(16 de Junio)
Joseph Butler
Obispo (1692-1752)
Obispo (1692-1752)
Butler fue clérigo anglicano, teólogo y filósofo inglés; hacia el final de su vida, fue Obispo de Durham. Nació en Wantage de Berkshire, el 18 de mayo de 1692, y fue hijo de un fabricante de paños de lino, que era presbiteriano y deseaba que su hijo se educase para el ministerio en esa Iglesia.
Siendo aún joven, Joseph fue puesto bajo el cuidado del Revdo. Philip Barton, maestro de la escuela de gramática de Wantage, y permanecería con él por algunos años; sería entonces enviado a la academia disidente de Samuel Jones en Gloucester, posteriormente en Tewkesbury. Durante su estancia en esta academia, Butler se sintió insatisfecho con los principios del presbiterianismo, y luego de mucha deliberación, resolvió unirse a la Iglesia de Inglaterra, esto es: volverse anglicano.
En 1718, Butler obtuvo el grado en filosofía y teología en el Oriel College de Oxford, y fue ordenado de diácono y de presbítero, luego de lo cual fue nombrado predicador de la capilla de los Rolls, donde continuó hasta 1726. Fue allí donde predicara sus famosos Quince Sermones (1726), incluyendo los bien conocidos Sermones sobre la Naturaleza Humana.
En 1721, le fue otorgado el rango de prebendado en Salisbury por el Obispo Talbot, quien –al ser trasladado a Durham, otorgó a Butler el beneficio de por vida de Houghton-le-Skerne en aquel condado, y en 1725 le dio la rica Rectoría parroquial de Stanhope.
En 1736 –año de publicación de su más grande obra: Analogy of Religion, Natural and Revealed, to the Course and Constitution of Nature (“Analogía de la Religión Natural y Revelada al curso y constitución de la Naturaleza”)-, fue nombrado Ayuda de Cámara de la Reina Carolina. En su lecho de muerte –al año siguiente-, la Reina lo recomendó con su esposo el Rey, para que lo nombrase Obispo de Bristol in 1738. En 1750 fue transladado a la Diócesis de Durham. Poco después de este traslado, comenzó a fallar su salud, y murió el 16 de Junio de 1752, en Bath, donde había ido a curarse en las famosas termas romanas. Fue sepultado en la Catedral de Bristol.
Resumen de la teología de Butler.
Se puede encontrar una declaración sistemática de la filosofía moral de Butler en sus Tres Sermones sobre la Naturaleza Humana; en la colección de Quince Sermones, y en la II Disertación (“Sobre la Naturaleza de la Virtud”). En su Analogía, Butler, creyendo que la revelación y la naturaleza son complementarias, argumenta –al estilo aristotélico-, desde la naturaleza humana hasta las conclusiones de cómo una persona debe vivir conforme a tal naturaleza.
Por naturaleza, los seres humanos tenemos afectos tanto auto-complacientes ("concupiscentes" solía decirse) como benevolentes; el carácter intrínseco del afecto auto-complaciente, no es incompatible con una actitud benevolente. De hecho, más frecuentemente de lo que se supone comúnmente, estos afectos se refuerzan mutuamente. Pero los afectos son tan sólo una faceta de la naturaleza humana; mucho más importante es la capacidad para juzgar los afectos y el comportamiento que de ellos resulta. Esta facultad superior es la conciencia o reflexión.
Conforme Butler mismo indica, su visión de la conciencia está tomada de los discursos arrianos de Epicteto. La conciencia -según insiste Butler- previene al ser humano de ser cautivo de sus pasiones, ya que aprueba o condena sus actos, y constituye al ser humano como una entidad que se norma a sí misma en lo moral (autonomía moral).
En su Analogía, Butler ofrece la declaración más clara sobre su teología natural. Aparentemente, la finalidad de esta obra era convencer a los deístas -corriente filosófica muy extendida en la Inglaterra del siglo XVIII-, quienes reconocían -después de todo-, la existencia de un Dios, aunque prescindiendo absolutamente de los datos de cualesquiera religiones reveladas. A Butler le parecía que esta creencia filosófica en Dios, podía llevar, razonablemente, a un deísta hacia la fe cristiana, así que en su texto muestra la importancia de la revelación cristiana y la razonabilidad de la creencia en la inmortalidad.
Colecta para la conmemoración del Bienaventurado Joseph Butler:
Oh Dios, que por tu Espíritu has dado a unos palabra de sabiduría; a otros, palabra de conocimiento, y a otros más, palabra de fe; alabamos tu Nombre por los dones de Gracia manifestados en tu siervo José Butler, y oramos porque jamás destituyas a tu Iglesia de tales dones; mediante Jesucristo -nuestro Señor, quien contigo y el Espíritu Santo, vive y reina, un solo Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
U.I.O.G.D.
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