martes, 30 de diciembre de 2008

Las Pajas del pesebre...
Félix Lope de Vega y Carpio.



Las pajas del pesebre,
Niño de Belén,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.
Lloráis entre pajas,
del frío que tenéis,
hermoso niño mío,
y del calor también.
Dormid, Cordero santo;
mi vida, no lloréis;
que si os escucha el lobo,
vendrá por vos, mi bien.
Dormid entre pajas
que, aunque frías las veis,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.
Las que para abrigaros
tan blandas hoy se ven,
serán mañana espinas
en corona crüel.
Mas no quiero deciros,
aunque vos lo sabéis,
palabras de pesaren días de placer;
que aunque tan grandes deudas
en pajas las cobréis,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.
Dejad en tierno llanto,
divino Emmanüel;
que perlas entre pajas
se pierden sin por qué.
No piense vuestra Madre
que ya Jerusalén
previente sus dolores
y llora con José;
que aunque pajas no sean
corona para rey,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.

Iconografía en la Iglesia Episcopal:
Christ Child de Lorna Effler





U.I.O.G.D.
Para que en todas las cosas sea Dios glorificado...






¡Navidad es Jesús...!

Al pobre pesebre del Niño Jesús,
estrellas del cielo le dan suave luz.
Humilde la cuna que Él escogió,
y su cabecita allí descansó.
Durmiendo entre paja el Niño está;
mas cuando despierta, ¿no se oirá llorar?
Yo te amo Jesús y te quiero adorar:
del sueño mortal hazme ya despertar...

Letra española del Himnario 1961 de la IX Provincia de la Iglesia Episcopal, alterada en la segunda estrofa por M. Zavala-Múgica+.
Para escuchar la música y ver la letra en inglés: http://www.cyberhymnal.org/htm/o/m/d/omdivine.htm
Música: Tonada Cradle Song, de Will­iam J. Kirk­pat­rick, en el folleto
Around the World with Christ­mas, de 1895.


U.I.O.G.D.
Para que en todas las cosas sea Dios glorificado...

viernes, 26 de diciembre de 2008

Compañeros del Maestro:
Compañeros de Jesús.
Homilía para el tiempo de Navidad, dedicada a quienes alguna vez en su vida han hecho algo así como "viajes simbólicos"...
Pbro. Miguel Zavala-Múgica+
Hay un viejo chiste que en su origen intentó ser sacrílego y blasfemo: sin entrar en detalles, y tratando de no quedar, yo ahora, como un humorista involuntario, la broma consistía en que Jesús había tenido pésimas compañías en los momentos cruciales de su vida: cuando nació, sus compañeros fueron un buey y una mula, y al morir tuvo por compañeros a dos ladrones.
No hay cosa buena que Dios no pueda sacar de una mala, ni cosa mala que el ingenio humano no sepa sacarle a lo que Dios y naturaleza han hecho bueno. Así que algo de verdad tenía que contener este "intento de blasfemia".
¿Qué clase de malas compañías…?
Bueno, pues nada más cierto, y parece que el chiste se quedó corto. Pero por supuesto que el Señor tuvo las más detestables e inconvenientes compañías, depende de cómo se mire, de quién lo diga y –en fin-, de cuáles eran los propósitos de Jesús, porque las malas compañías no le escoltaron nomás en las pajas y el madero, sino en medio de toda su vida: “Este se junta con publicanos y pecadores y come con ellos”, es la crítica que los relatos de los Evangelios recogen.
Pues ciertamente que Jesús no mantenía clubes privados ni de cobradores de impuestos ni de cortesanas; era y es para quienes queremos de verdad seguirle, un Maestro de Vida y actitudes, y apelaba a un cambio en la vida, costumbres y estado de las personas que se dejaban tocar de Él. ¡Pero un cambio de veras y a lo profundo e interno de la persona, que no puros maquillajes externos!
Se puede querer ser cristiano nada más que por socializar, por ir “a donde va la gente”… Cuando lo cristiano lo llevamos por de fuera, raro será hacerse uno preguntas, o quererse plantear para meditar alguna cosa concreta y clara, como: ser compañeros de Jesús.
¿Qué significa ser compañeros de Jesús?: ¿Se trata de hacerle “compañía” frente al altar o al sagrario?, ¿será irse de misionero al extranjero?, ¿habrá que dejarse crucificar o ajusticiar de cualquier otro modo por la autoridad civil o eclesiástica, a semejanza del Señor? Vamos a inspirarnos en estos dos pasajes donde se habla de ciertos "compañeros" de Jesús.
Al principio del libro del Profeta Isaías, hay un reclamo de Dios:
“El buey reconoce a su dueño, y el asno el establo de su amo; pero Israel, mi propio pueblo, no reconoce ni tiene entendimiento.” ¡Ay, gente pecadora, pueblo cargado de maldad, descendencia de malhechores, hijos pervertidos! Se han alejado de Yahvéh, se han apartado del Dios Santo de Israel, lo han abandonado…
(Isaías 1: 3, 4).

El prólogo del Evangelio de San Juan, que es nuestra respuesta desde el Nuevo Testamento dice también:

“Aquel que es la Palabra estaba en el mundo; y, aunque Dios hizo el mundo por medio de él, los que son del mundo no lo reconocieron. Vino a su propio mundo, pero los suyos no lo recibieron; pero a quienes lo recibieron y creyeron en él, les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios. Y son hijos de Dios, no por la naturaleza ni los deseos humanos, sino porque Dios los ha engendrado.
(San Juan 1: 10-13).

El Maestro entre bueyes, mulas y ladrones.

La primera cita bíblica ha sido el origen de la costumbre de colocar un buey y un burrito o una mulita –primero en los íconos orientales de la Natividad, y luego en los nacimientos que inició San Francisco de Asís-; mientras que la segunda cita (unida a la frase “…no hubo lugar para ellos en el alojamiento”, de San Lucas 2: 7b) es la base teológica de la leyenda bordada en torno a los relatos del Nacimiento de Jesús, y que pone a María y a José de peregrinos rechazados; cosa que con hermosa candidez representamos en las “Posadas” mexicanas.
El caso es que los primeros “compañeros” de Jesús (¡sí, sí..., el buey y la mula!), somos nosotros mismos –con nuestra terquedad y necedad a cuestas, los inocentes animalitos, pues… como de costumbre, pagan la cuota de ser símbolos de nuestros vicios o virtudes humanos.
La vida nos da continuas lecciones que depende de nosotros aprender o desaprovechar. Puede que en apariencia creamos ser humillados por las personas o las circunstancias; pero el principio del éxito del camino de la vida humana, es volverse observador –epopta- (“vidente”) decían los griegos, y ver en todo la mano e intervención de Dios. Eso cuesta; pero así como cuesta, vale; a fin de cuentas Dios es quien corrige (aunque digan que no castiga, lo distinto es que Dios no se desquita vengativo –como nosotros). La vida es una "rueda de la fortuna", que da un montón de vueltas, guiada por la mano de Dios.
Aprender la autoridad de Dios en nuestras vidas, se compara a la manera dócil en que unos animalitos comprenden –a su modo-, la autoridad de sus amos humanos, (no se trata de entenderlo literalmente y justificar parecerse uno a uno de estos animalitos), sino de saber transferir los valores. Me perdonará usted, pero si le dolió (como a mí), considere si esta reflexión le es necesaria.
Así, en la letra del tierno canto de Navidad La Peregrinación, el Obispo metodista Federico Pagura (con música de Homero Perera), nos la pone clara de nuevo, con palabras puestas en boca de la Bendita Virgen:
“…Ay burrito del campo, ay buey barcino, / que mi niño ya viene, háganle sitio;
un ranchito de quincha sólo me ampara, / dos alientos amigos, la luna clara…”
Un montoncito de paja es lo único que la ampara, mientras los dos alientos de los animales son el mejor cobijo y calor que encuentra el Niño Jesús que está por nacer.
Para seguirle la línea –a nuestro modo-, a la broma con la que empezamos, vamos a recordar de una pasada, que como dice otro canto (este de Skinner Chávez-Melo), refiriéndose a la Virgen Madre… :
“De la paja al madero, fue a su Hijo siempre fiel,
Y entre lágrimas y risas, consagró su vida a él…”
En Belén está presente la Madre del Señor, y en el Calvario, es ya Jesús –Maestro de Dolores, como decía de él don Miguel de Unamuno-, quizá ya el Hijo de la Viuda, su Madre, la bendita Virgen; y vuelve a estar en medio, entre dos fuerzas simbólicas, como lo estuvo en el pesebre, ahora en la Cruz. Los compañeros de Jesús son ahora dos ¿ladrones?, ¿cuáles ladrones?: dos sediciosos a quienes Roma no podía perdonar… Como quiera, otra vez está entre dos fuerzas opuestas.
Equilibrio entre dos fuerzas.

Un símbolo muy amado en la cristiandad oriental es la que se conoce como Cruz de Vladimir: una cruz de tres travesaños. Además del de los brazos, hay otros dos travesaños: el superior es el del títulus, la nota de la condena, el inferior es el apoyo de los pies. Nada qué ver con la manera como históricamente se crucificaba a los reos, aquí el sentido de las formas es completamente simbólico.
Mientras los travesaños del títulus y de los brazos están en ángulo recto con el poste vertical, el de los pies aparece inclinado, oblicuo, con el extremo derecho hacia arriba y el izquierdo hacia abajo (nada de insinuaciones políticas modernas).
La Cruz de Vladimir significa que Cristo Jesús cumplió rectamente (a escuadra) con una condena injusta, que los humanos entendieron de un modo, pero que Dios enderezó a su modo: “Jesús –el Nazareno-, el Rey de los Judíos”; la verticalidad del poste y la recta horizontalidad de los brazos significan la relación armónica que el Maestro de maestros y Rey de reyes, instituyó y restableció en Gracia entre la relación del ser humano con Dios (de arriba abajo), y entre los seres humanos (de lado a lado).
Pero el travesaño del apoyo de los pies rompe todo equilibrio, y de pronto la obra –trazada a escuadra-, del Salvador del Mundo, depende de la manera de colocarse ante la vida, ante la muerte. El travesaño de los pies representa el humano arbitrio, la caprichosa razón humana, la decisión del ser humano, quien no puede quedar indiferente ante el Maestro de la Cruz.
Si en el Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal, Adán y Eva representaron una caída mortal y por partida doble, en el Árbol de la Cruz los otros dos crucificados, “en el mismo tormento”, eligen cada cual su camino, y uno hay que advierte al otro.
Los Compañeros de Jesús –los “ladrones”-, los que sufren conjuntamente con Él, similar castigo, y pueden libremente optar –pese a las aparentes limitantes-, por él o contra él, somos también nosotros, cada ser humano que tiene ante sí la posibilidad de hacerse aprendiz de discípulo de un Maestro bien probado, seguro y amigo de los seres humanos. Habiendo aceptado la muerte, gustándola y experimentándola en su carne, la ha vencido en el poder del Espíritu.
Cuando algunos poetas dicen que “Cristo nació crucificado”, no se equivocan: Cristo –el Verbo encarnado-, es la obra perfecta del Padre que deja lugar al concurso y la decisión humana. Su Pasión no comienza con la Oración en Getsemaní, ni con su arresto, sino con la Encarnación misma, es la pasión humana, es nuestra pasión de dolores y gozos, de risas y lágrimas, de altas y bajas, de salud y enfermedad, riqueza y pobreza. (Póngale cuidado al cineasta metido a catequista, Mel Gibson, que explota una mercancía fílmica sanguinolenta de la Pasión como un manojo demencial de culpas y de ensalada de horrores).

……………………………..
Señor y Maestro Jesús:

¿Cómo no remontar nuestra condición de simples aprendices, y ser compañeros tuyos… de ti –Maestro-, que te has hecho Compañero nuestro, tomando violentamente nuestro lugar en el mundo? Has ocupado solidariamente nuestro sitio en un viaje que para ti –como quisiéramos que fuera para nosotros– ha sido aparente humillación y retroceso, como el del viaje del Sol, ¡con razón te llamas Sol de Justicia!

Haznos dignos de acercarnos humildemente a ti como discípulos, permítenos el honor de ser tus compañeros –aunque por un momento pasemos por bestias, aunque por un breve espacio de tiempo de la vida pasemos por ladrones y traidores-, pero permítenos ser –contigo-, maestros que remontemos la muerte, venciéndola con la Vida Eterna que concedes a quienes resueltamente te siguen.

AMÉN.

U.I.O.G.D.
Para que en todas las cosas sea Dios glorificado...

miércoles, 24 de diciembre de 2008

En la Gracia de la Nochebuena...



'En të jári tës
Xristougennatikës
'Espéras


'E Parthénos sëmeron ton proaiónion Lógon

'en spélaïo 'érjetai
'apotekeín 'aporrëtos.
Jóreve, é o'ikouménë akoutistheïsa.
Dóxason, metá Angélon kaí ton Poiménon.
Boulëthénta 'epofthénai, Paidíon néon,
tón proaiónon Theón...!
Hoy la Virgen viene
a dar a luz al Verbo Eterno.
En la gruta acontece un nacimiento inefable.
Exulte el mundo que lo escucha:
glorificad, con Ángeles y Pastores.
¡Contemplad con alegría un Nuevo Niño
nuestro Sempiterno Dios...!

Tropario (himno) bizantino de la
Fiesta del Nacimiento -según la carne-,
de Nuestro Señor Jesucristo.
Icono ruso de la Natividad, Studeníka.





U.I.O.G.D.
Para que en todas las cosas sea Dios glorificado...





domingo, 14 de diciembre de 2008

Deseamos una
Bendita Navidad
a todos nuestros lectores...





Naces pequeño y pobre;
y nos traes el regalo enorme de la Gracia.

Naciendo inocente, redimes a los culpables;
eres Palabra Eterna y apenas balbuceas;
lloras desvalido y eres segura alegría...

Eres infinita riqueza de Sabiduría,
y naces ignorante y carente.

Siendo Rey, tomas forma de siervo;
siendo Sol de Justicia,
naces entre nuestras tinieblas.
Eres Llave y nadie te abre,
eres Señor, ¿y quién te acata?;
¡eres Dios-con-nosotros!
¿y acaso reconocemos tu presencia?

Haznos generosos como tú eres con nosotros;
y si tú has sido bendición, haz de cada uno
una bendición viva.

Amén.

M. Zavala+



U.I.O.G.D.

sábado, 13 de diciembre de 2008

La Imagen de Guadalupe, pistas para una crítica...
Pbro. Miguel Zavala-Múgica+
Seguramente las discusiones que confrontan a las personas y caldean los ánimos, son estériles y preparan a la violencia; sin embargo, el debate respetuoso de las ideas requiere información que cada persona evalúe internamente y con la cual pueda llegar a sus propias conclusiones.
Actitudes para abordar este asunto.
Al analizar el tema de la Virgen de Guadalupe y del guadalupanismo, yo he distinguido varias actitudes de aproximación ante este objeto de estudio.
Por una parte, están algunas de las diversas ortodoxias del cristianismo (sobre todo las del protestantismo, aunque también en el catolicismo romano) que rechazan --nótese que siempre por razones religiosas--, el aparicionismo y el culto mariano tal como se han desarrollado a partir de la tradición popular española, mexicana y latinoamericana, en estas ortodoxias no deja de haber ciertos ingredientes de intransigencia.
Por otra parte, están el catolicismo romano popular y los diversos paganismos --antiguos y modernos--, que ponen, de uno u otro modo, la figura de la Madre de Guadalupe en el centro de su fe religiosa. Dicha sea la palabra "paganismo" con toda sana intención y respeto a los creyentes respectivos.
Está también el empeño de ciertas jerarquías religiosas, políticas y mediáticas --a fe mía manipuladoras de la historia nacional, y de los sentimientos del pueblo mexicano y de quienes se relacionen con él. Este empeño ha llegado al colmo de no bastarle la interpretación simbólica del mito guadalupano (dicho sea en el sentido antropológico de la palabra "mito", y no en el sentido de "embuste"), para buscar innecesarias justificaciones en el campo de la pseudo-ciencia, tanto histórica como médica, bioquímica y hasta nuclear.

Otro enfoque desde las iglesias mismas (y no sólo la católica romana), es el de las comunidades solidarias que apoyan los procesos del pueblo, y toman el relato guadalupano (generalmente tomando su sentido mítico sin crítica documental, que -para el caso, no parece necesaria), en el sentido de la opción preferencial por los pobres del Vaticano II y de la hoy proscrita --pero nunca inoportuna-- Teología de la Liberación. En este sentido, muchas de las ortodoxias cristianas (al fin ortodoxias), se pierden un análisis que pone de manifiesto los valores evangélicos del relato guadalupano (los textos en náhuatl Nican Mopohua, Huey Tlamahuizoltica, etc.).
Es que no se trata de aceptar la creencia guadalupana, sino de entender el núcleo de las íntimas necesidades y de las esperanzas puestas por innumerables personas en un objeto y un fenómeno que --mejor o peor--, ha demostrado su capacidad de respuesta. La jerarquía eclesiástica --interpuesta entre el pueblo y la Guadalupana--, tan sólo ha sabido colocarse y administrar (bien o mal) esta relación que -en realidad-, tiene vida propia, esto último me parece más que evidente.
Todavía, por otra parte, quizá podamos distinguir dos actitudes más, provenientes del racionalismo: uno científico e historicista, completamente agnóstico, y otro que --tratando de rescatar las intuiciones de la religiosidad popular--, se empeña en la difícil tarea de encuadrar la visión de la Guadalupana en el marco del cristianismo.En la primera de estas actitudes, cabe destacar los análisis de Octavio Paz en El Laberinto de la Soledad, y de Edmundo O'Gorman en El Guadalupanismo mexicano.
La Virgen de Guadalupe tiene múltiples enfoques para su estudio, y es preciso no confundir los negocios o manipulaciones que se hagan o puedan hacerse con ella, con el hecho antropológico, psicológico e iconológico que este ícono maravilloso implica.
Guadalupe reúne todas las cualidades de una diosa madre --independientemente de que se la asuma de esa manera. No sólo se trata de la Tonantzin prehispánica, sino de la Diosa, un auténtico arquetipo de la psiquis humana universal; el que el catolicismo romano la haya apropiado y adecuado a su cuerpo doctrinal identificándola con la Virgen María, puede ser justificable o no, pero es un asunto diferente dentro del mismo tema.
No deja de ser una actitud un tanto cuanto miope, el que desde otras iglesias cristianas que aceptan una especial devoción mariana, como la Ortodoxia o el Anglicanismo, se critique (en bloque y sin análisis) el guadalupanismo, cuando toda la mariología a lo largo de la historia de la Iglesia --de un modo u otro--, ha sido un esfuerzo más o menos consciente por armonizar la figura de la humilde muchacha de Nazaret, con el mito de la Diosa.
Se puede aceptar o no fenómenos y procesos como la configuración de la imagen de María en el cristianismo general, tanto como la de Guadalupe --y las razones pueden ser más o menos válidas, según el paradigma desde donde se consideren; pero se trata de objetos ante los cuales hay que aproximarse con cautela y ojos bien abiertos.
Cuando me planteo este asunto, me abro preguntas que aún no he podido responderme satisfactoriamente:
Guadalupe y la figura de María, en general:
¿Es una manera de responder a la imagen de Dios que --revelado en la Biblia con ternura y poder--, no se le ha descubierto suficientemente, sin embargo, el rostro femenino y maternal? Ese Yahvéh rajamán ("compasivo"), lleva en este adjetivo el sello de un amor de madre (rajamim = "útero", "entrañas").
Los cristianos hemos sido prolijos en atribuir diversas imágenes a Dios: un niño, un anciano barbado, con corona imperial o tiara pontificia, efigies con tres rostros iguales, y hasta de animales, como corderos, palomas y pelícanos, haciéndolo a nuestra imagen y semejanza. ¿Qué argumentos habría en contra de atribuir a Dios una imagen femenina? ¿Acaso solamente los varones hemos sido hechos a imagen de Dios?, ¿las mujeres no reflejan --en nada-- la bondad, el amor y el poder de Dios?
La imagen guadalupana podrá adolescer de una más grande o más pequeña heterodoxia (¿y qué imagen no?); pero --aceptando que se se le ha manipulado ampliamente--, ¿no estará el pueblo respondiéndose a través de ella --a medias quizá--, inquietudes que el cristianismo institucional no ha sabido o no ha podido atender?
¿Contribuye la imagen guadalupana --y mariana, en general-- a la eternización de la minoría de edad de un pueblo?, ¿representa procesos no superados en la psicología de las masas?, y --si así fuera--, ¿cuál es la manera de resolver esa problemática?
Guadalupe en el paradigma trinitario.
Hace ya varios años pude ver --en una estación de microbuses, a la salida del Metro General Anaya, en la Ciudad de México--, una imagen guadalupana pintada en la pared, en memoria de un conductor que recientemente había muerto. Una enorme Virgen de Guadalupe sostenía maternalmente los brazos de la Cruz donde el Hijo --Jesucristo--, lanzaba el último suspiro; al mismo tiempo, del pecho de la Guadalupana salía la paloma representativa del Espíritu Santo.
Al primer golpe de vista de un ojo teológico ortodoxo, se trata de un disparate, una herejía: María (¿María?) --desproporcionada hasta en el tamaño de la imagen--, ocupa un lugar que no le corresponde: debería estar al pie de la Cruz: en lugar de ello, se coloca en el lugar que la iconografía cristiana ha reservado, durante siglos a la primera persona de la Trinidad: el Padre, quien sostiene a su Hijo Unigénito en su Pasión y "espira" al "Espíritu que del Padre procede..."
Esta imagen me ha dejado impresionado durante todos estos años.
Se trata de una pequeña gran obra de arte popular..., de hecho era un grafiti hecho con aerosoles de brillante y variopinto color. Con el adjetivo "popular" suele conjurarse que el pensamiento o la expresión artística de las personas comunes pueda considerarse teológico, al menos en cierto sentido. La obra sería --según la sentencia eclesiástica--, una pequeña gran herejía. Pero... ¿quién dijo que se trata necesariamente de María? Las personas --sobre todo las humildes y pobres--, hablan de "la Virgencita", o de la "Santísima Virgen", porque es el lenguaje de que les hemos provisto los guardianes de las ortodoxias y, en apariencia, siguen el paradigma dogmático que les hemos propuesto.
¿Cuál es el sentido del paradigma popular? ¿Cuál la manera en que la mente (o mentes) popular(es) reorganizan de modo más --o menos consciente--, los datos aprendidos de la tradición generacional y de la tradición eclesial, así como su propia reflexión experiencial? Los anglicanos solemos decir que respetamos el proceso de esta razón de experiencia (o experiencia de razón) en la gente, como un vehículo de expresión de la Palabra de Dios.
En el ícono propuesto, y --por ende--, en la mente popular, ¿la Guadalupana representa realmente de María?, ¿o a la primera Persona de la Trinidad?; entonces --aceptado esto--, ¿la Primera Persona --el Padre--, puede ser Madre? Dios --el Espíritu puro y absoluto, el SER--, no aprisionado por condicionamientos humanos, ni por la dualidad hombre-mujer, Dios --el UNO absoluto--, ¿puede o no ser representado?, ¿vale la pena expresarlo en términos de uno u otro sexo?
"¡No te harás imagen alguna...!", parece resonar el Decálogo en este punto. ¿Y el ser humano, hecho a imagen de Dios?, ¿y Cristo, el Dios hecho a imagen del ser humano?
Indudablemente el arte ha hecho al mundo. Divina o humana (eso no ha sido tema de nuestra disertación), el ícono guadalupano no deja de ser una obra de arte, y expresa... ¿expresa a Dios o a María? Entre todos estos procesos, creo que el más vertebral y medular es el proceso de hacernos conscientes de ellos.

U.I.O.G.D.
Para que en todas las cosas sea Dios glorificado...

jueves, 11 de diciembre de 2008

Mos abendises, Dió del sielo,
por la tu sejut
mos venga el Goel...
U.I.O.G.D.
MILENIO, 5 DICIEMBRE

Patriarca ortodoxo ruso
Alexis II
muere a los 79 años
Alexis II fue desde 1990 el principal jerarca de la congregación ortodoxa más grande del mundo, que según la mayoría de las estimaciones agrupa a dos tercios de los 142 millones de habitantes de Rusia.
Vie, 05/12/2008 - 07:13
La iglesia Ortodoxa no dio detalles del fallecimiento del patriarca.
El máximo dirigente de la Iglesia Ortodoxa de Rusia, el patriarca Alexis II, murió el viernes a los 79 años de edad en su casa en las afueras de Moscú, informó la institución religiosa sobre el jerarca que encabezó un amplio resurgimiento postsoviético de la fe aunque fue acusado de convertir el credo en una fuerza nacionalista. La Iglesia Ortodoxa se abstuvo de mencionar las causas del deceso, pero el patriarca había padecido del corazón desde hacía tiempo. Alexis II fue desde 1990 el principal jerarca de la congregación ortodoxa más grande del mundo, que según la mayoría de las estimaciones agrupa a dos tercios de los 142 millones de habitantes de Rusia.
El patriarca llegó a dirigir la iglesia cuando la Unión Soviética, oficialmente atea, suavizaba las restricciones a la religión. Con la caída de la Unión Soviética al año siguiente, la popularidad de la iglesia tomó fuerza. Los domos de los templos que fueron despojados de sus placas de oro en el régimen soviético volvieron a brillar, los templos convertidos en bodegas o destruidos fueron restaurados y la televisión nacional comenzó a transmitir en directo largas misas en grandes festividades religiosas.
Sin embargo, Alexis II se quejó con frecuencia de que la nueva libertad religiosa en Rusia había significado una presión enorme sobre la iglesia y lamentó lo que consideró acciones de otros credos para atraer feligreses entre personas que deberían pertenecer a la Iglesia Ortodoxa. AP
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Fotos: Pravda, Moscú.-
U.I.O.G.D.
Para que en todas las cosas sea Dios glorificado...
Rapidísimas...

Por Onell A. Soto, obisposoto@aol.com

+ Alejo II, patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Rusia, falleció el 5 de diciembre en las afueras de Moscú a la edad de 79 años. Fue líder espiritual de la mayor iglesia ortodoxa desde 1990. Posiblemente su mayor tarea fue restablecer, con el apoyo del Kremlin, la influencia de la iglesia en un país que acababa de salir de 70 años de ateísmo impuesto por el régimen soviético. El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, dijo que su muerte constituía “un inmenso dolor y una colosal pérdida para toda Rusia”. Por su parte el ex­­­­­­­­­ presidente Mijail Gorbachov, padre de la Perestroika que logró la apertura del régimen, dijo que estaba “muy conmovido y que sentía un inmenso respeto por el patriarca”.
+ Durante su patriarcado Alejo II tuvo momentos de tensión con la Iglesia Católica Romana a la que acusaba de proselitismo al establecer cuatro diócesis en Rusia y se negó a recibir al Papa Juan Pablo II. Con la elección de Benedicto XVI se pensó que habría un acercamiento pero de nuevo sostuvo que las tierras de la desmembrada Unión Soviética son “tradicionalmente ortodoxas” y no se admiten interferencias. Rowan Williams, arzobispo de Cantórbery, dijo que sintió una “profunda pena personal” por su muerte y elogió su misión realizada con “determinación y valor” en guiar a la iglesia rusa durante un tiempo tan difícil en la vida de la nación. “Él y toda la Iglesia Ortodoxa Rusa están en nuestras oraciones”, concluyó el Arzobispo. Por su parte, Benedicto XVI dijo "Elevo súplicas al Señor para que acoja en su Reino de paz y de alegría eterna este ministro suyo y consuele a quienes lloran su dolorosa partida".

+ Una congregación del la Iglesia Metodista Unida, de 80 miembros, en Hopewell, Pensilvania, se llevó el susto de su vida cuando supo que uno de sus miembros, John Ferguson, un campesino de 71 años de edad, de aspecto humilde y carácter jovial, le dejó una herencia valorada en dos millones de dólares, cuando murió en enero del 2007. El problema es ahora cómo distribuir el dinero ya que el finado no dejó instrucciones, según informes de prensa.

+ Jeremiah Wright, el controversial pastor de la Iglesia de la Trinidad en Chicago donde asistía el presidente electo Barack Obama, estuvo de visita en su antigua parroquia el domingo pasado. Aunque ya jubilado, le ofrecieron el micrófono para que “dijera algo”. En su saludo que fue casi un sermón, lamentó que Obama había cometido un gran error en distanciarse de él y la congregación durante la campaña electoral. Así y todo “todavía él es mi hijo” dijo Wright y añadió que su iglesia era la única que había producido un presidente afroamericano en los 211 años de historia de Estados Unidos.
+ Fuentes oficiales han dicho que el Vaticano no firmará el acuerdo sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, aprobada por las Naciones Unidas en el 2006, debido a que tiene un artículo que dice textualmente que "se respete el derecho de las personas con discapacidad a decidir libremente y de manera responsable, el número de hijos que quieren tener y el tiempo que debe transcurrir entre un nacimiento y otro, y a tener acceso a información, educación sobre reproducción y planificación familiar apropiados para su edad, y se ofrezcan los medios necesarios que les permitan ejercer esos derechos". La Santa Sede considera que este artículo da luz verde a la práctica del aborto.
+ Javier Suárez, de 14 años, nieto de Raúl Suárez, pastor bautista y director del Centro Martín Luther King y ex presidente del Consejo de Iglesias de Cuba y diputado a la Asamblea del Poder Popular, falleció el 20 de noviembre, como consecuencia del trágico accidente de tránsito que sufrió el 15 de noviembre en La Habana.
+
Sergio Carranza
, anterior Obispo de la Diócesis de México y actualmente Obispo asistente de Los Ángeles, ha anunciado que se acogerá al retiro en diciembre del 2010 cuando cumpla 69 años. Originario de México, Carranza se ha distinguido como ecumenista y liturgista. Por 17 años fue rector y profesor del Seminario de San Andrés en la capital mexicana.
+
El novelista peruano Mario Vargas Llosa ha recibido un doctorado honoris causa de la Universidad Simón Bolívar de Caracas, por su contribución a las letras latinoamericanas. Durante su discurso de aceptación dijo que “el socialismo del siglo XXI debe ser resistido, denunciado y desenmascarado por lo que es: un socialismo autoritario”. Añadió que con su implantación en Venezuela “la libertad no sólo se empobrecerá en el país sino en toda América Latina”, informó la agencia española EFE.
+ Martti Ahtisaari, 71, ex presidente de Finlandia, ha sido seleccionado ganador del Premio Nobel de la Paz por “sus esfuerzos en crear un mundo más pacífico y fraternal”. El Comité Nobel Noruego dijo que abrigaba la esperanza “de que otros se vean inspirados por sus esfuerzos y sus logros". En Rusia la decisión ha sido cuestionada.
NAVIDAD. El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos. Isaías 9:1-2
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FOTOS: Alexis II.- Pravda, Edición en Inglés.
Sergio Carranza.- ACNS Conferencia de Lambeth 2000.
Jeremiah Wright.- http://www.rhrealitycheck.org/blog/rev-jeremiah-wright
Añadidas por la redacción del blog.



U.I.O.G.D.
Para que en todas las cosas sea Dios glorificado...


«La Iglesia es un obstáculo
para entender el Evangelio»
Mantener a Losantos hace daño a la credibilidad de la Iglesia
José María Castillo Para Kaos en la Red 7-12-2008 220 lecturas 7 comentarios
www.kaosenlared.net/noticia/iglesia-obstaculo-para-entender-evangelio


No le gusta utilizar el término profeta. Por respeto a lo que significa. Pero, sin duda, José María Castillo, es uno de los últimos teólogos-profetas. De los que anuncian el gozo de la autenticidad del Evangelio. Y de los que denuncian su perversión. Su obra, La religión de Jesús (Ed. Desclée) son comentarios de los textos litúrgicos, en los que aparece un Jesús preocupado sobre todo por la salud y la alimentación de la gente. El teólogo asegura que su “hogar intelectual y espiritual sigue siendo la Compañía de Jesús” y considera que “mantener a Losantos en la COPE hace daño a la credibilidad de la Iglesia”.
P.- Un libro significativo desde su título: “La religión de Jesús”.
R.- Decidí escribir este libro y ponerle ese título por dos motivos. En primer lugar, porque el tema de la religión es más preocupante en estos momentos que el tema Dios. Y en segundo lugar, una de las cosas más sorprendentes de los Evangelios es un Jesús profundamente religioso y, al mismo tiempo, en conflicto con la religión. Con los dirigentes de la religión, con el Templo. Hasta tal punto que éstos últimos lo condenaron a muerte y lo mataron. Es decir, Jesús vive un conflicto radical con la religión, con su religión.
P. ¿Esta es, entonces, la tesis del libro?
R.-
Se trata de constatar algo que está en los Evangelios. A saber, que una lectura de los Evangelios hecha desde los criterios de la religión establecida nos imposibilita para entenderlos.
P.- ¿Quiere eso decir que el catolicismo actual dificulta el acceso al Evangelio?
R.-
La Iglesia es un gran obstáculo para entender el Evangelio. Por eso, grandes sectores de la Iglesia y del clero le tienen mucho miedo al Evangelio. Y es que Jesús denunció al Templo y, por supuesto, no instituyó el sacerdocio. Y la eucaristía no fue un rito religioso, sino una cena de amigos. Es decir, la Iglesia ha asumido una serie de prácticas que no están de acuerdo con el Evangelio.
P.- ¿Por ejemplo y en concreto?
R.-
Por ejemplo, tener templos. La Iglesia no tuvo templos hasta el siglo IV. Los cristianos se reunían en las casas. Y también todo lo ligado al templo. Desde los altares a los sacerdotes convertidos en funcionarios de esos templos. Es decir, Jesús no instituyó un clero como el que tenemos ahora en la Iglesia. Por ejemplo, los presbíteros vivían de su trabajo y no eran obligatoriamente célibes.
P.- ¿Y la jerarquía episcopal?
R.-
La jerarquía episcopal pertenece a la estructura divina de la Iglesia. Jesús elige a los apóstoles para presidir las comunidades. Lo que pasa es que, con el paso del tiempo, la jerarquía se transforma en un episcopado monárquico y en la Iglesia se pierde la práctica democrática. Obispos, sí, pero no separados del resto de los creyentes ni célibes. Dicho de otra forma, el sistema organizativo actual del episcopado no proviene de Jesús.
P.- ¿Qué es lo que va a encontrar el lector que se acerque a su libro?
R.-
Se encontrará con comentarios a los textos litúrgicos del Evangelio de cada día. No una exégesis completa, pero sí los puntos clave de cada texto.
P.- ¿Comentarios académicos y espirituales viniendo de quien vienen?
R.-
Sí y, en esencia, que les sirvan a la gente para dos cosas. Primero, para conocer el Evangelio. Los católicos lo conocen muy poco, a diferencia de los protestantes. Y en segundo lugar, comentarios que les sirvan a la gente para orar y reflexionar.
P.- Conociendo a su autor, imagino que desde una óptica muy profética.
R.-
No pretendo ser ni soy un profeta. Es una palabra a la que le tengo mucho respeto por todo lo que simboliza y encarna. Pero sí un teólogo crítico. Porque Jesús también fue muy crítico y quebrantaba continuamente las normas: comía con pecadores y publícanos, acogía a las mujeres, compartía su vida con los pobres y los pecadores...
P.- ¿Los críticos también son evangélicos?
R.-
Claro. Ser crítico es ayudar a entender y a vivir la entraña, la clave y el núcleo de los textos evangélicos.
P.- ¿Con sugerencias prácticas?
R.-
La principal sugerencia es cultivar la humanidad. Tenemos que ser humanos, Dios en Jesús se humanizó, se vació de sí mismo. Ese es el misterio de la Encarnación: la humanización de Dios. Jesús nos enseñó, ante todo, a ser profundamente humanos. Lo indispensable para acceder a Dios es humanizarnos. Porque, en cada uno de nosotros, está mezclado lo humano y lo inhumano.
P.- ¿Quiere decir que la tarea del creyente es humanizarse o liberarse de la deshumanización?
R.-
Claro. Antes de hablar de caridad, tenemos que hablar de respeto, de dignidad, de tolerancia, de estima, de sensibilidad con los sufrimientos de los demás. Tenemos tendencia a hablar de cosas sublimes, pero lo primero, lo mínimamente humano, aquello en lo que todos los seres humanos coincidimos es nuestra condición carnal, la carnalidad.
P.- ¿Y además de la carnalidad?
R.-
La alteridad: nos necesitamos unos a otros.
P.- ¿Estas dos condiciones, la carnalidad y la alteridad, están muy presentes en el Evangelio?
R.-
A Jesús le preocupan fundamentalmente tres cosas. Primero, se preocupa constantemente por la salud de la gente. De ahí los milagros o las curaciones. ¿Eran milagros? Difícil de determinar. Lo que sí está claro es que Jesús no soportaba ver a una persona sufriendo. Por eso, siempre está preocupado por la salud de la gente.
P.- ¿La segunda preocupación de Jesús?
R.-
La preocupación por la alimentación. Los Evangelios están llenos de pasajes que muestran constantemente la preocupación de Jesús por la salud y por la alimentación de la gente. De ahí que comparta la mesa. Es la comensalidad.
P.- ¿Y su tercera preocupación?
R.-
La alteridad, las relaciones humanas, el respeto, la aceptación de las diferencias. Por eso, Jesús se acercó más a lo ‘peor’ de su época: los pobres, las mujeres, los extranjeros o los samaritanos. Y de todos ellos hay relatos conmovedores.
P.- ¿Cuál es el texto evangélico que más le llega?
R.-
El que más me impresiona es el del Juicio Final: Tuve hambre y me disteis de comer...Se trata de una enumeración de situaciones de sufrimiento. El juicio último no se hace en función de la fe ni de Dios, sino en función de la relación con los demás.
P.- ¿Y el autor? ¿Cómo se encuentra el autor del libro?
R.-
Divinamente. Soy feliz y estoy lleno de optimismo e ilusión, a mis 79 años. A los 78 salí de jesuita, porque creía que así iba a tener una libertad de la que no disponía dentro. No porque la Compañía fuese rígida, sino porque es una institución que tiene que rendir cuentas a otra institución mayor que es la Iglesia. Y había exigencias que afectaban a la institución y que las vivía como un bloqueo.
P.- ¿Su hogar intelectual y espiritual sigue siendo la Compañía?
R.-
Por supuesto. Sigo inmerso en los jesuitas. Todo lo que soy y todo lo que tengo se lo debe a los jesuitas. Y por eso no quise seguir creándoles problemas. Además, quería disponer de libertad para poder decir todo lo que pienso. Y me alejé de La Compañía para tener más libertad y no ocasionarle más quebraderos de cabeza. Pero mi hogar espiritual sigue siendo la Compañía de Jesús.
P.- ¿Le duele la situación actual de la Iglesia española?
R.-
Me duele y mucho. Porque hay un éxodo muy grande de gente que se aleja de ella. Su imagen pública no ayuda a que la gente de hoy se acerque al Evangelio.
P.- ¿Hay división en la Iglesia? ¿Hay dos Iglesias?
R.-
Hay una fractura evidente entre los grupos más fundamentalistas y los más abiertos.
P.- ¿Se han roto los puentes entre ambos sectores?
R.-
Y cada día se rompen más. Entre otras cosas, porque la mayoría de la jerarquía se ha inclinado hacia los grupos más fundamentalistas y hacia la derecha política e ideológica.
P.- ¿Le ha desilusionado el Papa Ratzinger?
R.-
En un principio, pensé que su categoría teológica iba a influir en el impulso a la renovación de la Teología. Pero no ha sido así. Y me preocupa profundamente el empobrecimiento de la Teología. La generación de los grandes teólogos del Concilio no tuvo sucesores. Y, además, hay una regresión evidente en todos los aspectos.
P.- ¿Qué opina de la polémica de los crucifijos en la escuela pública?
R.-
Yo no haría problema de eso. Cristo terminó crucificado, algo que, en aquel tiempo, era lo más laico. Era la ejecución de una condena legal para esclavos y subversivos. Era, pues, lo más secular y lo más laico. Hoy, es lo más sagrado y ha perdido su significado original. Además, Cristo no murió entre dos ladrones, como suele decirse, sino entre dos subversivos, dos revolucionarios.
P.- ¿Es partidario de exhumar a los muertos de la Guerra civil?
R.-
Hay que enterrar dignamente a los muertos de la guerra civil. Es un derecho y una obligación para todos. Los familiares tienen la obligación y el derecho de recuperar a sus familiares y darles una sepultura digna. Eso es algo que está pendiente en España. Y la Iglesia también tiene derecho a elevar a sus mártires a los altares.
P.- Federico Jiménez Losantos vuelve a estar tristemente de actualidad por su polémica con el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón. ¿Qué piensa del comunicador estrella de la radio de los obispos?
R.-
Apenas lo oigo. Pero no me agrada. Losantos no le hace bien a la cadena de los obispos. Su forma de decir las cosas me repugna. Me siento mal oyéndolo. Siempre está atacando. No le hace ningún bien ni a la Conferencia episcopal ni a la Iglesia. Si los obispos lo mantienen es porque les da beneficios económicos. Pero mantenerlo le hace daño a la credibilidad de la Iglesia.
José Manuel Vidal
http://blogs.periodistadigital.com/desclee.php/2008/12/05/la-religion-de-jesus-editorial-desclee
U.I.O.G.D.
Para que en todas las cosas sea Dios glorificado...

miércoles, 10 de diciembre de 2008

La Corona de Adviento
Traducido, compilado y aumentado por el
Padre Miguel Zavala-Múgica+
a partir de los artículos en inglés y en español de
Wikipedia: La Enciclopedia Libre.-- http://en.wikipedia.org/wiki/Advent_wreath
Durante el Adviento, se prepara en los hogares cristianos, así como en las parroquias o capillas, un trenzado de ramas de muérdago, pino u otras ramas de coníferas, de forma circular, conocida como Corona de Adviento.
Historia
La Corona de Adviento tiene su origen en la tradición pagana europea de encender fuego durante el invierno para representar al dios sol (de ahí la forma circular), para que regresara con su luz y calor. Parece que este símbolo se fue cristianizando a lo largo del medioevo ya por la costumbre popular, o bien por instrumentación de los misioneros.
Las primeras coronas de Adviento datan de la Edad Media; sin embargo, la primera Corona de Adviento moderna fue elaborada por Johann Heinrich Wichern (1808-1881), teólogo luterano alemán y educador quien fundara un hogar para niños en la ciudad de Hamburgo; durante la estación de Adviento, los niños le preguntaban cuándo llegaría la Navidad; de modo que en 1839, decidió construir un anillo de madera (hecho con una vieja rueda de carromato) con 198 candelas rojas pequeñas, y 56 blancas grandes. Cada candela pequeña se encendía sucesivamente cada día del Adviento. Los domingos y sábados se encendía una candela grande. Esto llevó, eventualmente a la moderna Corona de Adviento con cuatro candelas.
Entre los luteranos alemanes también comenzó –en el siglo XIX-, la costumbre de llevar un Calendario de Adviento muy sencillo, a base de trazos hechos con gis. A partir de la tradición luterana, la costumbre se ha extendido por toda la cristiandad. Sería interesante investigar si –de alguna forma-, el uso de la Corona como un calendario es acaso una mezcla de tradiciones.
Hacia 1860, los calendarios hechos con ruedas de carromato, comenzaron a ser cubiertos de follaje verde. Y a principios del siglo XX, la Corona de Adviento se convirtió nuevamente en una tradición cristiana, alemana y luterana –sobre todo en Austria y el sur de Alemania (particularmente Baviera)--; pero no llegó a ser del todo una costumbre sino hasta la década de 1930.

Una de las formas originales alemanas de la Corona de Adviento.

A partir de ahí, la costumbre se ha extendido por muchos otros países. Eventualmente, la Corona de Adviento entró en los Estados Unidos, a través de inmigrantes alemanes, y así, en varias Iglesias Protestantes y –más tarde-, en la Iglesia Católica Romana.
La Corona de Adviento, en su forma cristiana más tradicional-, era como un candil, suspendida del techo u otra estructura; aunque esta forma sigue en uso a principios del siglo XXI, se ha extendido más el uso de un candelabro o base que la sostenga.
Hechura y simbolismo de las candelas
Se le colocan cuatro candelas, una por cada domingo del Adviento; o bien cinco, añadiendo al centro una quinta candela que se enciende durante la Víspera de Navidad, o bien el Día de Navidad.
Las candelas son generalmente del color tradicional de las vestiduras litúrgicas de Adviento: morado, por regla común, en las Iglesias Luterana y Católica Romana, o bien (además) azul índigo en la Comunión Anglicana e Iglesias evangélicas como la luterana o la metodista. Con el azul se intenta subrayar más el sentido de esperanza y tinieblas que se disipan con la llegada del Sol de Justicia (Jesucristo), que el morado que prefiere reservarse para la Cuaresma.
En la Iglesia Católica Romana y en la tradición anglocatólica del Anglicanismo una de las cuatro velas (la tercera) suele ser rosada (Domínica Gaudete o “Domingo de Gozo”, así llamado por el tema de la Epístola de ese día, así como del introito y otras oraciones propias). Durante el medioevo, la estación de Adviento tuvo un acento más fuertement6e penitencial y ascético –marcado por ayunos y abstinencias similares a los de la Cuaresma, de modo que el clero permitía relajar un poco la disciplina en el tercer Domingo de Adviento.
El simbolismo de las candelas de la Corona puede ser diverso, de acuerdo a tradiciones locales; pero siempre queda dentro de la simbólica general del Adviento.
Las velas azules o moradas, –bajo cierta forma de análisis-, representan confiada expectación o fe expectante, mientras que la vela rosa simboliza gozo y esperanza, y la quinta candela –la que va al centro y representa la Navidad-, suele ser blanca o dorada y representa el nacimiento de Jesucristo: “Sol de Justicia, con la salud en sus rayos” (Malaquías 3:20).


Formas alternativas de la Corona de Adviento.
En algunas tradiciones locales, a la primera candela representa la penitencia y se la llama “la Vela del Profeta”. La segunda, representa la humildad y se conoce como “la Vela de Belén” recordando a la ciudad que según el profeta Miqueas “no eres la más pequeña entre las ciudades de Judá”. La tercera candela significa gozo es llamada “la Vela de los Pastores”, que recuerda que ha pasado ya más de la mitad del tiempo de Adviento. La cuarta candela significa la Paz, y se llama “Vela de los Ángeles”, porque representa las Buenas Nuevas anunciadas por éstos.
En las tradiciones que usan cinco candelas, estas representan: 1. Los Patriarcas del Antiguo Testamento y la Fe; 2. Los Profetas y la Esperanza; 3. Juan el Bautista y el Amor; 4. María, Madre de Jesús y el Gozo, y 5. Jesucristo y la Gracia.
Uso
Los domingos de Adviento la familia o comunidad se reúne en torno a la Corona de Adviento, para un ejercicio conocido como Lectio Divina, que consiste –por regla general-, en cuatro partes: lectura (de la Biblia), meditación, oración y contemplación. En algunos lugares, cada una de las cuatro (o cinco) velas representa una virtud o valor moral que se propone a meditar en esa semana, como: amor; paz; tolerancia y fe. La Corona se puede llevar al templo para ser bendecida por el sacerdote o pastor.
Simbolismo de la Corona

Hay numerosas interpretaciones acerca del simbolismo de la Corona de Adviento. El sentido subyacente es la acumulación de luz como expresión de una creciente anticipación del nacimiento de Cristo, Luz del mundo, según la fe cristiana. Tanto Wichern –teólogo e investigador-, como la Iglesia medieval, conocían el sentido naturalista y astronómico de las costumbres pre-cristianas del tiempo de invierno en el hemisferio norte, relacionadas al solsticio de invierno, inicio del nuevo período solar. El sentido de fin y reinicio queda explícito en la circularidad de la Corona, amén de que represente una realidad sobrenatural sin principio ni fin. la eternidad de Dios.

Las ramas verdes de coníferas o plantas siemprevivas, representan el color de esperanza y vida inmortal, la Gracia de Dios, el perdón de los pecados y la gloria eterna.

Las cuatro velas –dispuestas en la circunferencia de la corona, y encendidas domingo a domingo-, representan la historia humana, cómo Dios se va revelando e iluminando gradualmente al ser humano a lo largo de la Historia de la Salvación, desde la Creación hasta llegar a Cristo, y además va disipando las tinieblas del mal y el pecado en el interior de quienes lo reciben.
Las manzanas rojas que adornan la Corona representan los frutos del huerto del Edén. Si Adán y Eva representan a la humanidad en pecado, pero también a la humanidad que recibe la promesa del Salvador Universal.
Enlaces Externos:
Wikimedia Commons contiene medios en inglés relativos a:
Adviento
Historia de la Corona de Adviento, ejemplo de liturgia para encenderla, Corona de Adviento virtual en i.UCC, comunidad en línea.
Adviento FAQ en el sitio web del Sínodo Luterano de Missouri
Corona de Adviento, FAQ en el sitio web de la Iglesia Evangélica Luterana en América.




U.I.O.G.D.
Para que en todas las cosas sea Dios glorificado…