en una perspectiva bíblica centrada en el Evangelio. Por el Padre Miguel Zavala-Múgica+
uno es libre para comprometerse y luchar
por aquello en lo que cree…”
Ofelia Medina
(Actriz mexicana y activista por
los derechos humanos).
San Benito escribiendo la Regla, 1926.
(Hermann Nigg 1849–1928).
GUÍA BREVE:
I. Objetivos.
a. General:
Familiarizar a personas seculares (laicos o clérigos), facilitándoles un primer encuentro con la obra y valores cristianos de San Benito.
b. Específicos:
Nuestros dos objetivos principales, son:
1. Percatarnos de que el Evangelio de Jesús puede vivirse de una manera diferente a la que el común de los cristianos está acostumbrado: nueva quizá, pero a la vez antigua y tradicional.
2. Constatar la posibilidad de vivir –de alguna manera-, la Regla de San Benito, como laicos o como clérigos seculares, sin necesidad específica de habitar en un monasterio, desde la casa y familia dónde y con quiénes compartimos la vida diaria.
II. Herramientas:
Nuestro instrumento para lograr estos objetivos, será descubrir valores bíblicos –principalmente del Evangelio-, plasmados en algunos fragmentos de la Regla Benedictina (RB). Agrupados en forma de Lista de Citas de la RB. Será útil tener a mano al menos una Biblia por cada grupo (véase más adelante), para efectuar consultas.
Mediante esta dinámica, conoceremos –a “ojo de pájaro”-, algunos de los pasajes más famosos de la RB, recordaremos nuestro propio acervo bíblico y veremos cómo un autor cristiano de la antigüedad, tan importante como Benito de Nursia, puede darnos una visión tan suya, y a la vez, tan valiosa del Evangelio.
III. Actividades:
a. Exposición previa:
Antes de estas actividades, habremos tenido una breve introducción a la vida de San Benito y a su Regla monástica.
b. Phillips 6.6:
---Reunámonos –durante un tiempo entre los seis y los quince minutos-, en grupos según nuestras circunstancias particulares: un solo grupo pequeño o varios grupos (seis idealmente) de no más de seis personas.
---En lo posible, evítese distribuir –por partes- la Lista de Citas entre los grupos, sino permítase que cada grupo pueda analizar la lista completa.
c. Detección de citas bíblicas:
Los primitivos escritores cristianos, mezclaban multitud de textos bíblicos entre sus propias obras, así hace Benito en su Regla. Leemos atentamente cada cita de la RB y subrayamos en ellas lo que reconozcamos como textos de la Sagrada Escritura, identificándolos hasta donde sea posible.
d. Selección temática:
---Agrupamos los diversos textos de la RB que aparecen enumerados a continuación según los siguientes criterios valorativos: 1. Cristo como centro de la vida; 2. Importancia de la humildad; 3. La autoridad como un servicio; 4. Moderación y equilibrio; 5. Piedad; 6. Trabajo, y 7. Perseverancia.
---¿Hay algún otro criterio de valor que podamos descubrir y en el que agrupemos una o más de estas citas?
e. Discusión:
¿Cómo podríamos vivir los valores arriba descritos en nuestros propios ambientes: familia, centro de trabajo, iglesia? (es decir, sin la necesidad de vivir en clausura monástica).
f. Exposición plenaria.
En este punto buscamos enriquecernos mutuamente con la diversidad de resultados a que cada equipo hubiere podido llegar.
Nota Importante:
No se trata aquí de desanimar a nadie de tomar el camino de una vida monástica tradicional, sino de extender los beneficios de los valores benedictinos a personas que quieren vivir una vida cristiana con un nivel e intensidad especiales de consagración, pero cuya vocación y ministerio los vincula a la sociedad y al ambiente seculares.
Lista de Citas de la Regla Benedictina.
1. “Escucha, hijo, estos preceptos de un maestro, aguza el oído de tu corazón, acoge con gusto esta exhortación de un padre entrañable…” (Prólogo).
2. “…Si es que te has decidido a renunciar a tus propias voluntades y esgrimes las potentísimas armas de la obediencia para servir al verdadero Rey: Cristo, el Señor.” (Prólogo).
3. “Levantémonos pues, de una vez… Ya es hora de despertarnos del sueño. Abriéndonos los ojos a la luz de Dios, escuchemos lo que… advierte la voz divina que clama: ‘Si hoy escucháis su voz, no endurezcáis vuestros corazones.’ Y también: ‘Quien tenga oído para oír, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias’, ¿y qué dice?: ‘Venid hijos, escuchadme; os instruiré en el temor del Señor’. ” (Prólogo).
4. “Vamos a instituir pues, una escuela del servicio divino. Y al organizarla esperamos no disponer nada que pueda ser duro, nada oneroso. Mas si… cuando lo exija la recta razón, se halla algo poco más severo para corregir los vicios o mantener la caridad, no abandones…, sobrecogido de temor, el camino de la salvación que, por fuerza, ha de iniciarse por un comienzo estrecho”. (Prólogo).
5. “Si hay que vender las obras de los artesanos, procuren no cometer fraude quienes hubieren de hacer la venta… No se infiltre el vicio de la avaricia al fijarlos precios, antes bien, véndase siempre algo más baratote lo que puedan hacerlo los seglares, para que en todas las cosas, sea Dios glorificado.” (57)
Monasterio Cisterciense español de San Pedro de Cardeña.
6. “No darse a los placeres.” (4:12).
7. “Escuchar con gusto las sagradas lecturas” (4:55).
8. “Nada se anteponga a la obra de Dios” (43:3).
Liturgia de las Horas:
(Nota: El texto original en latín dice: opus Dei, y se refiere a la “obra” como trabajo u oficio con que se presta servicio a un patrono, así, la “obra” o “faena” de Dios o para Dios, es la oración litúrgica comunitaria, como complemento de las faenas diarias del trabajo manual monástico).
9. “La ociosidad es enemiga del alma… ocúpense pues los hermanos, unas horas en el trabajo, y otras en la lectura espiritual” (48:1).
11. “Indudablemente, por la altivez se baja, por la humildad se sube… cuando el corazón se abaja, el Señor lo alza hasta el cielo” (7: 7,8).
12. “El abad ( abadesa ) que es digno de regir una comunidad, ha de acordarse siempre del título que se le da… La fe dice que él (o ella) hace las veces de Cristo… Han recibido ustedes el Espíritu de hijos, que permite afirmar: ‘Abá’ …” (2: 1).
13. “Hay un sentimiento malo de amargura, que separa de Dios y lleva a reprobación… y …uno bueno que aparta de los vicios, y lleva a Dios y a salvación” (72: 1).
14. “Compitan los hermanos en anticiparse a obedecerse los unos a los otros” (72: 6).
15. “No hacer a otro lo que no se desea para sí mismo” (4: 9).
16. “Venerar a los ancianos… amar a los jóvenes” (4: 70, 71).
17. “...Si se tratare de un pecado oculto del alma, manifiéstese sólo al abad o a los padre espirituales, quienes han de ser capaces de curar sus propias heridas y las de los demás, sin descubrirlas ni publicarlas” (46: 5,6).
18. “No anteponer nada al amor de Cristo” (4:21).
19. “No consumar los impulsos de la ira” (4: 22).
20. “No dar paz fingida” (4: 25).
21. “La oración, sea breve y pura, a no ser que se alargue por especial inspiración de Dios”
(20: 4).
22. “Reciba, cada uno, un libro de la Biblioteca, y léalo por orden e íntegramente” (48: 15).
Biblioteca de San Pedro de Cardeña.
(Nota: Este precepto habla de las costumbres a seguir, especialmente, durante la Cuaresma. El texto original en latín dice: bibliotheca, y en tiempos de Benito, se refería a la Biblia, que no se hallaba reunida en un solo volumen, sino en varios rollos, según el número de los libros contenidos en ella. En la Alta Edad Media, la palabra bibliotheca se interpretó en relación a los grandes acervos de textos en las bibliotecas monásticas. De cualquier modo, la Sagrada Escritura tiene el primer lugar en la vida monástica, y su lectura meditada ha dado origen al ejercicio espiritual que se conoce como Lectio Divina).
23. “El segundo grado de humildad es no amar uno su propia voluntad” (7: 31).
24. “(Que el abad o abadesa) no infravalore ni desatienda la salvación de las almas por entregarse a lo transitorio, material y caduco” (2: 53).
25. “Es menester (que el abad o abadesa) conozca perfectamente la Ley Divina para que sepa y tenga de dónde sacar cosas nuevas y antiguas” (64: 9).
26. “Estos son los instrumentos del arte espiritual. Si los manejamos día y noche, y nos son reconocidos en el Día del Juicio, recibiremos… la recompensa… que ni ojo vio, ni oreja oyó, ni le pasó a nadie por su fantasía, lo que Dios tiene preparado para los que le aman.” (4: 75, 77).
U.I.O.G.D.
No hay comentarios:
Publicar un comentario