martes, 10 de junio de 2008

Calendario de Fiestas Menores.
San Columba de Iona.

(09 de Junio)
(Traducción y adaptación a partir de Wikipedia y Lesser Feasts & Fasts: Pbro. Miguel Zavala-Múgica+, Diócesis del Occidente de México).
Columba (7 de Diciembre de 521 – 9 de Junio de 597), hijo de Fedlimid y Eithne, fue miembro de la Casa principesca de los O’Neill (Uí Néill), de la provincia del Ulster, en Gartan, cerca de Lough Gartan, condado de Donegal, en Irlanda.

Juventud y educación en Irlanda.

Tanto por la línea paterna como por la materna, era descendiente de reyes irlandeses, como -por línea paterna, fuera nieto de Niall “el de los nueve hostales”, un antiguo rey irlandés del siglo V. Fue bautizado como Columba (en latín, “paloma"), pero muchos textos se refieren a él también con un nombre que mezcla el latín y el gaélico: Colm Cille o Columcille (“paloma de la iglesia”), aparentemente por los muchos monasterios e iglesias irlandeses, que eran llamados cille en el idioma gaélico irlandés, y con los cuales, Columba tuvo estrecha relación durante toda su vida. Fue una destacada figura entre los monjes misioneros gaélicos.

En la primitiva Irlanda cristiana, la tradición druida había colapsado, merced a la expansión del cristianismo. El estudio del Latín y de la Teología cristiana, florecía en los monasterios. De modo que Columba, en su juventud estudió en las grandes escuelas monásticas de Movilla y Clonard, junto al río Boyne en el moderno condado de Meath. Durante el siglo VI, la mayoría de las grandes lumbreras del cristianismo celta, se formaban en Clonard. Se dice que el promedio de estudiantes allí, era de tres mil.

Durante un tiempo, Columba se formó en la tradición de los bardos; éstos eran compositores y cantores de poemas, así como los cronistas de la historia irlandesa, él mismo llegó a ser un hábil poeta. Para continuar su educación, Columba eligió ser monje y sacerdote, y, subsecuentemente, abad. Más tarde declinaría el episcopado, aunque es difícil decir que fuera por humildad, puesto que –en aquel tiempo-, el poder en la Iglesia Celta-, era detentado por los abades en los monasterios y no por los obispos.

Durante quince años, Columba viajó por toda Irlanda, fundando monasterios, los más prominentes de los cuales fueron los de Derry, Durrow y Kells; y mostró un ejemplo de gran austeridad a sus monjes. Los monasterios eran grandes centros de conservación y transmisión de la cultura. Columba, gran amante de los libros, invirtió mucho de su tiempo elaborando hermosos volúmenes de manuscritos iluminados.

La disputa por el Salterio de Cathach.

Según la tradición, alrededor de 560, Columba se vio involucrado en una disputa con San Finián de Moville, por causa de un Salterio (o manuscrito del Libro de los Salmos) iluminado. Columba había copiado el manuscrito en el scriptorium del monasterio regido por Finián, suponiendo que tendría derecho a retener la copia. Finián alegó derechos sobre el volumen y se desató un pleito de magnitud tal que dio lugar a una matanza espantosa conocida como la “Batalla de Cúl Dreimhne”, en 561. La copia de Columba, de ese Salterio, se ha asociado tradicionalmente con el manuscrito denominado Cathach.

Un sínodo de clérigos y eruditos, trató de excomulgar a Columba, pero San Brendán de Birr habló a favor suyo, logrando así que la pena se le conmutara por la de exilio. Columba –consciente y arrepentido del exceso de su ira-, sugirió que podría trabajar como misionero en Escocia, hasta alcanzar a convertir a tantas personas cuantas hubieran sido el número de las que murieron en Cúl Dreimhne. Se exilió de Irlanda, sólo para regresar muchos años más tarde.



Vida en Escocia.

En 563, a la edad de 42 años, Columba –bajo aquella penitencia-, decidió hacerse misionero. Él y doce monjes --todos ellos parientes suyos, a quienes luego se daría el nombre de “Doce Apóstoles de Irlanda”-, zarparon hacia la isla de Iona, al norte de Irlanda, hacia la costa occidental de Escocia, desembarcando en la península de Kintyre cerca de Southend; sintiéndose aún cerca de su tierra natal, viajaron más al norte. Allí fundaron el famoso monasterio de Iona; desde este cuartel general, comenzaron a trabajar no solo entre los irlandeses, instalados ya en las cercanías, sino también entre las tribus de los pictos, que vivían más al norte. Columba predicó el Evangelio al menos tan lejos como en la legendaria localidad escocesa de Loch Ness (lago Ness). Sus discípulos extendieron sus esfuerzos hacia el norte de Inglaterra.

Además de sus servicios prestados para alfabetizar la región, su fama de santidad ayudó a su trabajo diplomático y pacificador entre las tribus locales; se conocen muchas historias milagrosas sobre su trabajo para convertir a los pictos. Columba visitó al rey pagano Bridei de Fortriu, cuya sede estaba en Inverness, y se ganó el respeto de éste.

Fue muy enérgico en el trabajo de evangelización, fundó numerosas iglesias en las islas Hébridas, y convirtió su monasterio en Iona en escuela de misioneros. Como renombrado hombre de letras, escribió numerosos himnos.

Columba y sus misioneros llevaban con ellos –al celebrar los sacramentos-, el Rito Celta, que algo difería del Rito Latino (romano), que era el que se seguía en el sur de Inglaterra y en otras zonas romanizadas. Era práctica de ellos donar a cada nueva iglesia un Evangeliario copiado e iluminado a mano. Se dice que el propio Columba elaboró más de trescientos de estos evangeliarios, y se le atribuyen los famosos Cathatch –ya mencionado-, y el Libro de Kells, verdaderas obras de arte de los maniscritos miniados medievales. Quizá esta costumbre fuera parte de su propia penitencia.

Se dice que al regresar a Irlanda, por algún tiempo, fundó allí el monasterio de Durrow. Columba murió en Iona –según la tradición, murió sonriente, mientras cantaba los Salmos en el Oficio-, y fue enterrado en la abadía que había fundado.

Herencia de Columba.

Varias islas escocesas llevan incluido el nombre de Columba, incluido Ì Chaluim Chille (uno de los nombres gaélicos escoceses de Iona), Inchcolm y Eilean Chaluim Chille.
A Columba se atribuye un fenomenal reavivamiento del monaquismo, lo cual contribuyó directamente al reavivamiento y supervivencia del Cristianismo occidental, luego de la caída del Imperio Romano. Además de ser un centro importante de estudios, la Iona de Columba, se convirtió en lugar de peregrinación Una red de cruces celtas marcan la ruta procesional en torno a su sepulcro en Iona.

Fuentes para el conocimiento de la vida y circunstancias de San Columba: La Vita Columbae.

La fuente principal de información sobre la vida de Columba, es el texto latino Vita Columbae de Adomnán (o Eunán), noveno abad de the Iona, muerto en 704.

La Vita Columbae se completa con el relato de Beda sobre la visita de Columba a Bridei, allí donde Adomnán detiene su narración, Beda sigue con una tradición, quizá de origen picto, según la cual el santo efectivamente convirtió al rey de los pictos. Otra fuente temprana, es un poema en alabanza de Columba, quizá encargado a componer por el rey del clan de Ui Neill (O’Neill) el grupo tribal de Columba. Fue compuesto unos tres o cuatro años luego de la muerte de Columba, y es el poema vernáculo más antiguo en la historia europea; consta de 25 estrofas con cuatro versos heptasílabos (siete sílabas) cada una.

El ejemplo registrado más antiguo del nombre de “Arthur” en un documento británico, ocurre como Arturius, en la Vita Columbae de Adomnán, y se trata del nombre de un príncipe escoto, hijo de Áedán mac Gabráin, rey de Dál Riata (574), (nada qué ver con el legendario rey Arturo).

La Vita Columbae es también la fuente de la primera referencia al monstruo del Lago Ness. Según la Vita, Columba pasó entre un grupo de pictos que estaban dando sepultura “a un pobre hombrecillo” que había sido muerto por el monstruo, y salvó a un nadador “con el signo de la Cruz y la imprecación: ‘¡No irás más lejos!’, ante lo cual, la bestia huyó aterrada, ante el asombro de los pictos, que glorificaron al Dios de Columba". Cierta o no la anécdota, Adomnán declara específicamente que el monstruo nadaba en el Río Ness, que fluye desde el lago, y no en el Loch Ness mismo.

O Columba spes Scotorum... “Oh Columba, esperanza de los escoceses…”, así comienza una oración del siglo XIII en el Antifonario del monasterio de Inchcolm, la “Iona del Este”.
Columba fue históricamente reverenciado como un santo guerrero, frecuentemente invocado en las batallas. Sus reliquias fueron sacadas oficialmente en 849 y repartidas entre Alba e Irlanda. Algunas reliquias de Columba solían ser supersticiosamente llevadas delante de los ejércitos escoceses, en un relicario fabricado en Iona a mediados del siglo VIII, llamado “el Brecbennoch”. Una leyenda dice que el Brecbennoch, fue llevado a Bannockburn por los atemorizados escoceses, superados en número por otro ejército, y que la intercesión del santo les ayudó a conseguir la victoria. Es amplia opinión que el objeto en cuestión es la famosa pieza arqueológica conocida como: el Relicario de Monymusk.


Colecta de San Columba de Iona:

Oh Dios, que por la predicación de tu bendito siervo Columba hiciste que la luz de tu Evangelio resplandeciera en Escocia: Te rogamos nos concedas que, al conmemorar su vida y trabajos, podamos mostrarte nuestra gratitud, siguiendo el ejemplo de su celo y paciencia. Por Jesucristo, nuestro Señor, quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.

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