Convención General
Por Gregory Straub,
Oficial Ejecutivo y
Secretario de la Convención General.
Versión castellana: Miguel Zavala-Múgica+
Original en inglés al calce.
Con escasos precedentes de una forma republicana de gobernanza eclesiástica, la primera Convención General (de la Iglesia Episcopal) se reunió en 1785 en Filadelfia. Esa Convención comenzó a trabajar en una Constitución y en una revisión del Libro de Oración Común, el manual de culto de la Iglesia. Diez años más tarde, la Convención General había acordado la forma de su gobernanza, así como su patrón de culto: ambos prevalecen hasta el presente.
De manera inédita para su tiempo, la primera Convención General quedó definida como un cuerpo bicameral en el que los obispos –elegidos (en sus diócesis), y no nombrados por la Corona-, se reunían en una cámara, mientras que los diputados laicos y ordenados (igualmente representados), componían la otra cámara.
Todos los obispos de la Iglesia Episcopal, tanto activos como retirados, tienen derecho a asiento, voz y voto en la Cámara de Obispos, (a menos que fueren privados de este privilegio). Cada una de las diócesis de la Iglesia Episcopal (así como la Convocación de Iglesias en Europa, y el Área Misionera de Navajoland), tienen derecho a elegir ocho diputados, cuatro laicos y cuatro presbíteros y/o diáconos, a la Cámara de Diputados. (Los electores que en las Diócesis eligen a los diputados, eligen de entre ellos mismos a los representantes de entre las parroquias locales.)
Los diputados no son delegados; lo cual significa que no han sido electos para representar a las diócesis que los eligen. Los diputados votan –según su propia conciencia-, por el bien de la Iglesia. No se les puede instruir para que voten de una u otra manera, porque hacerlo imposibilitaría un debate en santidad, y secuestraría la obra del Espíritu Santo.
Se espera que los diputados sirvan en los comités –si fueren nombrados-, para asistir a foros y consultas, y que lean los reportes a la Iglesia, desde sus comisiones, comités, agencias y consejos, para que éstos sean escuchados, y –si estos fueren promovidos-, para responder a las resoluciones del pleno de la Cámara.
La Cámara de Obispos y la Cámara de Diputados, se reúnen, deliberan y votan por separado. Para que sus resoluciones se hagan efectivas, éstas deben pasar por ambas cámaras en el mismo lenguaje. Ambas cámaras tienen derecho a hacer enmiendas a la legislación; pero las enmiendas (de una cámara) deben ser aceptadas por la otra. Las resoluciones que se presenten a la Convención vienen de dos fuentes: comités, comisiones, agencias y consejos de la Iglesia; y obispos, diócesis y provincias; y diputados.
En la Cámara de Diputados, tres diputaciones de laicos o clérigos pueden solicitar que se vote por órdenes. En una votación por órdenes, cada diputación diocesana tiene dos votos: uno laico y uno clerical, para descartar que el voto de esa delegación esté previamente decidido. Si una mayoría de la diputación está a favor, el voto diocesano –laico o clerical-, se emite como un “sí”. Si una mayoría de la diputación está en contra, el voto diocesano se emite como un “no”. Las diputaciones indecisas, cuentan como “divididas” y, surten efecto como votos adicionales por el “no”.
La Cámara de Obispos está presidida por la Obispa Primada de la Iglesia Episcopal, la Obispa Presidente Katharine Jefferts Schori, y –en ausencia suya-, por el Vicepresidente, el Obispo Richard S. O. Chang. Ellos son asistidos por el Secretario de la Cámara de Obispos, el Obispo Kenneth L. Price; por un Parlamentario, el Obispo John Buchanan; y por el Presidente del Comité de Despacho, el Obispo Wayne Wright.
La Cámara de Diputados es encabezada por la Presidenta de la Cámara, Bonnie Anderson, y en ausencia suya, por el Vicepresidente, el Revdo. Brian Prior. Ambos son auxiliados por el Secretario de la Cámara de Diputados (que soy yo mismo); y por un parlamentario, Polly Getz.
Mucho del trabajo de convención es llevado a cabo por comités legislativos. La Obispa Presidente, y el Presidente de la Cámara de Diputados, determinan el número de personas que han de servir en los comités, así como su membresía. Se pide a los diputados indicar sus preferencias sobre la membresía de los comités, y a los oficiales presidentes, efectuar su elección considerando experiencias previas, la experiencia (personal del elegido) y el interés (de estos), asegurando así que los comités representen diversos puntos de vista, así como la diversidad geográfica, étnica y de género, así como la participación de diputados jóvenes.
Las resoluciones propuestas a discusión en convención, se turnan a los comités legislativos, los cuales las consideran, concentran y pulen antes de presentarlas al pleno de la Convención. Los comités legislativos mantienen consultas sobre legislación durante las cuales pueden hablar las siguientes personas: diputados, visitantes registrados o visitantes registrados alternos. Estas consultas tienen lugar en los hoteles de la Convención cercanos al Centro de Convenciones.
En 2009, la 76a. Convención General de la Iglesia Episcopal, se reunirá en Anaheim, California, del miércoles 8 de Julio al viernes 17 de Julio.
La Convención General se reúne en ambiente de oración. Cada día, los obispos, diputados, registrados alternos y las delegadas a la Trienal de Mujeres de la Iglesia Episcopal (ECW por sus siglas inglesas), se reúnen para el Estudio Bíblico y la Santa Eucaristía. Este año, los temas de la Convención General para estos encuentros, reflejarán el gran tema de la Convención General: Ubuntu.
Tanto la Cámara de Diputados, como la Cámara de Obispos, tienen capellanes, que guían a sus cámaras en oración cotidiana l principio y al final de las sesiones, y diariamente al mediodía. Se pide a los capellanes que oren antes de la puesta en marcha de la legislación importante. Hay organizaciones dentro de la Iglesia que patrocinan otros servicios de culto, al mismo tiempo, hay voluntarios que organizan aulas de oración en las cuales se ofrece intercesión continua por los trabajos de la Convención.
Un punto culminante en cada Convención General es la Eucaristía festiva en la cual se presenta la Ofrenda Unida de Acción de Gracias. (La Ofrenda Unida de Acción de Gracias se colecta en las parroquias dos veces al año, para la misión de la Iglesia).
El debate en el pleno está regido por la Constitución y Cánones de la Iglesia, las Reglas de Orden de cada cámara, las Reglas Conjuntas de Orden (que son aplicables a ambas cámaras) y las Reglas de Orden de Robert’s. Es de esperarse que los diputados escuchen respetuosamente los puntos de vista de los demás y se apeguen a las reglas, las cuales requieren –por ejemplo-, que las personas con diferentes puntos de vista se alternen en el uso de los micrófonos.
La Convención es más que sólo legislación. Una de las partes más interesantes de ésta es la Sala de Exhibición, que me recuerda una especie de zoco oriental: es un mercado de artículos e ideas en el cual las organizaciones y grupos de interés dentro de la Iglesia ofrecen sus mercancías, reclutan miembros y trabajan por influir en la legislación. Es una parte muy colorida de la Convención, sin ella, no habría Convención General. Muchas organizaciones relacionadas con la Iglesia, auspician encuentros en conjunción con la Convención, y hay comidas y cenas organizadas por seminarios, provincias, sociedades, consejos y oficinas de trabajo de la Iglesia.
Una reunión que no debe olvidarse, es la Trienal de Mujeres de la Iglesia Episcopal (ECW). Este encuentro ha ido cambiando en las últimas décadas; se enfoca en la misión y servicio de la Iglesia, y muchos de los más distinguidos miembros de la Iglesia son invitados a dirigirse a este cuerpo.
La Convención General es una combinación de asamblea legislativa, bazar de bienes y servicios y reunión familiar. Es uno de los más emocionantes y –a decir verdad-, uno de los más imponentes encuentros que pueda haber en el mundo.
Revdo. Dr. Gregory S. Straub
Oficial Ejecutivo y Secretario de la Convención General.
Oficina de la Convención General
815 Second Avenue
New York, NY 10017
(212) 922-5184 or 800 334-7626, ext. 5184
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Introduction to General Convention.
by Gregory Straub,
Executive Officer and Secretary of General Convention.
With few precedents for a republican form of church governance the first General Convention met in 1785 in Philadelphia. That convention began work on a constitution and a revision of the Book of Common Prayer, the church’s book of worship. Within ten years the General Convention had agreed on its form of governance and its pattern of worship, both of which endure to the present day.
Uniquely for its time, the first General Conventions determined on a bicameral house in which elected (rather than royally appointed) bishops would make up one house, and lay and ordained deputies (equally represented) would make up the other house. All bishops of the Episcopal Church, active and retired, are entitled to seat, voice and vote in the House of Bishops (unless deprived of the privilege). Each of the Episcopal Church’s dioceses (and the Convocation of Churches in Europe and the Navajoland Area Mission) is entitled to elect eight deputies, four lay persons and four priests and/or deacons, to the House of Deputies. (The diocesan electors of deputies are themselves elected representatives from local parishes.) Deputies are not delegates; that is, they are not elected to represent the electing dioceses.
Deputies vote their conscience for the good of the church. They cannot be instructed to vote one way or another, for to do so would preclude godly debate and preempt the work of the Holy Spirit. Deputies are expected to serve on committees, if appointed, to attend forums and hearings, to read the reports to the church from its commissions, committees, agencies and boards, to listen to, and if so moved, to respond to resolutions on the floor of the house.
The House of Bishops and House of Deputies meet, deliberate and vote separately. To be enacted resolutions must pass both houses in the same language. Both houses have the right to amend legislation, but the amendment must be accepted by the other house. Resolutions presented to convention come from four sources: committees, commissions, agencies and boards of the church; bishops; dioceses and provinces; and deputies. In the House of Deputies three lay or clerical deputations may request a vote by orders. In a vote by orders each diocesan deputation has two votes: one lay vote and one clerical vote. To cast that vote the deputation is polled. If a majority of a deputation is in favor, the diocesan lay or clerical vote is cast as a “yes.” If a majority of a deputation is opposed, the vote is cast as a “no.” Tied deputations count as “divided” and, in effect, as additional “no” votes.
The House of Bishops is chaired by the Primate of the Episcopal Church, Presiding Bishop Katharine Jefferts Schori, and, in her absence, by the Vice Chair, Bishop Richard S. O. Chang. They are assisted by the Secretary of the House of Bishops, Bishop Kenneth L. Price; a Parliamentarian, Bishop John Buchanan; and a Chair of the Committee on Dispatch, Bishop Wayne Wright.
The House of Deputies is chaired by the President of the House, Bonnie Anderson, and, in her absence, by the Vice President, The Rev. Brian Prior. They are assisted by the Secretary of the House of Deputies (myself); a Parliamentarian, Polly Getz. Much of the work of convention is carried out by legislative committees. The Presiding Bishop and the President of the House of Deputies determine the number of persons who serve on committees and their membership. Deputies are asked to indicate their preference for membership on committees, and the presiding officers make their choice considering previous experience, expertise and interest, ensuring the committees represent diverse points of view, geographic, ethnic and gender diversity and participation by younger deputies.
Resolutions proposed for discussion at convention are referred to legislative committees, which consider, amalgamate and perfect them before presenting them on the floor of convention. Legislative committees hold hearings on legislation at which the following can speak: deputy, registered alternate or registered visitor. These are held in convention hotels near the Convention Center.
In 2009, the 76th General Convention of the Episcopal Church will meet in Anaheim, California from Wednesday, 8 July through Friday, 17 July.
General Convention meets prayerfully. Each day bishops, deputies, registered alternates and delegates to the ECW Triennial gather for Bible study and Holy Eucharist. At this year’s General Convention the themes for these gatherings will reflect the theme of General Convention: Ubuntu.
Both the House of Deputies and the House of Bishops have chaplains, who lead their houses in regular prayer at the beginning and end of sessions and daily at noon. Chaplains are also asked to pray before the enactment of important legislation. Organizations within the church sponsor additional worship services, while volunteers staff a prayer room in which there is continual intercession for the work of convention. A highlight of every General Convention is its festival Eucharist at which the United Thank Offering is presented. (The United Thank Offering is taken up in parishes twice each year for the mission of the church.)
Debate on the floor is governed by the Constitution and Canons of the church, Rules of Order for each house, Joint Rules of Order (that apply to both houses) and Roberts’ Rules of Order. Deputies are expected to listen respectfully to the views of others and to adhere to the rules, which require, for example, that persons of different points of view alternate at microphones.
Convention is more than legislation. One of the most interesting parts of convention is the Exhibit Hall. The Exhibit Hall reminds me of an oriental souk: it is a marketplace of goods and ideas in which the organizations and interest groups within the church present their wares, recruit members and do their best to influence legislation. It is a colorful part of convention, and it would not be General Convention without it. Many church-related organizations hold meetings in conjunction with convention, and there are lunches and dinners hosted by seminaries, provinces, societies, boards and staff offices of the church. One gathering not to be missed is the triennial meeting of the Episcopal Church Women. The ECW meeting has changed over the past several decades; it focuses on the mission and service of the church, and many of the church’s most distinguished members are invited to address this body.
General Convention is a combination of legislative assembly, bazaar of goods and services and family reunion. It is one of the most exciting and, truth be told, one of the most awe-inspiring gatherings in the world.
The Reverend Dr. Gregory S. Straub
Executive Officer and Secretary of General Convention
General Convention Office
815 Second Avenue
New York, NY 10017
(212) 922-5184 or 800 334-7626, ext. 5184
U.I.O.G.D.
"Para que en todas las cosas sea Dios glorificado..."