sábado, 29 de noviembre de 2008

Las Órdenes anglicanas ¿válidas?
De qué bases históricas parte el debate sobre la validez.


Pbro. Miguel Zavala-Múgica+
Agradecemos a Cecilia Beaz Lozano,
por su interés en el tema, que motivó
este artículo como respuesta.
El siglo XIX fue el siglo del Liberalismo político, el siglo del Imperio Británico; perdidas las colonias americanas, es -sin embargo-, en este siglo cuando la Corona de la Gran Bretaña se engasta las joyas de las posesiones africanas y del sureste de Asia, pero especialmente: la India y Australia, que actualmente son las zonas donde el Anglicanismo tiene la mayor parte de sus miembros.
Es el siglo de la Revolución Industrial, y de la abolición de la esclavitud, y también el siglo del Liberalismo económico y de nuevas formas de injusticia y abuso patronal. Dentro de la propia Inglaterra comienzan algunos de los primeros movimientos socialistas: fue patria adoptiva del propio Marx.

Izquierda.- El Papa León XIII (reinante: 1878-1903): Su visión crítica sobre el Protestantismo liberal, el liberalismo en sus diversos aspectos, el socialismo y otros temas, determinó su postura ante el Anglicanismo y la validez como Iglesia.




También es el siglo de la continuación de la Teología Liberal británica –con su búsqueda por la racionalización de la fe y lo que después, en la teología del siglo XX (Rudolph Bultmann) se llamará “desmitologización”, esto es: hacer del cristianismo una religión menos dependiente del entendimiento literal de su expresión en leyendas o relatos simbólicos. Esta Teología liberal, comenzó -en lo que a Inglaterra se refiere-, con una corriente conocida como Latitudinarismo, en el siglo XVIII.
El propio Arzobispo de Canterbury Frederick Temple (foto, derecha) que fungía al fin del siglo XIX, mantenía un interés -que lo caracterizó toda su vida-, en los temas conjuntos de Ciencia y Religión. En 1860 en un famoso encuentro de la Asociación Británica en el que ocurrió el debate entre Thomas Huxley y Samuel Wilberforce, Temple predicó un sermón en el que daba la bienvenida a los avances científicos de la Teoría de la Evolución [**]. En sus Ocho Conferencias Brampton sobre las relaciones entre la Religión y la Ciencia (1884) declaró llanamente que "la doctrina de la Evolución no es en ningún sentido antagónica a las enseñanzas de la Religión" [***]. Estas conferencias concernían al origen y naturaleza de la ciencia y de las creencias religiosas, y a los aparentes conflictos entre ambas respecto al libre albedrío y la existencia de un poder sobrenatural.
Movimiento de Oxford.
A principios del siglo XIX se originó -en el ambiente académico de la Universidad de Oxford-, una dinámica de múltiple expresión: filosófica, historiográfica, literaria, y también espiritual y eclesiástica, denominada Movimiento de Oxford. Éste, promovía una revaloración del Medioevo europeo, pero especialmente el británico, así se volvieron los ojos -con gran interés-, hacia todas las ciencias humanas de la Edad Media: filosofía, literatura, historia, arte, arquitectura, teología: Se construyeron diversos edificios neo-románicos y neo-góticos (especialmente universidades y templos), se analizaron obras literarias medievales, y se tomaron de ellas temas para la pintura y la escultura.
Al mismo tiempo, se retomaron también otros valores del Medioevo primitivo, como la Teología de los Padres de la Iglesia (Patrística), o los del Medioevo avanzado (teología de Tomás de Aquino), y por supuesto, también se evocó a la Iglesia Inglesa anterior a la Reforma del siglo XVI. Esto fue el caldo de cultivo para dos corrientes eclesiásticas dentro del Movimiento.
Una corriente logró -en política-, que la Corona Británica aceptara la restauración de la jerarquía romana en Inglaterra, y se expresó en personalidades como John Henry Newman (1801-90, dibujo a la derecha), joven sacerdote anglicano que acabó dando el paso de conversión a la Iglesia Romana, y más tarde llegaría a ser Arzobispo de la recién creada Arquidiócesis de Westminster, y Cardenal, como lo fue también Henry Edward Manning.
La otra corriente se quedó dentro de la Iglesia de Inglaterra, y buscó el enriquecimiento del Anglicanismo no con una transformación total ni la adhesión a Roma, sino con la revaloración de la expresión católica de la Iglesia, y se expresó tanto espiritual como litúrgicamente, con la restauración de antiguas vestiduras y ceremonias, el estudio de los Padres de la Iglesia, la revaloración de la Eucaristía como centro de la vida de la Iglesia, y la fundación de monasterios y conventos para órdenes religiosas tanto restauradas como nuevas. Se conoce a esta corriente como High Church (Iglesia Alta), o Movimiento anglocatólico. Sus representantes más importantes, son los presbíteros: Edward B. Pusey(1800-82, litografía abajo, derecha), John Keble (1792-1866, litografía abajo, izquierda) y John Mason Neale.

En la década de 1880, los obispos de las colonias y ex-colonias británicas, reunidos en la Conferencia de Lambeth, acordaron la conformación de la Comunión Anglicana, una familia eclesiástica que permitiría a las diversas iglesias anglicanas (también llamadas episcopales), regionales o nacionales existentes desde tiempo atrás, organizarse autónomamente y mantener una comunión (y federación) entre sí y con el Arzobispo de Canterbury, esto es, con la sede en Inglaterra.
Ambiente político en la Iglesia Católica Romana en Inglaterra.
Todos los anteriores factores toman cuerpo en algunas líneas importantes. La Iglesia Católica Romana había iniciado un proceso de “romanización” de sus propias iglesias nacionales, sujetándolas a un control más directo desde el Vaticano, especialmente en lo referente a la formación de nuevos sacerdotes; además, enfrentaba las presiones del Liberalismo (en todas sus expresiones), especialmente a través de la labor de la Masonería y de la instauración del laicismo político y su avance social, y la consolidación de los movimientos socialistas.
(El proceso de romanización en México está muy documentado, un detalle interesante de la resistencia de los obispos locales a las indicaciones de Roma, fue el completo ocultamiento de los fardos que contenían los ejemplares de la encíclica Rerum Novarum, de León XIII, destinada a ser leída y estudiada en todo el mundo católico. La alianza con el liberalismo positivista porfiriano, resulta obvia).




Por sus actitudes, parece que en la mente de León XIII y de su curia, había un rechazo comprensible a todo lo que oliera a Reforma protestante, Liberalismo, Masonería, Libre-pensamiento, Socialismo, Modernismo, etc. Su predecesor Pío IX había pasado por la pérdida de los Estados Pontificios en la Guerra de Unificación de Italia, precisamente a causa de una colusión de todos estos factores (Giuseppe Garibaldi, etc.).
Era, pues, importante que la Iglesia Católica Romana recuperara el largo tiempo históricamente perdido y abanderara movimientos obreros que restaran filas a la izquierda anarco-sindicalista, socialista y comunista. Así como que afirmara su validez en el Reino Unido, pues un clero anglicano en sucesión reconocida (anglicana), hacía innecesaria una jerarquía paralela (romana) en Inglaterra.
La Iglesia de Inglaterra había aprovechado (no sin múltiples disputas internas) el Movimiento de Oxford; dentro de ella comenzaban algunos movimientos de Socialismo Cristiano (véase nota 4); pero, sobre todo, ella continuaba siendo la religión del Estado, la iglesia oficial. Esto no iba a permitir el arraigo que resultaba necesario para la jerarquía católica romana inglesa, menos aún si continuaba irresoluta la actitud católica romana sobre la legitimidad del ministerio clerical anglicano. Era necesario infundir en los feligreses romanos británicos, el convencimiento de que la jerarquía anglicana no podía aspirar a cosa mejor que ser un grupo de laicos cristianos bien-intencionados, pretendiendo celebrar sacramentos para los cuales no tenían validez ni autoridad.
Argumentos romanos en contra de la validez de las órdenes anglicanas.
Se recurrió a estudios teológicos e históricos sobre la validez de las órdenes conferidas con el rito anglicano que incluyeron los siguientes argumentos:
El Arzobispo de Canterbury, Matthew Parker, había sido consagrado en 1559, en el reinado de Isabel I, por cuatro obispos que se habían declarado protestantes bajo Eduardo VI; según eso, la consagración no habría sido válida por carecer de Sucesión Apostólica; suponiendo que ésta hubiera sido interrumpida, habría sido restaurada en la consagración del Arzobispo William Laud en 1573 cuyos consecrantes estaban en la línea de sucesión italiana e irlandesa, que no eran motivo de disputa.
Otro argumento fue que el rito utilizado bajo Eduardo VI –influido de doctrina calvinista-, no contenía elementos indispensables para una ordenación válida. Ejemplo: la traditio instrumentorum o "entrega de los instrumentos del oficio" (a saber: el libro de los Evangelios a los diáconos, y el cáliz y la patena para celebrar la eucaristía, a los presbíteros). Esta ceremonia tenía –al empezar a practicarse-, un propósito meramente simbólico; en la Edad Media se incluyó en la ordenación de diáconos y presbíteros. Pero ésta costumbre no aparece –por ejemplo-, en un ritual antiquísimo del siglo II: la Tradición Apostólica de Hipólito de Roma. Tan sólo eso pondría en jaque también la validez de las órdenes romanas, si realmente fuera necesario todo este alegato.
Además, se alegaba que el rito de ordenación anglicano tenía una intención defectuosa al no especificar que el ordenando quedaba facultado para ofrecer el sacrificio de la misa. El entendimiento sobre la manera en que ha de entenderse la Eucaristía como Sacrificio de Cristo, es el punto central de la discusión, mejor que la doctrina de la Sucesión Apostólica.
De hecho, fue el propio León XIII quien –consecuentemente con sus ideas y temores, y presionado por las necesidades de la jerarquía católica romana inglesa-, inclinó la balanza en contra de las órdenes anglicanas, pese a que -hasta fechas recientes-, oficialmente se dijera en el Vaticano que el fallo negativo fuese unánime. Así, en 1896, el Papa emitió la bula Apostolicae Curae que declaraba nulas las órdenes conferidas con el rito anglicano.
Réplica anglicana, opinión ortodoxa, y revisión ecuménica anglicano-romana (ARCIC).
El Arzobispo de Canterbury -Frederick Temple, ya mencionado-, conjuntamente con el Arzobispo de York William Dalrymple Maclagan publicó una réplica titulada Saepius Officio (1897), en la que referían la variedad de ritos de ordenación en el pasado histórico, especialmente en Oriente; insistían en que la intención de la Iglesia de Inglaterra en sus ordenaciones era conferir el ministerio fundado en tiempos apostólicos: “Al anular nuestras órdenes, anulan las suyas propias, y pronuncian sentencia sobre su propia Iglesia”. Se indicaba que la intención anglicana quedaba suficientemente demostrada, pues existen en el Libro de Oración Común dos ritos separados, uno para ordenar diáconos y otro para ordenar presbíteros.
Desde 1896 ha habido montones de literatura que explica o confirma la visión vaticana, y otros que critican los acontecimientos históricos que la originaron y sus limitaciones teológicas. Los estudios elaborados, han resultado tendenciosos, según se ha constatado después del Concilio Vaticano II y al abrir los archivos Vaticanos en 1996, en el centenario de la Apostolicae Curae.
La comisión pontificia ad-hoc (cuyos trabajos iniciaron el 24 de marzo de 1896), se reunió doce veces sin llegar a un acuerdo consensuado. El Padre Luis Duchesti y otros estudiosos católicos romanos se habían pronunciado por el reconocimiento a las órdenes anglicanas; pero las razones para el desconocimiento fueron de orden político, para lo cual se armó un andamiaje teológico. Amén de los antecedentes ya mencionados, los objetivos de la Curia Romana parece que estribaban en legitimar el Papado ante ortodoxos y anglo-católicos, con miras a lograr su unión. Nunca grandes números de laicos ni clérigos anglicanos volvieron a la jurisdicción romana, pero –como se ha visto-, se cubrió bien el objetivo de ganar un enclave seguro y respetado en el corazón del Imperio británico.




El Arzobispo Rowan Williams, de Canterbury (izq.), junto con el Deán catedralicio, recibe al Bartolomé I, Patriarca de Constantinopla y primado de honor de la Iglesia Ortodoxa. (Foto: Archivo ACNS) .

La Iglesia Ortodoxa considera las órdenes anglicanas al mismo nivel en que consideran a las órdenes católicas romanas, las armenias, y otras orientales. No hay consenso entre los ortodoxos, unos se muestran más bien favorables (Patriarcado de Antioquía), otros no; esto es consecuente: la Ortodoxia no es, en modo alguno, una entidad monolítica, amén de que esta iglesia se caracteriza por un énfasis teológico y místico, y no por el énfasis jurídico –típico del Catolicismo Romano. La Ortodoxia considera la validez de los sacramentos o del ministerio de individuos únicamente en el marco de su comunión con la Iglesia total, que –conforme a su enseñanza-, se expresa únicamente en la Iglesia Ortodoxa.

Otro aspecto de la visita del Patriarca Ecuménico a Inglaterra, y de su recepción por el Arzobispo Williams. (Foto: ACNS).





Las relaciones ecuménicas entre la Comunión Anglicana y la Iglesia Católica Romana se han desarrollado en el marco de la Comisión Internacional Anglicano-Romana (ARCIC, por sus siglas inglesas). Se trata de una organización que trabaja por el progreso ecuménico entre ambas comuniones; sus patrocinadores son el Consejo Consultivo Anglicano y el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos (anteriormente Secretariado).

ARCIC se propone identificar las áreas comunes de diálogo. Ya se ha llegado a áreas comunes de diálogo en los temas sobre la Eucaristía y el papel de la Virgen María en la Iglesia, sin embargo, el tema de la Autoridad en la Iglesia sigue en compleja discusión.

Las relaciones ecuménicas han entrado en un receso debido a la negativa católica romana a continuar (bajo Juan Pablo II), en tanto se mantenga la práctica de la ordenación de las mujeres dentro de la Comunión Anglicana y –en años más recientes-, las controversias anglicanas sobre la homosexualidad, y la consagración episcopal del Obispo de New Hampshire Gene Robinson.




Histórico encuentro entre un Arzobispo de Canterbury y un Papa, desde la ruptura entre anglicanos y católicos romanos, Arthur Michael Ramsay visita en Roma a Paulo VI en 1966, sólo precedido por la breve relación entre Pío XII y Geoffrey Francis Fisher.





Actualidad:

En la búsqueda de poder y legitimación que, de tiempo en tiempo, buscan las entidades sociales, hemos visualizado someramente el marco histórico e ideológico que rodeó la controversia anglicano-romana sobre el presunto problema de la validez de las órdenes sagradas conferidas con el rito anglicano. En el fondo, lo que estaba en juego era la competencia política por la legitimidad de las Iglesias, y de su respaldo a unas determinadas propuestas ideológicas, políticas y sociales. El debate teológico -desventuradamente-, se condiciona a necesidades de partido.

A casi cien años exactos de la bula Apostolicae Curae, aparece la Encíclica Dominus Iesus, una declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe, signada por su Prefecto, el Cardenal Joseph Ratzinger (después Papa Benedicto XVI), y por su Secretario, el Arzobispo Tarcisio Bertone, después Cardenal Secretario de Estado. Aprobada por el Papa Juan Pablo II, fue publicada el 06 de agosto de 2000 --104 años después de la bula de León XIII. Su título oficial es: Acerca de la Unidad y la Universalidad Salvífica de Jesucristo y de la Iglesia.

En sus variadas situaciones de crisis a lo largo de los siglos, la Iglesia Católica Romana ha sabido ceder al cambio, absorbiendo e incluyendo las nuevas propuestas en su propia agenda --como cuando permitió la fundación del proyecto Franciscano en el siglo XII, o cuando generó el catolicismo social de principios del siglo XX--, pero también, en cada caso, ha tenido la mano muy firme -cuando no muy dura-, al recurrir a sus propias fuentes y apostar por un integrismo que exige una militancia leal.

Con la Dominus Iesus, la Curia romana -que no la totalidad de la Iglesia Católica Romana-, recurre al discurso antiquísimo que plantea a esa Iglesia como la sola Iglesia verdadera, y echa atrás toda la construcción ecuménica del Concilio Vaticano II, que había llegado a considerar como Iglesias hermanas y parte del Cuerpo Místico de Cristo a muchas de las otras cristiandades, reduciéndolas a "comunidades eclesiales".

Si en 1896, Frederick Temple respondió -con la Saepius Officio a León XIII y a la Apostolicae Curae, en el 2000 no faltó un George Carey que respondiera firmemente, al Cardenal Ratzinger y a Juan Pablo II, en la Dominus Iesus, lamentando que parecieran quedar borradas de un plumazo las expectativas y compromisos creados a partir del Concilio Vaticano II, y advirtiendo que la Comunión Anglicana seguiría haciendo ecumenismo con las entidades eclesiales que estuviesen dispuestas al diálogo.

¿Qué clase de Anglicanismo queremos?

En estos años iniciales del siglo XXI, muchas instituciones, así como la humanidad misma, están en crisis, y ante un replanteamiento de su ser y misión en el mundo. En una reunión oficial en una diócesis anglicana en México. Uno de los planteamientos versó sobre ser una iglesia rural, confinada a pueblos y gente pobre, o aspirar a abarcar espacios urbanos, especialmente en vecindarios de gente acomodada: El planteamiento -a fe mía-, apostaba por lo segundo.

Indudablemente, el Evangelio es para toda persona que esté dispuesta a aceptar sus exigencias, lo cual incluye a pobres y ricos. Sin embargo, es terrible que una visión como la del planteamiento anterior, pueda congelarse en una adopción cómoda del Evangelio y de la Iglesia, y no plantearse –por ningún lado-, la posibilidad de ser una Iglesia que le apueste a la Razón y la experiencia humanas como expresión de la Razón misma de Dios que discierna la Biblia y la Tradición eclesiástica. Para ello, creo que no se puede menos que acompañar a la gente en sus procesos de cambio y maduración social y económica, y no sólo en capellanías para personas económicamente solventes, sin –además-, alimentar en ellas el deseo de crecimiento y de cambios, y sin un compromiso social que vaya un algo más allá de la dinámica social "filantrópica".

Pareciera que a poca gente le interesara con seriedad –en el cristianismo tradicional-, constituirse en una Iglesia que enseñe a la gente a 1. razonar su fe, 2. hacerse preguntas y 3. aceptar el riesgo de no siempre tener respuestas seguras para todo: y –muy especialmente-, 4. aceptar la cruz de que eso, precisamente, es una de las implicaciones de seguir a Dios mediante las enseñanzas de Cristo -dicho de otro modo: de tener fe. Esta falta de interés, de un modo u otro afecta a las Iglesias de la Comunión Anglicana que se enfrentan a una terrible crisis económica mundial e intestina, así como a una tensión que YA -hoy-, está enfrentándola a resquebrajaduras cismáticas por parte de los conservadores.

La tejedura de alianzas políticas desde la actual administración del Vaticano, se ha ido ganando a importantes sectores de la Iglesia Ortodoxa, y -si en el siglo XIX pretendía aliarse con los eclesiásticos y académicos del Movimiento de Oxford, es decir, con el énfasis puesto en el ritualismo, así como en el apoyo a los sectores obreros, hoy las tintas se cargan en los asuntos concernientes a la sexualidad humana: mujeres ordenadas y personas homosexuales, aunque también la apertura para debatir sobre el aborto, la constitución de la familia y la equidad de género.

De modo que actualmente se aparece el fantasma de una reconformación de la Comunión Anglicana a partir de sectores conservadores como la Iglesia Anglicana del Cono Sur -que parece estar presente hasta en los rincones más insospechados del Anglicanismo-, así como la Coalición Anglicana en Canadá, la Convocación de Anglicanos en Norte América y otras sociedades eclesiásticas que podrían ser candidatas a un reconocimiento -al menos para un diálogo "ecuménico" de parte de la actual Curia en Roma.

La pregunta sobre qué clase de Anglicanismo queremos, ha tenido siempre su resonancia ecuménica, y tiene que ver con “hacia qué lado nos inclinamos”. Los anglicanos somos una Via Media –al menos eso dijo alguien a quien yo llamaría “nuestro verdadero padre fundador”, el Dr. Richard Hooker, teólogo y sacerdote del siglo XVI; pero esto de ser “vía media” no consiste tan sólo en saber mezclar estéticamente un poco de todo (catolicismo romano y protestantismo, especialmente), sino en saber ser asertivos para hallar la verdad de Dios por la vía de la razón y la experiencia que armoniza Biblia y Tradición allí donde los extremos se fanatizan y se convierten en fundamentalismos o integrismos y se alejan desesperados en su búsqueda de respuestas. Tiene que ver con enseñar a la gente a pensar, pero parece que eso es el más tremendo tabú para la mayoría de las comunidades religiosas grandes y pequeñas.

El Arzobispo Rowan Williams y el Papa Benedicto XVI se encuentran en el Vaticano: Pese a los diversos avances en lo teológico durante el papado de Juan Pablo II y el episcopado de George Carey, y en el ecumenismo práctico entre diócesis y otras pequeñas iglesias, la agenda conjunta de ambas comuniones se ha visto estancada por las crisis de las tensiones entre liberales y conservadores que vive cada una en sus propias circunstancias. (Foto: ACNS).

En el asunto de la validez de las órdenes anglicanas, a veces pareciera como si la agenda consistiera en cubrir los requisitos para parecernos lo más posible -o al menos resultar agradables-, no a la Iglesia Católica Romana (lo cual incluye a sus infanterías: monjas, clérigos rurales, laicos comprometidos), sino a la jerarquía de turno –y además a una determinada visión de esa Iglesia.

Ante las ideas de Sucesión Apostólica y Episcopado Histórico que tradicionalmente hemos sostenido los anglicanos para validar nuestras órdenes sagradas, se levanta la exigencia que hace la sociedad laica de una validez ética, (“demasiados símbolos y poco servicio”, comentaba hace poco un lector), por no decir que el propio Jesús mantenía una guerra declarada contra la hipocresía y –no siendo él mismo miembro de ninguna “sucesión” sacerdotal, se supo ubicar en el papel de Pastor compasivo e interesado por su gente, mientras que el único sacerdocio que ejerció fue el de su propia pasión y muerte, en el incómodo altar de la Cruz.

Tiene gran importancia –por desgracia-, el que la agenda ecuménica se determine –en gran parte-, por preocupaciones polìticas mejor que por la búsqueda de hacer madurar al ser humano y hacer de la Iglesia una comunidad solidaria y fraterna.

NOTAS BIBLIOGRÁFICAS.-

1. http://www.mercaba.org/DicEC/O/ordenes_anglicanas.htm. Este enlace refiere los antecedentes y el estado actual de las relaciones anglicano-romanas:

2. La Bula Apostolicae Curae se puede hallar en:
Denzinger, Enrique; El Magisterio de la Iglesia (Enchiridion Symbolorum de rebus fidei et morum), Ed. Herder, Sección de Teología y Filosofía. Vol. 22; Barcelona, 1963.

3. La revista jesuita mexicana Actualidad Litúrgica, en un ejemplar del año 1984 u 85 en su serie "Lo que piensan los cristianos sobre los sacramentos", menciona la falta de consenso de los estudios que condujeron a la bula Apostolicae Curae.

4. Para los movimientos anglicanos socialistas, recomendamos el sitio: Anglo-Catholic Socialism



U.I.O.G.D.
Para que en todas las cosas sea Dios glorificado…


miércoles, 26 de noviembre de 2008

El científico y el joven locuaz...
(Hecho presuntamente ocurrido en 1892,
enviado por nuestro hermano Alejandro Butanda y editado aquí...).

Un señor de unos 70 años viajaba en el tren; tenía a su lado un joven universitario que leía un libro de Ciencias. El caballero anciano, a su vez, leía un libro de pastas negras. El joven notó que se trataba de la Biblia y que estaba abierta en el Evangelio de Marcos.
Sin mucha ceremonia, el muchacho interrumpió la lectura del viejo y le preguntó:
-Señor, ¿usted todavía cree en ese libro lleno de fábulas y cuentos?
- Sí, mas no es un libro de cuentos, es la Palabra de Dios. ¿Estoy equivocado?
-Pero claro que lo está. Creo que el señor debería estudiar Historia Universal. Vería que la Revolución Francesa, ocurrida hace más de 100 años, mostró la miopía de la religión. Solamente personas sin cultura todavía creen que Dios hizo el mundo en seis días. El señor debería conocer un poco más lo que nuestros científicos dicen de todo eso.
-Y... ¿es eso mismo lo que nuestros científicos dicen sobre la Biblia?
-Bien, como voy a bajar en la próxima estación, no tengo tiempo de explicarle, pero déjeme su tarjeta con su dirección para enviarle material científico por correo con la máxima urgencia.

Louis Pasteur 1822-95 por Albert Edelfelt 1854-1905

El anciano entonces, con mucha paciencia, abrió cuidadosamente el bolsillo derecho de su bolsillo y le dio su tarjeta al muchacho. Cuando éste leyó lo que allí decía, salió cabizbajo, sintiéndose más pequeño que una ameba.

La tarjeta decía:
Profr. Dr. Louis Pasteur,
INSTITUTO PASTEUR, Director General.

Instituto Pasteur: Fundado por el gran científico francés en 1887. Consulte Ud.: http://www.pasteur.fr/ip/index.jsp


'...Un poco de ciencia nos aparta de Dios; la mucha ciencia, nos aproxima'.

Louis Pasteur.
PROTESTA: Además de pretender "mostrar la miopía de la religión", la Revolución Francesa fue un movimiento histórico-social que permitió el derrumbe de una monarquía despótica, la instauración de una sociedad laica y otras muchas cosas para bien del género humano. El Editor.

U.I.O.G.D.

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domingo, 23 de noviembre de 2008

FIESTA DE CRISTO REY


Pantokrátor de la Catedral Ortodoxa de Pâtras, Grecia.

Va del cielo descendiendo...

I. Va del cielo descendiendo
el triunfante Redentor
contemplémosle asumiendo
sus poderes de SEÑOR...

Estribillo:
¡Aleluya Aleluya Aleluya!
¡Dios en tierra reinará!

II. Hoy le vemos revestido
de imponente majestad,
al que un día ofendimos
con desdén y crûeldad...

III. Ahora vemos las heridas
que le hicimos en la Cruz
cual señales infligidas
para darnos Vida y Luz...

IV. Cristo Rey, hoy te adoramos
en tu augusto tribunal;
honra y gloria te ofrendamos
Soberano celestial.

Estribillo final:
¡Aleluya Aleluya Aleluya!
¡Sobre todo reinarás!

..........................................................

Letra: John Ce­nnick, Col­lect­ion of Sac­red Hymns, 1752; re­pub­licado & al­terado por Charles Wes­ley, 1758, y Mar­tin Ma­dan, 1760. Otra versión: Lo! He Com­eth!

Versión castellana: Autor no encontrado. Himnario de la IX Provincia, de la Iglesia Episcopal 1961. Probablemente Efraín Salinas y Velasco. Versión adaptada por Miguel Zavala-Múgica, 1992.

Escucha y canta las tonadas con Cyberhymnal.-

Música: Tonada Helms­ley, melodía inglesa de siglo XVIII, (MI­DI, score).

Tonadas alternativas: Bryn Cal­fa­ria, Will­iam Ow­en, 1852 (MI­DI, score, se repite la última línea de cada estrofa). Regent Square, Hen­ry T. Smart, 1867, (MI­DI, score). Rouen, Charles F. Gou­nod, 1872, (MI­DI, score). St. Thom­as, Sam­u­el Webbe, 1792 (MI­DI, score)


U.I.O.G.D.

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viernes, 21 de noviembre de 2008

¡Hasta siempre,
Dra. Anabel Ochoa!
(1955-2008)
El miércoles 19 de noviembre, alrededor de las 21:00 horas murió -a causa de un derrame cerebral-, la comunicadora, escritora, sexóloga, psicoanalista, agnóstica y liberal,
Anabel Ochoa,
pionera de la educación de la sexualidad en la radio de México.
¡Muchas gracias por la luz que trajiste y traes a nuestras vidas!
Anabel Ochoa era esa clase de MAESTRA que este país y esta sociedad mexicana -aún menores de edad-, necesitan. Que ante su muerte para el mundo, se susciten nuevas vocaciones al ministerio que ella ejerció en favor de la inteligencia humana asertiva y honesta.
Sus restos, cremados, serán esparcidos en el mar.

Este blog se une al duelo de los queridos amigos y hermanos de la Libre Congregación Unitaria de México -particularmente al querido Francisco Lagunes Gaytán-, y les agradece por compartir esta información e imágenes.

U.I.O.G.D.

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jueves, 20 de noviembre de 2008

Rapidísimas
Noviembre 20 de 2008
Por Onell A. Soto, obisposoto@aol.com
+ Víctima de un ataque de pulmonía el 19 de noviembre falleció Francisco Reus Froylán, anterior Obispo de Puerto Rico, a la edad de 89 años. Fue el primer obispo anglicano nativo de la isla (1964-1989). Su ministerio se caracterizó por su interés en la unidad cristiana y la justicia social y por su eterno sentido del buen humor. Sus restos serán sepultados en el histórico cementerio que la Iglesia Episcopal posee en Quebrada Limón, Puerto Rico.
+ Hernán Villalba, sacerdote anglicano colombiano vicario de la Iglesia de San Pablo Apóstol, en el barrio Hoyo de los Santos en Arecibo, Puerto Rico, falleció el 13 de noviembre en un accidente de carretera. Tenía 47 años. Su esposa, Yaneth, que tiene tres meses de gestación, se encuentra hospitalizada con varias fracturas. El Obispo de Puerto Rico, David Álvarez, celebró una eucaristía de Resurrección el miércoles 19 de noviembre. Posteriormente los restos de Villalba fueron cremados según los deseos del clérigo fallecido.
+ Asher Lopatin, rabino de la sinagoga donde asiste Rahm Emanuel, el nuevo jefe de gabinete de la Casa Blanca, dijo que Emanuel es un devoto judío, firme en su fe y sus acciones y que no toma “un no como respuesta”. Añadió que algunos amigos le llaman “Rambo”.
+ Líderes protestantes y católicos romanos alemanes han dicho en una declaración pública recordando el 70 aniversario de los ataques nazis de 1938, que muchos cristianos “fallaron” en denunciar los abusos y crímenes cometidos contra un pueblo laborioso y sin defensa. En “La noche de los cristales rotos”, 300 sinagogas y decenas de miles de propiedades y viviendas judías fueron atacadas en toda Alemania, con un balance de casi un centenar de muertos y decenas de miles de detenidos.
+ Yma Súmac, la popular cantante peruana dotada de una extraordinaria voz lírica, ha fallecido a la edad de 86 años en Los Ángeles. Su nombre real fue Zoila Augusta Emperatriz Chávarri del Castillo, pero lo cambió a sugerencia de sus productores por el de Yma Súmac que en idioma quechua significa “la más linda”. Decía en entrevistas que era descendiente directa del último emperador inca, Atahualpa, lo que incluso respaldaba con documentos oficiales. Atahualpa fue ejecutado durante la Conquista española.
+ El Concilio de Obispos de la Iglesia Metodista Unida de Estados Unidos ha aprobado directrices para que los diáconos puedan administrar la comunión y realizar bautismos. La autorización, sólo otorgada por el obispo, es para casos pastorales especiales en la ausencia de un presbítero y no para otras ocasiones como vacaciones, etc. Nota editorial: Administrar la comunión no implica presidir la eucaristía, lo cual es prerrogativa del Obispo, delegada en los presbíteros.
+ Los recientes incendios cerca de Santa Bárbara en el sur de California han arrasado casas y otras propiedades produciendo pérdidas incalculables. Cuatro personas han perdido la vida. Entre las instalaciones afectadas está el monasterio de la Santa Cruz, una casa internacional de retiros y conferencias de la Iglesia Episcopal. Se considera que reemplazar los edificios construidos hace 41 años en estilo español, costará millones de dólares.
+ En Asheville, Carolina del Norte, falleció el 2 de noviembre Helen H. Hill (76), misionera metodista norteamericana que sirvió en el Colegio Irene Toland de Matanzas, Cuba, de 1957 a 1960. Cuando por razones políticas no pudo seguir en Cuba, la junta de misiones le pidió dirigir un centro para refugiados cubanos en la Ciudad de México. Más de 500 personas recibieron albergue y “una mano amiga” de esta misionera incansable. Demetrio Pérez, Jr. director del semanario Libre en Miami, dice en un obituario: “Mis padres en su tránsito por México recibieron el gran afecto de esta enviada de Dios, quien les brindó la más espléndida, familiar y calurosa hospitalidad en la Ciudad de México”.
+ Berta Carral, viuda del Obispo Anselmo Carral, ya fallecido, murió en Miami Beach, Florida, el 19 de noviembre tras una larga lucha contra el cáncer. Natural de Guantánamo, Cuba, su muerte ocurre cuatro días antes de su cumpleaños número 79. Le sobreviven sus dos hijas, Berta y Vivian y tres nietos Elka, Patricia y Andrew. Se celebrará una eucaristía de resurrección en la Iglesia de Todas las Almas, su parroquia en Miami Beach, presidida por el obispo diocesano, Leo Frade, el sábado 22 de noviembre a las 11 de la mañana.
RETO. “Sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida” (Apocalipsis 2:10).

U.I.O.G.D.
Para que en todas las cosas sea Dios glorificado...
Una Reliquia diocesana.
Por Kirk S. Smith, Obispo de Arizona.
Traducción del Padre
Miguel Zavala-Múgica+
19, Nov. 2008.
Siendo, como es, la Diócesis de Arizona, una porción, más bien, históricamente nueva de la Iglesia Episcopal, no cuenta con muchos objetos materiales que nos conecten con nuestro pasado.
Comparada a las antiguas parroquias de la Iglesia de Inglaterra, que poseen cálices y patenas de plata y vestiduras que han estado en uso por cientos -cuando no por miles-, de años, nuestro "departamento de reliquias" se queda corto.
Tal situación ha mejorado apenas la semana pasada, cuando Robbe Heistand, viuda del Obispo Heistand, me envió el báculo usado por el Obispo durante su gestión como tal (1979-1992). Este hermoso báculo, junto con el anillo episcopal del Obispo Harte (1962-1979), son los únicos dos objetos que poseemos, y que hayan pertenecido a obispos anteriores.
El báculo me acompañará en las visitas pastorale; el anillo con el sello de amatista, lo uso únicamente en ocasiones especiales en la Catedral. Espero entregar ambos elementos en manos de mi sucesor cuando llegue el momento.
Tanto el anillo como el báculo tienen una antigua relación con el oficio del Obispo. El anillo ha sido usado desde muy antiguos tiempos para imprimir el sello del Obispo sobre cera caliente, para lacrar documentos oficiales (cosa importante para un público que, en su mayoría, era analfabeta). Desde al menos el siglo XI, el anillo simbolizaba también la autoridad temporal del obispo sobre tierras y propiedades.
El báculo es un símbolo más espiritual, y representa la autoridad del Obispo sobre la Iglesia y su papel como vigilante que se describe en la Sagrada Escritura. Hasta los niños más pequeños pueden verf que realmente se trata del bastón de un pastor , que se usa para acarrear a las ovejas perdidas o atoradas, con su remate curvo, así como para alejar a los lobos con su remate puntiagudo en la parte baja.
Cuando una niña pequeña me dijo: "¡Tú eres Little Bo-Peep!" (ver la nota al final del artículo), le contesté que prefería ser "El Pastor Principal" (Véase I Pedro 5:4, nota del traductor).
Puesto que el báculo representa autoridad espiritual, un obispo solamente lo lleva en las iglesias de su propia diócesis. He allí el por qué no tengo que preocuparme por andarlo sometiendo a los sistemas de seguridad aeroportuarios, puesto que jamás abandona el Estado. El obispo lleva el báculo en las procesiones con la parte curva mirando al frente, jamás se deja en posición horizontal excepto cuando se deja sobre el altar (para su transmisión), o bien en el funeral del Obispo.
Me honra llevar el báculo del Obispo Heistand, que fuera usado cuando él me ordenó de diácono en Mesa en 1979. Fue usado por última vez en su funeral en Charles City, Virginia, cuando descansó sobre el altar de la pequeña iglesia colonial de la localidad. No estoy bien informado acerca de sus orígenes, pero me parece que fue fabricado por un platero local en Tucson, y encargado por la congregación de St. Philip's in the Hills de Tucson, cuando su Rector fue elegido Obispo.
Está hecho de una madera dura y pesada (¿mezquite?) e incrustado de plata, coral y turquesas. Ostenta en el "nudo" (esfera cercana a la curvatura) el escudo de la Diócesis (de Arizona), que mira hacia los cuatro puntos cardinales. Podrán verlo bien la próxima vez que vaya a visitarles. Es un concreto recordatorio de nuestro gran pasado como pueblo de Dios en Arizona.
El báculo viene en un estuche forrado de terciopelo que en su exterior trae una placa de bronce que dice: "Propiedad del Revdmo. Joseph T. Heistand, Obispo de Arizona." Un miembro de su familia me dijo: --"Puede Usted cambiar eso cuando quiera..." Yo respondí: --"No, creo que lo dejaré tal como está."
+Kirk.
........................................
¿Quién es Little Bo Peep?
(Nota del Traductor).
La Little Bo Peep a la cual se refería la nena que hablaba con el Obispo Smith, es un personaje de tonadillas para niños chiquitos en la tradición de habla inglesa que posiblemente se remonte a la era victoriana. Se trata de una pastorcita que pierde sus ovejitas; en la copla se le aconseja como recuperarlas:
"Little Bo Peep has lost her sheep
And can't tell where to find them.
--'Leave them alone,
And they'll come home,
Wagging their tails behind them' "
He aquí una traducción libre:
"La pequeña Bo Peep sus ovejas perdió;
De dónde encontrarlas no se da razón,
--'Déjalas, déjalas, ya volverán,
Alegres meneando sus colas detrás...' "
Evidentemente, ni la niñita es un ícono de lo que quisiera ser un obispo, ni el consejo de la tonadilla es recomendable para nadie que pretenda llevar en serio un báculo.
MZ+
UIOGD
U.I.O.G.D.
Para que en todas las cosas sea Dios glorificado...





miércoles, 19 de noviembre de 2008

HÉROES DE LA FE
Atilano Coco Martín,
Presbítero y Mártir.
España, 1936

Compilado y aumentado por el
Padre Miguel
Zavala-Múgica
con datos de
Wikipedia: la Enciclopedia libre
http://es.wikipedia.org/wiki/Atilano_Coco
y “Rojo y Azul” (véase abajo: Enlaces Externos).


Atilano Coco fue un presbítero de la Iglesia Española Reformada Episcopal (IERE), que es la expresión eclesiástica del Anglicanismo español, y que había sido organizada a partir de 1868 por el Obispo Joan Baptista Cabrera. Coco nació en Guarrate, provincia de Zamora, en 1902, y fue fusilado en Salamanca el 09 de diciembre (o bien el 08 de noviembre, según otras fuentes) de 1936 era Vicario de la Iglesia de El Redentor y un hombre muy apreciado en la ciudad de Salamanca. Casado con Enriqueta Carbonell-Carratalá, tuvo dos hijos, Alicia y Enrique.
Masón, clérigo y socialista a un tiempo.
Atilano estudió en Inglaterra, allí fue iniciado francmasón en fecha imprecisa entre 1920 y 1921, como la mayoría del clero anglicano británico de aquel entonces. A su vuelta a España, impulsó la masonería; en Alicante ingresó en 1928 en la Respetable Logia Simbólica Constante Alona, del Grande Oriente Español (GOE).

Aspecto del Taller de la Logia Constante Alona, de Alicante, hacia la época en que Atilano Coco era miembro de su Cuadro Logial (Foto: ca. 1935 http://www.logiaconstantealona.org/).


Cuando llegó Coco a Salamanca no había ninguna organización masónica; en 1932 se fundó la logia Helmántica, dependiente de la Gran Logia Española (GLE), pero Coco no participó en ella por pertenecer él a distinta obediencia masónica.

En 1933, Atilano Coco y José María Friera (gobernador civil, del Partido Radical) refundaron la Helmántica, poniéndola bajo la dependencia del GOE, siendo Coco Secretario y más tarde Venerable Maestro. La logia Helmántica nunca superó la veintena de miembros ni tuvo una vida exitosa. De hecho, las tenidas se desarrollaban en la casa pastoral de Coco por carecer de medios para tener un local propio.

Vuelto a España, trabajó en Alicante y en Salamanca (1929) –ya casado con Enriqueta Carbonell–, como evangelista y maestro en la escuela adjunta a la iglesia anglicana, una muy pequeña congregación, aunque arraigada en la ciudad desde 1879. Los anglicanos de Salamanca contaban con un edificio levantado a sus expensas que incluía el templo (la Iglesia de El Redentor), una escuela y la vicaría.

Atilano Coco –a semejanza de otras personalidades de la España Republicana, como Federico García Lorca–, nació en el seno de una familia de labradores acomodados, y llegaría a convencerse de los postulados del socialismo. Su padre, Eugenio Coco, era miembro de la Iglesia Española Reformada Episcopal.

Fue –a la sazón-, miembro destacado del Partido Republicano Radical Socialista fundado por Marcelino Domingo en 1929, y luego, desde su fundación en 1934, formó parte del Comité Provincial de Unión Republicana (UR), partido dirigido por Diego Martínez Barrio, caracterizado por su ideario liberal avanzado y su laicismo radical.

Arriba: Sello del Gran Oriente de Francia, bajo cuya obediencia funcionaron las logias del Grande Oriente Español, cuando la Masonería constituyó delito en la España de Franco y las logias fueron disueltas.

Coco y otros miembros de UR promovieron en 1935 la sección local salmantina de la Liga Española de los Derechos del Hombre, fundada en España en 1932. Este perfil político de Atilano Coco, aunado a su condición de clérigo, está en línea con la fuerte –aunque muchas veces ignorada o silenciada-, tradición de socialismo cristiano tanto en Inglaterra, como en los Estados Unidos.

El Clérigo de la IERE.

La Iglesia Española Reformada Episcopal, había sido organizada en la segunda mitad del siglo XIX, bajo la protección del liberalismo español, por varios ex–sacerdotes católicos romanos españoles, a la cabeza de los cuales estaba Juan Bautista Cabrera -su primer obispo-, quien fue prolífico escritor y traductor de himnos que aún forman parte del patrimonio lírico musical tanto anglicano como evangélico en general.

Muerto Cabrera en 1916, la Iglesia Española, tuvo una historia tan azarosa como los cambios políticos del país. Durante un largo tiempo, esta Iglesia no pudo tener obispo propio, y llegó casi a carecer completamente de clérigos. Hubo pues, de depender de la administración episcopal del Obispo de Dublín, John Allen Fitzgerald Gregg –quien por entonces era el Obispo en funciones para España. (Gregg fue después –en 1939–, elegido Arzobispo de Armagh y Primado de la Iglesia de Irlanda).

En tal capacidad, Gregg viajaba tan constantemente a España como podía, para administrar la Confirmación a los laicos preparados para ella, y la Ordenación de diáconos y presbíteros. El 22 de septiembre de 1933, el Obispo Gregg ordenó de diáconos a dos candidatos españoles: Juan Francisco Torollo y Atilano Coco, y a uno portugués: Antonio Pinto Ribeiro. En la misma ceremonia fue ordenado de presbítero el diácono portugués, Agustín F. Arbiol. El Obispo Gregg concelebró con los presbíteros españoles: Daniel Regaliza (Presidente del Sínodo), Femando Cabrera, Manuel Borobía, Progreso Parrilla y por el portugués Antonio A. Fiandor.

En septiembre de 1935, el propio Atilano Coco era ordenado presbítero en Madrid por el mismo Obispo Gregg.

El Educador durante la crisis de 1936.

En 1936, el año del inicio de la Guerra Civil Española, Atilano Coco obtuvo el título oficial de maestro otorgado por la Escuela Normal de Maestros de la Universidad de Salamanca. En abril de ese año, ya había reorganizado la escuela parroquial, y fue precursor de unas clases de alfabetización para adultos. Fue íntimo amigo del célebre escritor y Rector de la Universidad de Salamanca, Miguel de Unamuno y Jugo (Foto a la derecha). Para el verano, Atilano Coco era ya una persona muy conocida en Salamanca, tanto por ser el único pastor protestante de la ciudad (fraseología del Anglicanismo en España), como por su labor educativa y su notable actividad política.

Unión Republicana se había presentado a las elecciones legislativas de febrero de 1936 formando parte del Frente Popular, coalición que en Salamanca obtuvo las actas de José Andrés y Manso (PSOE), Valeriano Casanueva (PSOE) y Casto Prieto Carrasco (Izquierda Republicana).

Detención, mediación de Unamuno y fusilamiento de Atilano Coco.
(vid. Bibliografía No. 7).

Coco fue detenido por los militares sublevados franquistas el 31 de julio de 1936, acusado de “propalador de noticias falsas” e ingresó en la Prisión Provincial de Salamanca, y puesto a disposición del comandante militar. Durante todo el tiempo que permaneció en prisión nunca fue acusado formalmente de nada, pero en su detención fueron determinantes cuatro cosas, ser: protestante, maestro, republicano y masón.

A finales de septiembre de 1936, Don Miguel de Unamuno se hallaba en una de sus últimas crisis de enfermedad. La esposa de Coco, Enriqueta Carbonell, fue a su casa para dejarle una nota en la que, desesperada, le pedía su ayuda, recordándole la situación su marido.

A principios de octubre, Unamuno –quien era concejal del Ayuntamiento por nombramiento de los sublevados–, hizo gestiones ante el gobernador civil para suplicar inútilmente clemencia para sus amigos presos, entre los que estaba Atilano Coco. Incluso visitó a Franco, quien se hallaba en el palacio episcopal, con idénticos resultados. Este hecho influiría en el cambio de rumbo político de Unamuno, quien en un principio había apoyado a los alzados.

La nota de Enriqueta Carbonell era, precisamente, el papel que Unamuno tenía en el bolsillo, y en cuyo dorso garabateó las notas del discurso en el que pronunció la célebre frase: “Venceréis, pero no convenceréis”, discurso que le costó la destitución como Rector y el ostracismo político para lo poco que le quedaba de vida: Unamuno moriría en diciembre de 1936.

La situación en la prisión provincial de Salamanca era de altísima tensión. Inaugurada en 1931 y prevista para un centenar de presos, a finales de 1936 albergaba a un millar de detenidos, todos ellos presos políticos. El 09 de diciembre de 1936, Atilano Coco oficialmente fue puesto en libertad por orden del gobernador militar nacionalista (08 de noviembre según otras fuentes, véase abajo: “Rojo y Azul”), pero en realidad fue conducido al cementerio local y fusilado contra sus tapias, sin formación de causa –junto con el alcalde y otros dos concejales del municipio. Se supone –como con tantos otros, como en el caso de García Lorca–, que esté enterrado en la fosa común.

El asesinato de Coco no fue un hecho aislado en de la España franquista. Los sublevados persiguieron sañudamente a los masones, pero también los protestantes sufrieron la represión, con el cierre de sus iglesias y otros lugares de culto y sus escuelas. Numerosos pastores fueron detenidos, torturados y fusilados.

En la España dominada por los sublevados se comenzó a fraguar el nacional-catolicismo como doctrina del régimen, sin libertad religiosa, y además se daba por sentado que los protestantes –que habían apoyado la legislación republicana separando la Iglesia del Estado–, eran todos, automáticamente, partidarios del Frente Popular.


El Centro Atilano Coco, residencia universitaria donde se reúne aún la congregación
que pastoreara en su día el Presbítero de origen zamorano.



En 2005 fue inaugurada en Salamanca la residencia universitaria Centro Atilano Coco, promovida por Iglesias Anglicanas de todo el mundo como homenaje al clérigo fusilado en Salamanca.


“Venceréis, pero
no convenceréis…”

Breve extracto de la discusión entre
el General Millán Astray, Don Miguel de Unamuno
y el poeta José María Pemán.

De Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_de_Unamuno
El 12 de octubre de 1936 tuvo lugar la celebración del Día de la Raza, en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca tuvo lugar el célebre encontronazo entre Don Miguel de Unamuno, Rector, y el General franquista José Millán-Astray. En este acto, Unamuno se arrepintió públicamente de su apoyo a la sublevación franquista.
Varios oradores soltaron tópicos acerca de la “anti-España”. El indignado Unamuno, que había estado tomando apuntes sin intención de hablar, se puso de pie y pronunció un apasionado discurso.
Unamuno:
“Se ha hablado aquí de guerra internacional en defensa de la civilización cristiana; yo mismo lo hice otras veces. Pero no, la nuestra es sólo una guerra incivil. (...) Vencer no es convencer, y hay que convencer, sobre todo, y no puede convencer el odio que no deja lugar para la compasión. Se ha hablado también de catalanes y vascos, llamándolos anti-España; pues bien, con la misma razón pueden ellos decir otro tanto. Y aquí está el señor obispo, catalán, para enseñaros la doctrina cristiana que no queréis conocer, y yo, que soy vasco, llevo toda mi vida enseñándoos la lengua española, que no sabéis...”.

En ese punto, el general José Millán-Astray (el cual sentía una profunda enemistad por Unamuno, que le había acusado de corrupción), empezó a gritar:

Millán Astray:
“¿Puedo hablar? ¿Puedo hablar?”.

Su escolta presentó armas y alguien del público gritó:
“¡Viva la muerte!”.
En lo que, según Ridruejo, fue un exhibicionismo fríamente calculado, Millán habló:

Millán Astray:
“¡Cataluña y el País Vasco, el País Vasco y Cataluña, son dos cánceres en el cuerpo de la nación! ¡El fascismo, remedio de España, viene a exterminarlos, cortando en la carne viva y sana como un frío bisturí!”.

Unamuno:
“Acabo de oír el grito necrófilo e insensato de ‘¡viva la muerte!’. Esto me suena lo mismo que, ‘¡muera la vida!’. Y yo, que he pasado toda la vida creando paradojas que provocaron el enojo de quienes no las comprendieron, he de deciros, con autoridad en la materia, que esta ridícula paradoja me parece repelente. …El general Millán Astray es un inválido. …Me duele pensar que el general Millán Astray pueda dictar las normas de psicología de las masas. Un inválido que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, que era un hombre, no un superhombre, viril y completo a pesar de sus mutilaciones, un inválido, como dije, que carezca de esa superioridad de espíritu suele sentirse aliviado viendo cómo aumenta el número de mutilados alrededor de él. ... El general Millán Astray quisiera crear una España nueva, creación negativa sin duda, según su propia imagen. Y por ello desearía una
España mutilada...

Millán Astray:
“¡Muera la inteligencia!”.

José María Pemán:
“¡No! ¡Viva la inteligencia! ¡Mueran los malos intelectuales!”.

Unamuno:
“¡Éste es el templo de la inteligencia! ¡Y yo soy su supremo sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he sido, diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil pediros que penséis en España”.

Arriba Derecha: Entre los amenazantes brazos en "impasible ademán", de los falangistas, Miguel de Unamuno sale del Paraninfo de la Universidad de Salamanca, acompañado del Obispo católico romano de Salamanca Enrique Pla i Deniel, el 12 de octubre de 1936. Paradójicamente, salvó a Unamuno la intervención de Carmen Polo, la esposa de Franco, quien -tomándole del brazo, le puso bajo la protección de su guardia personal.

Bibliografía

1. Severiano DELGADO CRUZ y Santiago LOPEZ GARCIA, "Víctimas y Nuevo Estado, 1936-1940", en: Ricardo ROBLEDO (ed.), Historia de Salamanca. Volumen V: El siglo XX. Salamanca : Centro de Estudios Salmantinos, 2001, p. 219-324.

2. Severiano DELGADO CRUZ y Santiago LOPEZ GARCIA, "Que no se olvide el castigo: la represión en Salamanca durante la Guerra Civil", en: Ricardo ROBLEDO (ed.), Esta salvaje pesadilla : Salamanca en la Guerra Civil española. Barcelona : Crítica, 2007, p. 99-188.

3. Severiano DELGADO CRUZ y Javier INFANTE MIGUEL-MOTTA, "Nadie preguntaba por ellos: guerra y represión en Salamanca" , en: Enrique BERZAL DE LA ROSA (ed.), Testimonio de voces olvidadas. León : Fundación 27 de Marzo, 2007, vol. 1, p. 283-345.

4. Luis P. MARTIN, "La otra cara de la Guerra Civil: la represión de la Masonería salmantina", en: Salamanca: revista provincial de estudio , 1997, n. 40, p. 431-446.

5. Gonzalo REDONDO, Historia de la Iglesia en España, 1931-1939. Tomo II: “La Guerra Civil, 1936-1939”. Pamplona : Rialp, 1993, p. 151-156.

6. Juan Bautista VILAR, "La persecución religiosa en la zona nacionalista: el caso de los protestantes españoles", en: Miguel Carlos GÓMEZ OLIVER (ed.), Los nuevos historiadores ante la Guerra Civil española. Granada : Diputación de Granada, 1990, vol. 2, p. 169-188.

7.a b Paul Preston, Franco, capítulo 7 “La forja de un Caudillo: agosto-noviembre de 1936” , pp. 242-243, ISBN 84-397-0241-8.

Enlaces externos


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