comunión de los Santos igualmente apoya la intercesión de los cristianos unos por otros, lo mismo los santos en el cielo que los santos en la tierra; sin embargo, la invocación a los santos, está completamente excluida de la liturgia, forma parte exclusiva de la piedad privada de los fieles, es optativa y no es, en modo alguno, obligatoria. Vale decir que: No se ora a los santos, sino a Dios, en compañía y comunión con todos sus santos.


II. Escatología o Teología de las Postrimerías del ser humano.

1. En el Cristianismo primitivo y en Oriente.

El cristianismo primitivo no desarrolló grandes sistemas sobre la Escatología o destino futuro de los difuntos. La generación apostólica –aún no completamente independiente del judaísmo tradicional de los fariseos-, creía en la inminencia de la Venida del Mesías, el Juicio y la conclusión final de la historia con la inauguración del Reino de Dios. Con la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, se enfatizó aún más la creencia en la Resurrección General de los difuntos para enfrentar el juicio de Dios y su destino final de gloria o condenación.

San Pablo responde que el Señor Jesús ha de venir de nuevo por su Iglesia, y que los muertos también resucitarán para ser llevados junto con los vivos… “al encuentro del Señor en los aires, y estar para siempre con él” (I Tesalonicenses…) .

Sin embargo, la escatología cristiana (principalmente en la ortodoxa –como también la anglicana–, con matices occidentales), se denomina a este estado intermedio: Paraíso (en griego Parádisos, en hebreo Pardés y ambos derivados del persa Baradisu), la base bíblica son las palabras de Jesús en la Cruz, quien aseguró al “Buen Ladrón”: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”. Pedro, además, afirma que Cristo bajó al lugar de los muertos (en griego: el Hades, en hebreo el Sheol), a predicar a los espíritus allí cautivos.

Las Iglesias Orientales –como la Ortodoxa, la Armenia, la Copta, la Etíope, la Asiria y otras, no admiten ninguna idea de juicio individual, aunque –como se ha visto- sí de un estado intermedio entre la muerte y la resurrección general (como veremos más adelante que se hace en las iglesias de Occidente). Al hablar de los difuntos, los cristianos orientales se refieren a éstos como los “dormidos en el Señor” (Muerte).

De aquellos santos que han dado un especial ejemplo de vida, se dice que “esperan en los cielos” (espera uránica de los santos) la Resurrección General, el Juicio Universal y la Gloria Eterna, ya con todos los resucitados. Con estos cuatro conceptos. 1. Muerte, 2. Resurrección, 3. Juicio y 4. Gloria, tenemos los cuatro destinos de la humanidad y el resumen de la escatología ortodoxa.

2. En Occidente.

En términos de la teología cristiana occidental, la fiesta conmemora a todos aquellos que han alcanzado la visión beatífica en el cielo, mientras que el día siguiente: Día de los Fieles Difuntos (conocido en inglés como All Souls' Day, o “Día de Todas las Almas”) conmemora a los fieles que –habiendo muerto-, han pasado por un Juicio individual, pero aún no han completado un período de purificación que les permita alcanzar la gloria eterna.

Esta purificación puede variar según los sistemas teológicos de las diversas iglesias. Para los católicos romanos, se trata del Purgatorio, donde las almas reciben castigos análogos a los del infierno de los condenados, aunque más leves en intensidad y en duración, pues las almas del Purgatorio aspiran a la gloria eterna, mientras que las de los condenados no. En el Purgatorio, las almas pueden recibir el auxilio de los méritos de Cristo y de los santos, y se pueden ofrecer oraciones en favor suyo.

La tradición teológica anglicana considera un estado al que se denomina Paraíso, y que consiste en una espera celestial de las almas, posterior a su juicio individual, que puede revestir incluso un estado penitencial y de maduración. Los textos anglicanos para las exequias suelen reflejar tanto la teología oriental de los “dormidos en el Señor”, como la occidental, del crecimiento continuo, como respectivamente podemos ver en estas dos oraciones:

“Señor Jesucristo, por tu muerte quitaste el aguijón de la muerte: Concede a tus siervos que de tal modo caminemos por fe hacia donde tú nos has precedido, que al fin durmamos apaciblemente en ti, y despertemos a tu semejanza; por amor de tu tierna misericordia.”

“Acuérdate de tu sierv__, oh Señor, según el favor que muestras hacia tu pueblo, y concede que, creciendo en conocimiento y amor a ti, pueda ir ascendiendo de fortaleza en fortaleza en la vida de perfecto servicio en tu Reino celestial; mediante
Jesucristo, nuestro Señor .”

Rito de Entierro: Oraciones Adicionales.
Libro de Oración Común (1979), pp. 406, 407.

En principio, toda persona ha sido salvada por Cristo, en Cristo, y mediante los méritos de Cristo en su Encarnación, Pasión, Muerte y Resurrección, únicamente un rechazo franco y directo de la salvación por medio del pecado puede hacer que un alma se condene. Es posible orar por los difuntos bajo el principio de la Comunión de los Santos (Credo de los Apóstoles), pero la salvación se da sólo por la Gracia de Dios, de modo que las buenas obras son obligatorias para cualquier cristiano como una respuesta a la Gracia de Dios, pero no se admiten como una especie de “moneda de cambio” (méritos) para con Dios.

La opinión teológica anglicana más extendida, permite las oraciones incluso por los suicidas; y se recomienda la atención litúrgica y pastoral hacia sus familias (a diferencia de los cristianos orientales, quienes prohíben los servicios litúrgicos para ellos), bajo el principio teológico de que sólo Dios –“para quien todos los corazones están manifiestos, todos los deseos son conocidos, y ningún secreto se halla encubierto”-, es el último Juez de los pensamientos, palabras, obras y sentimientos de las personas, y la declaración del profeta Jeremías de que Dios exigirá a cada cual cuenta de sus obras, y no castigará a unos parientes por las culpas de otros.

"El Señor se dirigió a mí, y me dijo: ‘¿Por qué en Israel no deja de repetirse aquel refrán que dice: Los padres comen uvas agrias y a los hijos se les destemplan los dientes? Yo, Yahvéh, juro por mi vida que nunca volverán ustedes a repetir este refrán en Israel. A mí me pertenece todo ser humano, lo mismo el padre que el hijo. Aquel que peque, morirá… …Sólo aquel que peque morirá. Ni el hijo ha de pagar por los pecados del padre, ni el padre por los pecados del hijo. El justo recibirá el premio a su justicia; y el malvado, el castigo a su maldad. "

(Ezequiel 18: 1-4 y 20).

El Libro de Oración Común de la Iglesia Anglicana de Australia, contiene oraciones especiales por las personas suicidas.

La idea de Purgatorio e “indulgencias” administradas por los ministros de Dios, es únicamente patrimonio doctrinal de la Iglesia Católica Romana, y en general, han sido siempre rechazadas por todas las demás iglesias cristianas, desde la Iglesia Ortodoxa hasta los protestantes más radicales.

III. Historia.
1. En Oriente.

En la iglesia primitiva, los cristianos celebraban el aniversario de la muerte de un mártir o “testigo” de Cristo interpretándolo como el verdadero día del nacimiento del santo, pues se traba de su nacimiento en Dios. Tenían una Vigilia de toda la noche, al término de la cual celebraban la Eucaristía sobre las tumbas de estos mártires o en el santuario edificado en el lugar de su martirio (martýrion).

Con frecuencia, un número de cristianos sufría martirio el mismo día, lo cual llevaba naturalmente a una conmemoración conjunta. Tal cosa como la conmemoración de “Todos los Mártires”, comenzó a celebrarse en fecha tan temprana como el año 270, d.C., si bien no se menciona mes ni fecha específica, sí está clara su existencia histórica [2]. En la persecución de Diocleciano el número de mártires llegó a ser tan grande que no era ya posible asignar un día de fiesta a cada uno.

En el siglo IV, las diócesis circundantes a los santuarios de los mártires, iniciaron la costumbre de transferir reliquias, y de celebrar en común los días de fiesta de mártires específicos. . La Iglesia, sintiendo que cada uno de los mártires debía ser recordado y venerado, dispuso un día común para la celebración de la memoria de todos. Anteriormente, pues, sólo los mártires y San Juan Bautista eran honrados en días especiales.

El primer vestigio de una celebración común de los mártires está atestiguado en Antioquía el Primer Domingo después de Pentecostés [3]. Y un sermón de San Efrén de Edesa (373), menciona tal festividad, lo mismo que San Juan Crisóstomo (†407) en su 74ª. Homilía, donde habla de la “Fiesta de los Mártires del mundo entero” [4]. Hacia 411, hallamos entre los Cristianos Caldeos una conmemoración general de “Todos los Confesores (Commemoratio Confessorum), celebrada el Viernes de Pascua [3] .

Entre los Cristianos Ortodoxos y los Católicos Orientales, existe la fiesta del Domingo de Todos los Santos (en griego: Αγίων Πάντων, ‘Àgiōn Pántōn = “Todos los Santos”), sigue la antigua tradición de la conmemoración conjunta del Primer Domingo después de Pentecostés.

La Fiesta de Todos los Santos adquirió gran preeminencia en el siglo IX, durante el reinado del Emperador Bizantino, León VI "el Sabio" (886-911). Su esposa, la Emperatriz Teófano (conmemorada el 16 de diciembre) vivió una vida devota; y a su muerte, su esposo edificó un templo, con la idea de dedicarlo a ella. Cuando se le amonestó y prohibió hacerlo, el Emperador decidió dedicarlo a “Todos los Santos”, de modo que –si efectivamente Teófano había sido verdaderamente recta, quedaría honrada dentro de la compañía de los santos siempre que la fiesta se celebrara. Conforme a la tradición, fue León VI quien extendió la primitiva festividad de Todos los Mártires a ser la conmemoración general de Todos los Santos, mártires o no.

Este domingo –en el calendario oriental-, indica el cierre del Ciclo Pascual. A los servicios dominicales ordinarios, se añaden lecturas bíblicas e himnos a Todos los Santos (conocidos y desconocidos), tomados de la colección conocida como Pentecostarion.

El Domingo que sigue al de Todos los Santos (el II Domingo después de Pentecostés) se dedica a la conmemoración de todos los santos venerados en la comunidad local, como Todos los Santos de América, o bien: Todos los Santos del Monte Athos, etc. El III Domingo después de Pentecostés puede guardarse también como extensión de las conmemoraciones de santos locales, como: Todos los Santos de San Petersburgo, o para santos de una clase particular, como la conmemoración de los Nuevos Mártires del Yugo Turco.

Además de los domingos arriba mencionados, los sábados a lo largo del año, son días de conmemoración de todos los santos, así es como se cantan himnos especiales del Octoeco a todos los santos.

2. En Occidente.

La Fiesta cristiana occidental de Todos los Santos es siempre el 01 de noviembre, seguida de la del Día de los Fieles Difuntos el 02 de noviembre, la primera es Fiesta Mayor o de precepto tanto en el Rito Latino de la Iglesia Católica Romana, como en las iglesias de la Comunión Anglicana.

El origen de la Fiesta de Todos los Santos, tal como se celebra en Occidente, se remonta al 13 de mayo del año 609 o 610, cuando el Papa Bonifacio IV consagró el Panteón de Roma a la Bienaventurada Virgen María y Todos los Mártires; la fiesta de la dedicatio Sanctae Mariae ad Martyres se ha celebrado en Roma desde entonces. El día elegido en aquel tiempo, 13 de mayo, era una fiesta pagana muy antigua, culminación de los tres días de la Fiesta de los Lemures, en la que eran propiciados los espíritus incansables y malevolentes de los muertos.

Parece que los liturgistas medievales basaban la idea de que esta fiesta de Lemuria era el origen de la de Todos los Santos en sus fechas idénticas y en el tema similar relacionado con todos los muertos.

Todos los Santos Fra Angelico.

Esta vigilia suele coincidir con la festividad celta pagana del Samhain, el 31 de octubre, y que marcaba el fin del año celta, y significaba la apertura dimensional entre el mundo tangible y el mundo de las tinieblas; tema similar al de la Lemuria romana, pero que implica también un festival de cosecha. Los irlandeses, a quienes pertenecía la fiesta de Samhain, no celebraban el Día de All Hallows en esta fecha del 01 de noviembre, pues numerosos documentos históricos parecen atestiguar que la celebración en Irlanda tenía lugar durante la primavera: “...el Felire of Oengus y el Martirologio de Tallaght prueban que las primitivas iglesias medievales (en Irlanda), celebraban la fiesta de Todos los Santos el día 20 de abril” [6] .

La Fiesta de Todos los Santos, en su fecha actual, se remonta a la fundación por parte del Papa Gregorio III (731-741) de un oratorio en San Pedro para las reliquias “de los Santos Apóstoles y de Todos los Santos, Mártires y Confesores, y de todos los Justos que se han perfeccionado y descansan ya, por todo el mundo”, el día de la celebración se transfirió permanentemente al 01 de noviembre [5]. La fiesta del 01 de noviembre llegaría a celebrarse con toda amplitud hasta la época de Carlomagno. Y se convirtió en fiesta de precepto por todo el reino de los francos en 835, por decreto de Ludovico Pío, “a instancias del Papa Gregorio IV (quien la convertiría en observancia universal), y con la venia de todos los obispos”. La vigilia parece haber sido llevada a cabo antes que la misma fiesta. Y la octava (los ocho días posteriores a la fiesta) fue añadida por Sixto IV en el siglo XV (1471-1484) [3] .

La fiesta se conserve aún después de la Reforma del siglo XVI en el calendario de la Iglesia de Inglaterra (de donde ha pasado a toda la Comunión Anglicana). En países de habla inglesa –y en general, en las provincias de la Comunión Anglicana que hablan otras lenguas-, la fiesta se celebra con la Eucaristía, con sufragios especiales por los difuntos-, e incluyendo, en lo posible, a la tradición popular local, durante la liturgia se cantan himnos como For All the Saints (Por los gloriosos Santos del Edén) de William Walsham How. La tonada más conocida de este himno es la alegre marcha Sine Nomine del compositor británico Ralph Vaughan Williams, que da a la Fiesta de Todos los Santos un timbre de gloria eterna y triunfo pascual.

En muchas Iglesias Luteranas, como la Iglesia de Suecia, donde asume el papel general de conmemoración de difuntos. En el Calendario Sueco, la festividad tiene lugar el sábado entre el 31 de octubre y el 06 de noviembre. De hecho, muchas Iglesias Luteranas mueven la fiesta al primer domingo de noviembre. La de Todos los Santos es una fiesta guardada por otros Protestantes de tradición inglesa, como la Iglesia Unida del Canadá y la Iglesia Wesleyana. [1]

En la Iglesia Metodista Unida, la celebración es también el primer domingo de noviembre, y se guarda para recordar a todos los que han muerto cada congregación local. Un acólito enciende una candela conforme en las preces se va nombrando a cada persona difunta.

IV. Tradiciones y costumbres populares.

Por mucho que el cristianismo insista en disociarse de las tradiciones paganas, casi cada una de las costumbres rituales o culinarias de los días 01 y 02 de noviembre, tiene un trasfondo pre-cristiano rastreable con mayor o menor dificultad. El catolicismo romano y la ortodoxia –mucho más frecuentemente que el protestantismo clásico-, han dejado vivas muchísimas tradiciones pre-cristianas, ya permaneciendo indiferentes ante ellas, o revistiéndolas de un sentido cristiano o para-cristiano.

En países de mayoría católica romana, como Bélgica, Francia, Hungría, Italia, Malta, Portugal, España y América Latina –con México a la cabeza-, la gente pasa este día, a veces con su víspera y el día siguiente, visitando las tumbas de los seres queridos difuntos, rezando en ellas y ofreciendo flores y candelas; las tumbas mismas son aseadas, reparadas y pintadas y adornadas. Las candelas suelen cubrir las tumbas; ésta última costumbre ocurre también en los países eslavos (católicos romanos u ortodoxos), como Polonia, Chekia, Eslovaquia, Eslovenia, Lituania, Croacia y Rumania, así como: Suecia, Finlandia, Austria, Hungría y zonas católicas romanas de Alemania.

Aspecto de la celebración de la Vigilia de Todos los Santos en Polonia.

En las Filipinas, el día de hoy se llama Undas, “Todos los Santos”, y a veces recibe el nombre indígena de: Araw ng mga Namayapa (aprox.- “Día de los Difuntos”) que se guarda como Día de todas las Almas.

Aspecto culinario de las fiestas de Todos los Santos y Fieles Difuntos: España por regiones, México y Guatemala.

En Cataluña se celebra la castañada en que se comen boniatos al horno, castañas y dulces especiales para este día llamados panellets”. Hay una costumbre de dibujar y recortar una mujer asando castañas con siete piernas, a la que se le corta una pierna cada día hasta el día de la celebración. En la Dehesa de Guadix se comen también boniatos y pestiños. Y en Galicia se celebra el Magosto”.

En Cocentaina (Alicante) se celebra la "fira de tots sants" o Feria de Todos los Santos. Una licencia de mercado concedida por el rey de Aragón Pere IV el Cerimonios (Don Pedro el Ceremonioso), la convierte en una de las ferias de productos más antiguas e importantes de España.

En Cádiz se celebra el 31 de octubre los “Tosantos”, disfrazando a los conejos, cochinillos y gallinas de los mercados de la ciudad; también se hacen muñecos con frutas, verduras y frutos secos que reflejan de modo crítico y humorístico la realidad social del año.

En Ceuta es el “Día de la Mochila”, la gente sale al campo portando una mochila de frutas y frutos secos con la que pasa el día; mientras que en Extremadura, se va de gira al campo a merendar la chaquetía”.

En México, se conjugan ambas fiestas. La tradición popular consagra el día 01 a los niños difuntos si bien cada vez se diluye más la creencia en el Limbo (donde se suponía que iban los niños muertos sin bautismo), y el día 02 se dedica a los adultos difuntos. Se hacen vistosísimas ofrendas con cirios y veladoras, flores de cempasúchil (en idioma náhuatl tzempoalxóchitl), cuyos pétalos son de un vivo color naranja azafranado, y se colocan tanto enteras las flores como esparcidos los pétalos, formando caminos hacia las ofrendas, pues la creencia popular invita a los difuntos a degustar la esencia de los alimentos ofrecidos.

Se hacen calaveras de azúcar con los nombres de vivos y difuntos de la familia o de la comunidad local, se hornean panes con forma de media esfera, de estilo europeo, cubiertos de azúcar, conocidos como “Pan de Muerto”, y que llevan de relieve figuras de cráneos y huesos. Se colocan los retratos de los difuntos, y delante de ellos se ponen las viandas que en vida más les agradaban (lo cual incluye desde una enorme variedad de guisos de la cocina mexicana hasta refrescos embotellados, cigarros, tabaco y bebidas alcohólicas). Estas ofrendas suelen retirarse el día 02 por la noche, pudiéndose consumir en ese momento.

En Guatemala –que comparte muchas costumbres mexicanas-, se realizan visitas a los cementerios dejando usualmente flores y a veces comida a los difuntos, se vuelan Barriletes Gigantes en Sumpango y Santiago Sacatepéquez y se degusta el Fiambre (combinación de embutidos y verduras, con color morado).

En España y México, la obra de teatro Don Juan Tenorio de José Zorrilla se representa tradicionalmente en estos días.


I. Para el apartado: Comunión de los Santos.

Véase también:
Communion (Christian)

Referencias
1. ^ Encyclopaedia Britannica

Enlaces externos:
Catechism of the Catholic Church: The Communion of Saints
Catholic Encyclopedia: The Communion of Saints
The Communion of Saints - A statement of Evangelicals and Catholics Together
Catholic Apologetics: The Communion of Saints
Encyclopaedia Britannica Online: Communion of Saints
Church of Ireland (Anglican): The Communion of Saints
Claude Beaufort Moss, D.D.: The Communion of Saints
First Reformed Presbyterian Church, Cambridge, Massachusetts: Sermon Notes - Communion of Saints
John Henry Newman: Parochial and Plain Sermons, Sermon 11. The Communion of Saints
"The Communion of Saints". Catholic Encyclopedia. (1913). New York: Robert Appleton Company.


II. Para el artículo general: Todos los Santos:

Notas:
1. ^ Hallows significa “santos”, y mas significa Mass = Misa; la víspera o Halloween es la “Víspera de Todos los Santos”.
2. ^ Parroquia de Todos los Santos, Celebration of All Celtic Saints
3. ^ a b c The Catholic Encyclopedia (New York, Robert Appleton Company, 1907), s.v. "All Saints' Day" (ver: Enlaces externos, abajo).
4. ^ San Juan Crisóstomo: sermón Laudatio Sanctorum Omnium (“En alabanza de todos los santos”) (J. P. Migne, Patrologia Graecae, I. 705-712).
5. ^ “All Saints Day”, The Oxford Dictionary of the Christian Church, 3rd edition, ed. E. A. Livingstone (Oxford: Oxford University Press, 1997), 41-42.
6. ^ Hutton, Ronald (1996). Stations of the Sun: A History of the Ritual Year in Britain. New York: Oxford Paperbacks. ISBN 0-19-285448-8.

Véase también:
En castellano:
Conmemoración de los Fieles Difuntos
Día de Muertos
En inglés:
Veneration of the dead
Halloween
Dziady
Day of the Dead
Irish calendar
All Saints Chapel of Ease (Anglican)

Enlaces externos:
En castellano:
Fiesta de Todos los Santos en la Enciclopedia Católica.
Canto gregoriano para la misa de Todos Los Santos.
En inglés:
All Saints Church, King's Lynn, Norfolk, UK - Ancient Medieval Church
All Saints and All Souls Day American Catholic.
All Saints' Day artículo en Catholic Encyclopedia
All Saints Sunday Inglaterra Ortodoxa.
A Vigil service for All Saints All Hallows' E'en – “Halloween”
All Saints Church, Barbados
First Sunday after Pentecost, or All Saints Sunday por el Padre Sergei Bulgakov, Manual para acólitos.
Synaxis of All Saints Icon y Synaxarion de la fiesta.



U.I.O.G.D.
Para que en todas las cosas sea Dios glorificado.